#SEÑORAGORDA escucha: ésta es una de las 400 cartas recibidas en Facebook y el blog

Por: María Julia Oliván @mjolivan

Querida Maria Julia:

Te escribo porque tu post de #señoragorda me tocó el alma. Aclaro, por si Brancatelli está leyendo que no soy golpista, ni sojera, ni gorila, ni banquera, ni especuladora.

Soy Coni, psicóloga de profesión, administrativa porque no me queda otra. Tampoco creas que con eso bailo en una pata: mi sueldo no llega ni a 6 mil pesos sin horas extras, tengo dos hijas adolescentes y un alquiler (además de los gastos fijos de cuentas varias ropa y comida). ANSES no me paga ni las asignaciones familiares ni la ayuda escolar porque suman el sueldo del padre de mis hijas entre nuestros aportes familiares. Pero de ese sueldo –que se supone de 15 mil pesos- yo veo unos pocos mangos de cuota alimentaria. Su sueldo NO INGRESA A MI CASA. Entre lo que me da él y lo que logro yo no llego ni a 10 mil. Mi casa pesa sobre mi espalda (y ya tengo hernias de disco).

No entiendo ¿Por qué pasan “su” sueldo como “ingreso familiar” y nos privan de la ayuda que correspondería si toman el ingreso real de las mujeres que vivimos solas con nuestros hijos?

Es muy difícil también, ser un profesional exitoso y progresar. Porque si uno no progresa, ¿para qué carajo estudia, trabaja, arma proyectos, crece y tiene inquietudes?” decís en tu blog, no sólo coincido totalmente con eso, sino que lo padezco.

Soy Licenciada en  Psicología pero como tengo q laburar todo el día en la oficina no logro hacer el traspaso a ejercer la profesión. Entre los gastos de alquiler, comida, escuela (las chicas van a escuela pública pero comprar libros, útiles, sacar fotocopias, viajar etc.) más la ropa, calzado, el club (prevenir y fomentar la salud a través del ejercicio físico es algo básico) no se ya como hacer para seguir.

También existen los gastos que no forman parte de la canasta como las cosas que las mujeres hacemos (depilarse -por ejemplo- es más caro que comer y yo no podría hacerlo en casa sin que terminen en el instituto del quemado y la maquinita ya sabemos que genera más problemas que soluciones). No estoy nombrando acá las salidas aún (cine, comida chatarra, los chicos aprenden a tener gustos que no saben hablar castellano- mac bla bla srtablabla, etc, ningún “choricity” los atrae)

El día a día no se ve… es imposible ahorrar y hasta me termino ENDEUDANDO cada día más. No sé en qué mundo viven los que no nos ven. Yo laburo en la Administración Pública trato de venir en bici a la oficina para ahorrar y de paso recuperar salud pero en la sede de Av Córdoba 831, se PROHIBE el ingreso de las bicicletas (en Francia les pagan un plus de 20 % por ir en bicicleta y acá se prohíbe el ingreso), para que no me la roben tengo q pagar 10 pesos por día de estacionamiento (no cierra no?)

No soy anti K ni K, pero la remo cada día y a veces me canso tanto que no tengo ganas ni salir de mi casa (Ah! Por cierto, la casa ya necesita arreglos de pintura, canillitas, puertas, puertitas cosos cositos, etc.-$$$$$). Pagar un cumpleaños y un viaje de egresada en el 2013 nos dejó sin vacaciones, (además, calculá que si me tomo vacaciones pierdo la posibilidad de las horas extras y ahí si que me hundo).

Yo te juro que la peleo, mirá: no solo me formé cómo psicóloga sino que hago una especialización en Arteterapia en el IUNA, trato de atender en horarios extremos, hasta he trabajado el año pasado de 8 de la mañana a 21 de la noche para ver si arranco de una vez con mi carrera pero la plata nunca alcanza y tengo que estar todo el día de acá para allá para insistitr con lo mío.

No he visto un sólo programa serio de prevención y promoción de la salud mental en todos estos años, ¿tienen idea cuanto gastó el Estado en que por ejemplo, yo tuviera un título de grado que ahora no puedo ejercer? Si al menos, abrieran los pases internos (en el caso de la Administración de Parques Nacionales) se optimizaría el dinero invertido y capaz, me sentiría menos más cerca de mi sueño de trabajar de lo que estudié. Y que me alcance el sueldo. Y que las chicas crezcan bien y haya oportunidad para ellas.

Insisto, amo que se ayude a la gente más vulnerable y no pretendo que se me trate como a un ser incapaz de generar lo mío, pero NO ALCANZA, una mujer sola con hijos sin casa propia no puede ahorrar ni acceder a  un crédito hipotecario, no podemos soñar con la casa propia (claro, después se horrorizan cuando “las chicas de la tele” confiesan prostituirse para tener una casa un auto… Algo, claro… eso no es una violencia implícita hacia el género). Soy de la enorme franja de los que no pueden subirse al tren del futuro, algo pasa con nosotros que no se están enterando de cuantas personas estamos en la misma situación.

¿Somos víctimas de una atroz “violencia simbólica” (*), inmersos en una desigualdad tan naturalizada que ya es invisible?

Supongamos que ver la realidad desde la riqueza no sea  “vivir en una burbuja”, pero es claramente distinto, no hay forma de sentir  la angustia de triplicar el esfuerzo y nunca lograr mejores consecuencias.

Decir  “señora gorda” despectivamente, me recuerda a la tan mentada “doña Rosa” (una señora en su casa, mirando la tele, a Neustadt claro, sin mucha capacidad de pensamiento, limitada por su casa y su ignorancia)… lamento que tener un punto de vista realista y crítico de los que nos pasa sea descalificado, seguramente muchos de  ellos son hijos de  señoras gordas que piensan, trabajan, sienten, desean, y  que la remaron y la reman día a día y no se las ve… Y NO SE NOS VE.

 

(*)Violencia simbólica: “La violencia simbólica se caracteriza por ser una violencia invisible, soterrada, subyacente, implícita o subterránea, la cual esconde la matriz basal de las relaciones de fuerza que están bajo la relación en la cual se configura” ( Pierre Bourdieu)

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