Gobiernos vs. Buitres: sin lugar para los débiles

Por: #BorderPeriodismo

Empantanada. Así está las negociación en Nueva York. El equipo del Ministerio de Economía se reunió hoy jueves con el mediador Daniel Pollack, pero sólo para reiterar que la medida de stay es la única salida que ve la Argentina para poder sentarse a negociar con los fondos Buitre, con quienes, aclaró uno de los integrantes de la comitiva, se quiere cumplir «pero en condiciones justas y equitativas».  El equipo argentino estuvo compuesto por la procuradora del Tesoro, Angelina Abbona; el secretario de Finanzas, Pablo López y el secretario de Legal y Administrativo del Ministerio de Economía, Federico Thea. Para la semana que viene, se espera que viaje el propio ministro Axel Kicillof para estar en Nueva York siguiendo palmo a palmo la decisión del juez.

Lo que sucedió hoy es lo mismo que ocurrió en las tres reuniones anteriores, con una posición dura adoptada por el Gobierno, que muestra la intención de llevar el conflicto hasta las últimas consecuencias. «Tal como ya fue manifestado por la República Argentina ante el juez Griesa, se explicaron las razones por las cuales resulta necesario proveer algún instrumento financiero que brinde seguridad a la República respecto de los riesgos asociados a la cláusula RUFO. Se señaló que si los litigantes no proveen dichas garantías a la República, un stay sigue siendo la mejor opción para permitir que se avance hacia una solución en condiciones justas, equitativas, legales y sustentables para el 100% de los bonistas», difundió el Ministerio de Economía en un comunicado.

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La respuesta de los holdouts no se hizo esperar, por medio del fondo NML, que ostenta el 50% de los títulos defaulteados no reestructurados:  «El gobierno argentino dejó en claro que eligió entrar en default la semana que viene», expresó el fondo buitre de Paul Singer, el más beligerante de todos.

Pollack (foto), el «special master» designado por el juez Griesa, que cobra honorarios por parte de las dos partes en conflicto, declaró en un comunicado tras la reunión: «Después de hablar con ambas partes, por separado, propuse e insté a una conversación cara a cara entre amabas partes. Los delegados de los tenedores de bonos estuvieron de acuerdo; los representantes de la República Argentina declinaron». También adelantó que el juez buscará nuevas reuniones para destrabar el conflicto.

Cristina Kirchner ya había sido clara con su última mensaje con respecto a la disputa: «Argentina no entrará en default porque en default entran los países que no pagan y Argentina pagó. Así que van a tener que inventar un nuevo término». Lo llamarán como la llamen, la Argentina va a incumplir con el fallo.

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En resumen: la pulseada entre los fondos como NML Elliot (también conocido como NML Capital) y el Gobierno argentino no muestra a ninguno de los contendientes con intenciones de pedir tregua. El problema que enfrenta nuestra país, es que el árbitro de esa pelea, tomó partido hace rato por los otros. En esta pelea, no parece haber lugar para los débiles, y hasta ahora ninguna de las partes mostró interés en bajar sus pretensiones. El resultado de tanta tirantez, y si esa jugada termina en un resultado positivo para el Gobierno en el mediano plazo, es absolutamente imprevisible. Sólo se tiene la certeza de que el 30 de julio la Argentina entrará casi sin dudar en default. Y que los mismos bancos estadounidenses están que trinan porque se están perdiendo el negocio millonario del pago de deuda, y porque hay 900 millones de dólares -que la Argentina giró hace un mes para cumplir con sus obligaciones con los holdins- dando vueltas sin destino.

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Lo que sí tiene en claro el Gobierno es que la disputa con los holdouts le está dejando un saldo positivo a nivel imagen. Una encuesta de Poliarquía revela que el 47 por ciento de la gente toma como positiva la negociación encabezada por CFK, un 21% la toma como regular y sólo un 25 negativa. Es decir, que cerca del 70% de los encuestados se está volcando en favor de la jugada del Gobierno. Eso, ahora, está pesando más que ningún otro número y amenaza de default. No olvidemos que estamos en campaña permanente.

 

 

 

 

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