La foto de la reunión entre Julio Cobos y Daniel Scioli agitó el avispero: no sólo por las apuradas que se dedicaron los ministros nacionales con los provinciales, sino que también, la ligó por elevación, el intendente de Tigre e incierto aliado del gobernador, Sergio Massa.
«Ya que Cobos hizo público el encuentro, sería bueno que diga de qué hablaron», disparó el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido. «Esa foto está muy lejos de la gestión», provocó el jefe de Gabinete Juan Manuel Abal Medina.
«Si quieren saber qué piensa Scioli, sólo tienen que leer los cables de Wikileaks», chicaneó el jefe de Gabinete provincial y pieza clave en el armado sciolista, Alberto Pérez.
¿Qué dicen los cables de Wikileaks?
El mejor libro escrito en nuestro país sobre el tema es Argenleaks, de Santiago Odonnell, y allí no se hay ningún capitulo específico sobre Scioli. Porque justamente Scioli no dijo en privado nada que no haya dicho en público. Todo lo contrario que Massa, que protagonizó un escándalo político cuando se revelaron los cables de la embajada de Estados Unidos.
El único cable que filtró Wikileaks en el que se nombra al gobernador es el fechado el 22 de julio del 2009. El informe contiene un análisis «secreto» que el consejero político de la embajada de Estados Unidos, Thomas Kelly, envió al Departamento de Estado sobre el futuro del gobierno de Cristina Fernández tras la derrota en los comicios de 2009 en el territorio bonaerense.
De acuerdo con el informe de Kelly, cuando un colaborador de Scioli sugirió al gobernador «cortar» con el kirchnerismo, el mandatario respondió en forma tajante: «Si yo lo hago, ellos podrían caer. Y yo no soy un golpista». Scioli luego confirmó ese cable y paorvechó para reforzar que su perfil era de apoyo al gobierno y de confiabilidad para con los desconfiados Kirchner.
Con Sergio Massa sucedió todo lo contrario.
«De todas las críticas hacia Néstor y Cristina Kirchner emitidas por una gran cantidad y variedad de políticos, empresarios y diplomáticos (…) nadie se despacha con más saña contra el matrimonio presidencial que el ex jefe de Gabinete y actual intendente de Tigre, Sergio Massa», dice Santiago Odonnell en Argenleaks. Más adelante, cuenta como Massa despotricaba contra los Kirchner adelante de su propio equipo de trabajo e incluso también frente a empresarios extranjeros que analizaban invertir en el país.
¿Por qué traigo ésto a colación?.
Porque no es azarosa la alusión de Aberto Pérez a los Wikileaks en medio de la tormenta con Nación. En realidad lo que está diciendo algo mas o menos así. OK; nosotros estamos marcando la cancha, nos reunimos con Cobos y con otros que no pueden ni pisar la Rosada, pero no somos Massa. Somos previsibles. No vamos a romper.
Ergo, mándennos la ayuda financiera que necesitamos para pagar los sueldos y que no se incendie la administración pública de Buenos Aires.
El objetivo entonces es marcarle la cancha al kirchnerismo pero no romper y diferenciarse de Massa.
O, en palabras de un encumbrado funcionario de la adminstración Scioli «hacer mover los platitos chinos en el aire sin que se caiga ninguno».
En eso están.
