Los gremios dicen que es un impuesto regresivo, pero no lo es. El problema es que no se tocan las escalas. El IVA es nocivo para los más pobres, pero nadie se queja. La inflación agrava el escenario. Más detalles, en esta nota de #BorderPeriodismo.

 Por Javier Alvarez

 Un paro del transporte le complica la vida a millones de laburantes y estudiantes en toda la Argentina. Los gremios argumentan esta vez que la huelga es contra el impacto de la inflación y del impuesto a las Ganancias en sus salarios.

Los gremialistas de sectores clave como colectivos, trenes, subterráneos, aviones y barcos realizarán asambleas informativas desde las 4:00 de la mañana. Algunos terminarán a las 7:00. Otros a las 8:00.

Los aeronáuticos ya avisaron que en el Aeroparque Jorge Newbery no habrá vuelos de LAN y Aerolíneas Argentinas al menos hasta después de las 10:00. En Ezeiza no habrá problemas con esas empresas porque no tienen despegues programados.

El impacto de la inflación –que este año alcanzará el 35 o 40%- en los salarios es real y concreto. Cada vez se compra menos con más billetes. Los productos de consumo masivo aumentan todos los días.

Los gremios protestan contra eso. Y también patalean contra el impuesto a las Ganancias, aquel que comenzó a cobrar el Estado por emergencia económica hace una década y media, y se transformó en estructural. Quedó, quizás, para siempre.

Los jefes gremiales tildan como “nefasto” a este tributo y aseguran que es “regresivo”, pero esa segunda afirmación es falsa: el impuesto a las Ganancias es el más progresivo de todo el sistema tributario en el mundo entero.

Grava los ingresos de los contribuyentes con mayor capacidad patrimonial y de rentas. Cuando más tenés, más pagás. Si vamos a lo estrictamente conceptual, de economía básica, es redistributivo.

Con lo que el Estado recauda por este impuesto se pagan (parcialmente) jubilaciones, pensiones, se financian obras públicas, viviendas sociales, planes de inclusión social, y se afrontan otros gastos más o menos objetables.

La teoría económica indica que un sistema tributario es progresivo cuando los individuos o familias que están en los niveles de más altos ingresos pagan un porcentaje mayor de sus rentas, que aquéllos que tienen un nivel más bajo.

El problema que surge en la Argentina es que no se cumple con una máxima: la tasa promedio de impuestos aumenta cuando el ingreso sube pero en los hechos las escalas no se tocan, por lo que cada vez más contribuyentes se ven afectados.

La presidenta Cristina Kirchner anunció la última suba del mínimo no imponible (el monto a partir del cual se paga) a fines de agosto de 2013, cuando lo ubicó en 15.000 pesos para solteros y casados.

Ahí hay un dato: Si cobrás entre 1 y 15.000 pesos, no pagás; si cobrás entre 15.001 y 25.000 pesos, pagas pero el monto desde el cual te empiezan a cobrar es de 10.032 pesos para solteros y 13.876 pesos para casados con dos hijos.

Ahora bien, si tu sueldo es mayor a 25 lucas, la base imponible es de 8.360 pesos para solteros y 11.563 para casados con dos chicos. Es decir, se paga sobre el monto que está entre esos niveles y el ingres que cada uno tenga en el recibo de sueldo.

Si los topes se actualizaran a niveles de 1999, deberían pagar Ganancias los trabajadores solteros que ganan 20.300 pesos por mes y los casados con dos hijos que perciben 24.600 pesos por mes.

Al no tener movilidad la escala, el impuesto termina reduciendo el ingreso real de las familias. Las paritarias determinan aumentos salariales y de pronto quienes antes no abonaban el tributo, ahora sí lo deben hacer.

Regresivo sin embargo es el denominado Impuesto al Valor Agregado que obliga a pagar una tasa uniforme sin considerar el nivel de ingreso del contribuyente. Un rico de Barrio Norte paga el mismo dinero que un pobre de una villa de emergencia.

Incluso el IVA afecta de lleno, por ejemplo, a los alimentos. Y los pobres –aquellos cuyos ingresos no superan el precio de la canasta básica total- destinan hasta el 90 por ciento de sus recursos mensuales a comprar comida y ropa.

Perlitas

• Pollo Sobrero: “Nuestros compañeros pagan un impuesto para trabajar». Falso, nadie paga un impuesto para poder trabajar. Los impuestos se pagan sobre los ingresos que genera el empleo.
• Pollo Sobrero: «Acá solo los giles pagamos los impuestos”. Falso. No sabemos a quiénes o qué considera ‘giles’, pero lo cierto que es un millón de personas afrontan el tributo.
• Pollo Sobrero: “El sistema tributario recae sobre la población y no sobre los que más tienen». Falso. Todos los que más ganan pagan el impuesto.
• Pollo Sobrero: “Tenemos sueldos medianamente altos”. Verdadero. Los maquinistas del sistema ferroviario ganan sueldos promedio de 15.000 pesos, cuando el sueldo promedio de Argentina es de 5.000 pesos.
• Marcelo Uhrich: “No haremos paro sino asamblea”. Falso. Los efecto de la medida de fuerza es la paralización del sistema de transporte.
• Marcelo Uhrich: “Ganancias es una cosa retrograda que no se modifica desde hace más de una década». Falso. El mínimo no imponible subió ocho veces en diez años.
• Omar Maturano: “Todos los gremios volveremos a trabajar a las 7:00”. Falso. Los aeronáuticos y camioneros adelantaron que la huelga se extenderá en la mañana.
• Hugo Moyano: «Cada uno lo aplica (al paro) según la actividad en la que se desarrolla. Hay actividades que si se paralizan 3 horas a la mañana después no pueden continuar”. Verdadero. Si bien el espíritu era extender el paro hasta el mediodía, no todas las bases lo aceptaron.