Una expropiación bien macanuda

Por: María Julia Oliván @mjolivan

Audio del reportaje al senador Samuel Cabanchik hoy en Wake Up, Delta.

Nadie está ideológicamente en contra de que el Estado tenga en su poder la fabricación de dinero circulante y acuñación de moneda de curso legal. Más bien, es lo que todos pedíamos cuando el año pasado tuvimos que importar nuestro peso argentino de una empresa gráfica de Brasil y también cuando estalló el escándalo que salpicó al vicepresidente Amado Boudou.

Pero, en el caso del decreto de intervención transitoria  a la Compañía de Valores Sudamericana y el proyecto de ley de expropiación se mezclan algunos detalles que suman polémica.

1. El Estado viene pisando firme en la intervención de compañías mixtas como es el caso de YPF, Papel Prensa o aquellas en las que tiene participación societaria.

Justamente el decreto 1278 de la semana pasada, faculta al secretario de Política Económica y Planificación del Desarrolo, Axel Kicillof, a tener un rol de mayor decisión en los directorios de las 41 empresas en las que el Estado tiene participación.

  El cepito

Pero esta vez, en el caso de la ex Ciccone, se busca expropiar una compañía totalmente privada. Y se nombra como interventor de ella al ministro de Economía Hernán Lorenzino. Ustedes me dirán que para expropiarse, debe ser aprobada en el Congreso la ley. Pero eso, según el senador Aníbal Fernández, que es el presidente de la Comisión de Presupuesto, se realizará «rápidamente» .

2. ¿A quién le va a pagar el gobierno por la expropiación de la ex Ciccone si todavía la justicia no sabe de quién es?.

Eso es justamente lo que está investigando el juez Ariel Lijo ya que el presidente de The Old Fund -que figura como controlante de la calcográfica- es Alejandro Vanderbroele, ya saben, un monotribustista con vínculos políticos que llegó muy lejos y fue beneficiado por «excepciones» de la AFIP de esas que no tiene ningún mortal por pedido expreso del vicepresidente Amado Boudou.

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La expropiación es una venta forzosa de una empresa a un monto fijado por el Tribunal de Tasación de la Nación, pero cuánto se pagará por ella?

El ministro Lorenzino, dijo hoy que una vez que se compensen las deudas que esa empresa tenía con la AFIP, «no le costará ni un peso al Estado».

Ajá. ¿Y por qué tenemos que pagarle todos nosotros la deuda impositica de 400 millones de pesos a Vanderbroele?

Otra cosa. El contrato por 160 millones de pesos que se firmó este mismo año para la fabricación de billetes, ¿ya lo cobró?. ¿Incluye esta expropiación la impresión de billetes que fueron pagados en ese contrato?

Qué se yo. Pregunto nomás.

Es necesario que la emisión monetaria esté en manos del Estado, pero el apuro y el momento en que se realizan,  tiene tufillo feo.

  ¿Volvió el doble comando?

 

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