El juez Griesa asestó otro duro golpe a la Argentina al no aceptar el pedido de “Stay” realizado por el Gobierno por medio del intermediario Daniel Pollack. De este modo colocó al país a una semana de quedar en default con los acreedores. Mañana jueves, el mediador (o “special master”) recibirá al equipo técnico de la Argentina, reunión que estaba prevista para hoy pero se tuvo que pasar porque la comitiva argentina no llegó a tiempo.
De urgencia, la presidenta Cristina Kirchner convocó ayer martes a una reunión en Casa Rosada con el ministro de Economía, Axel Kicillof, para evaluar cómo continuar la contienda. Se decidió enviar un equipo técnico a Nueva York que, aunque no se confirmó en on, acataría la orden de negociar con los fondos buitre no sin antes patalear frente a los micrófonos.
En paralelo, el Ministerio de Economía emitió un duro comunicado en el que sienta posición: “El juez Griesa, pese a haber convocado a la audiencia para resolver estas cuestiones, dejó todo en suspenso, amenazando a la República Argentina con lo que él insiste en denominar ‘default’, repitiendo textualmente las palabras de las solicitadas y amenazas de los fondos buitres”
El punto central de la disputa entre los holdouts y el Gobierno es la cláusula RUFO (right upon future offer). En sencillo: el ‘derecho sobre una futura mejor oferta’ que podría alegar cualquier acreedor de la Argentina al ver como los holdouts cobran el 100% de la deuda original, y no el porcentaje que recibirán ellos por haber aceptado el canje. Es ese el punto que convierte los 1.500 millones de dólares en virtuales 15.000 y a futuro en más de 100.000 millones.
“Los fondos buitres sostienen que es imposible que la cláusula RUFO aplique. Es por esta razón que Argentina le solicitó al juez Griesa que los fondos buitres tomen un seguro financiero y cubran los riesgos y los costos de una eventual aplicación de la claúsula RUFO. Si tal riesgo fuera nulo, tal cual ellos afirman, el precio de este seguro debería ser despreciable. El juez no sólo no concedió una suspensión de su sentencia sino que además, no pronunció una sola palabra sobre la cláusula RUFO que figura en los prospectos de todos los títulos emitidos en los canjes de los años 2005 y 2010 en poder del 92,4% de los acreedores”.
El Gobierno insistió además en que es rehén de un fallo, que le impide cumplir con el pago de sus deudas:
“El día 26 de junio, tal como viene haciendo normalmente, la República Argentina realizó el pago del vencimiento de su deuda por un monto de 1151 millones de dólares, de los cuales 539 fueron depositados en el Bank of New York Mellon (BONY). Sin embargo, el juez dio orden a los distintos eslabones del circuito de pagos para que no dejen cobrar a los bonistas. Es decir, actuó como un bloqueo de cobro que recayó sobre dinero que es propiedad legítima del 92,4% de los bonistas que aceptaron los canjes de 2005 y 2010”. Y para rematar los aspectos técnicos, Kicillof en persona redactó la frase más dura: “Default es no pagar, Argentina paga. El dinero depositado no puede bloquearse porque pertenece a los bonistas del canje. El juez debe dejar cobrar a sus legítimos dueños”.
En ese tenso clima se dará la reunión de mañana, que pocas expectativas genera en Casa Rosada, vistas las reiteradas negativas del juez a escuchar los reclamos de la Argentina. En efecto, el país se encamina al default, el escenario más temido por todos. “La Argentina quiere honrar sus deudas con el 100% de sus acreedores en condiciones justas, equitativas, legales y sustentables”, insistió el Gobierno por medio de la carta. Es el leit motiv del reclamo que, por ahora, no ha encontrado eco en Nueva York.
