Muchos lo llaman el milagro. Le dicen que es de amianto. Que no le entran las balas. Que tiene algo especial que la gente valora. Que da confianza. Que tiene pasta de campeón. Que es un vivo. Que calcula todo en base a la reacción de los medios sobre la realidad. Que nadie sabe lo que verdaderamente piensa. Que ese es un punto débil o su arma secreta. Que es como un espartano con un objetivo frontalizado: ser presidente de la Nación.
Al él no le gusta digan que su éxito en las encuestas de imagen es un milagro. «Fui dos veces gobernador, vicepresidente de la Nación, diputado y senador. No soy un milagro, la gente me conoce y sabe quién soy y qué hago en la gestión y por eso me dan bien las mediciones» me dijo alguna vez en una entrevista.
Es una mirada particular, obviamente porque todos sabemos que en la provincia de Buenos Aires hay varios frentes abiertos: los cupos en los comedores escolares que en algunos distritos se recortaron y en otros tienen atraso en el pago; el conflicto permanente con los docentes (aunque hay que entenderlo también en marco de la puja política entre la dirigencia actual y los sectores más rdicales de la izquierda gremial) y la inseguridad son algunos de los problemas que enfrenta su gestión.
Sin embargo, una nueva encuesta de Isonomía reflota la teoría el amianto: según el estudio que se basó en una muestra de 3966 casos en todo el país, Daniel Scioli le saca una ventaja de 4 puntos a Sergio Massa (25 contra 21 puntos) quedando en tercer lugar Mauricio Macri con 19,4. Estos datos son en el supuesto de un escenario con Scioli como vencedor de las PASO del Frente Para la Victoria.
En cuanto a la imagen, también gana el gobernador que obtuvo un 66 de positiva contra un 33 de negativa. Lo sigue Mauricio Macri con un 66 e positiva contra un 38 de negativa y en tercer lugar Sergio Massa con un 59 de positiva contra un 33 de negativa.
Todo ésto se potenciaría frente a un escenario posible: si Martín Insaurralde efectivamente cruza el charco al Frente Renovador (cosa que adelantamos hace ya bastante tiempo en #borderperiodismo) y el ministro Florencio Randazzo acepta bajar su candidatura presidencial en pos de ir por la gobernación bonaerense por el oficialismo, la fórmula daría todavía más ventajas. Pero esto es sólo una especulación que le escuché a un dirigente del sciolismo, no un proyecto del ministro, aclaro.
Habrá que esperar unos meses, porque como bien saben los expertos de la ciencia política moderna, los candidatos se fortalecen o debilitan de acuerdo sólo a sus últimas jugadas antes de una elección. Mientras tanto, todos son movimientos para la tribuna.
