(No es) una jodita para Tinelli

Por: #BorderPeriodismo

Tinelli lo hizo de nuevo. Ayer, el conductor estrella de la TV argentina volvió a demostrar que sigue siendo el rey, y que todos van a comer de su mano. Habló con los tres precandidatos presidenciales, la llamó a CFK sin éxito y volvió a dejar en claro que el nivel de los debates de la política está hoy a la misma altura que un programa en vivo de entretenimientos donde se canta, baila y ríe de todo y todos. Claro que de algunos se ríe guiñando un ojo y de otros más seriamente.

La secuencia, resumida, fue así: Martín Insaurralde, fiel acompañante de su novia Jésica Cirio en el bailando, dio la noticia de su casamiento con la modelo, lo que derivó en media hora de show político. La joya de la corona le dijo a Marcelo que desde marzo no habla con Cristina Kirchner, comentario que pasó desapercibido, pero que el conductor aprovechó para una secuencia que envidian todos los periodistas del país.

Primero llamó a la Presidenta a la Quinta de Olivos, sin suerte, porque un asesor le respondió que había salido a cenar con su familia. Ni lerdo ni perezoso, sacó su teléfono para comunicarse con su amigo Daniel Scioli, que lo atendió en menos de dos segundos y la aseguró, como buen político en campaña, que estaba mirando el programa. Entre las gastadas por los tires y aflojes con el intendente de Lomas de Zamora, confirmó que iría al casamiento junto a su mujer, Karina Rabolini, y dejó pocas definiciones políticas más, en momentos en que Santiago Montoya, parte de su gobierno desde el Bapro, se candidateaba para gobernador de Buenos Aires.  El ex titular de la AFIP, que en su momento se puso al frente de los “sabuesos” que buscaban a los deudores, no comprendió aún el juego y declaró: “No es cuestión de bailar, sino de prepararse para gobernar”. ¿Vendrá el tirón de orejas de Daniel?

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Pero volvamos al estudio de Ideas del Sur en Colegiales. Tras hablar con Scioli, el conductor llamó a Mauricio Macri, que también lo atendió raudo tal como recomiendan todos los asesores y no confirmó su asistencia al casamiento pero aprovechó para bromear y mostrarse gracioso. No es el mejor momento de la relación entre el jefe de Gobierno porteño y el conductor, que ha elegido a Scioli y Massa como sus presidenciables favoritos. Y aunque MM sube en las encuestas, saber que le falta un buen empujón para llegar con chances a una hipotética segunda vuelta.

En tercer lugar, fue Sergio Massa el que recibió y atendió el llamado. “Estaba volviendo a casa y me paré en un semáforo para atender el teléfono“, dijo. “¿Se casa de verdad?. Tengo que mirar la agenda, Marcelo”, Si yo te digo que vamos, vamos. Malena manda de las puertas de casa para adentro y yo de las puertas de casa para afuera”, zafó del entuerto, aunque es sabida la buena relación entre las dos parejas, y más aún los coqueteos constantes de Insaurralde con el tigrense.

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Tinelli fue, una vez más, el portavoz de la pregunta que todos quieren hacerlo al futuro esposo de Jésica Cirio. «¿Sabe si se va con Scioli o con Massa?», y el hasta ahora kirchnerista eligió el silencio.

No es un dato menor que el responsable de imitar a Sergio Massa en el programa sea el cómico Roberto Peña, el mismo actor  que encarnó a Francisco De Narváez antes de las elecciones legislativas de 2009, año en que el PRO (por entonces Unión PRO) ganó superó al kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires.
Y Tinelli, que sabe perfectamente el peso político de su programa exprime al máximo ese poder, ahora claramente enfrentado con el Gobierno, luego del traspié con el fallido contrato de Fútbol para Todos. De hecho, se encarga de mostrar por twitter sus diferencias con Cristina, siempre en tono de comedia. En esa red social publicó una selfie junto al cómico imitador de Massa con el mensaje: “Massa, un amigazo”. El diputado ex intendente de Tigre respondió desde su cuenta con el mismo tono jocoso: “Dale masa”.

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Si creen que todo esto ocurrió en un país muy muy lejano y que les estamos gastando una broma, pues no: no es una jodita para Tinelli, sino la expresión más clara de lo que es la política actual. Marketing, marketing y más marketing. ¿Y los buitres? Siguen acechando, pero por hoy los dejamos tranquilos.

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