La UCR, en su peor momento. Mariotto confirmó su apoyo a Scioli. Insaurralde prepara el terreno en Lomas de Zamora para volver. El PJ se abroquela y defiende el proyecto kirchnerista. Randazzo desafía. Y el gobernador bonaerense rompe el molde y se mete en el barro de la disputa Gobierno-Justicia. Y arde el celular de Sergio Massa. 

Por Javier Alvarez

Los dirigentes políticos que quieren repetir mandatos o aspiran a escalones más altos comenzaron a realizar fuertes movidas de cara a las elecciones de 2015. Y tejen puentes con lo que, consideran, será lo mejor para cada iniciativa de poder: el dilema pasa por seguir con el proyecto kirchnerista, profundizarlo o darle la extremaunción y pasar a otra cosa (nadie sabe muy bien qué en la oposición, pero todos prometen y prometen).

El tema es que algunos ven un horizonte más oscuro que gris y se animan a dar un salto. Ese es el caso de la secretaria general del la UCR bonaerense, Cecilia Moreau. Dio a entender que se alejará del centenario partido. Y enseguida, la joven y bella hija del histórico dirigente Leopoldo Moreau (hoy alineado al kirchnerismo) guiñó un ojo a Sergio Massa.

“El radicalismo atraviesa un período no ya de debilidad electoral, sino política, producto de las falencias de los dirigentes que conducen al partido, debido a que se miran el ombligo antes que los intereses colectivos. La UCR duró 100 años pero no significa que como están las cosas dure 100 más”, disparó la rebelde de los Moreau.

Por otro lado, el vice bonaerense Gabriel Mariotto mantiene en pie sus intenciones de gobernar la Provincia. Es un precandidato de muy buena relación con Cristina Kirchner y su hijo Máximo, jefe de La Cámpora. E incluso en su entorno no descartan que será el elegido para competir en el áspero y decisivo territorio bonaerense en 2015. El martes hubo un asado de la mesa chica del PJ bonaerense en la sede de la UPCN de La Plata. Y de allí surgió una perlita: todos se mostraron sorprendidos por la nueva proximidad entre Mariotto y Scioli. Aunque también sigue ganando terreno el joven intendente de Berazategui, Patricio Mussi, que es mimado vía Twitter por la cúpula camporista: Wado De Pedro y el Cuervo Larroque. El peronismo bonaerense comenzó a estrechar lazos internos de cara a 2015.

El gesto más destacado fue que ambos acordaron la designación del Secretario Legislativo del Senado, Luis Calderaro, para el Consejo de la Magistratura bonaerense. De ese asado participaron Fernando Espinoza; Carlos Kunkel; Cristina Alvarez Rodríguez; Pablo Bruera; José María Díaz Bancalari; Fernanda Raverta, de La Cámpora; Alberto Pérez; y Carlos Quintana, jefe de la UPCN.

Mientras, el indeciso Martín Insaurralde alista el terreno para volver a la intendencia de Lomas de Zamora. Quien supo ser el “elegido” de Cristina Kirchner en 2011, ahora dará el portazo en el Congreso. Las malas lenguas legislativas le dijeron a #Border que el flamante esposo de la blonda Jéssica Cirio esperará al 12 de diciembre para dimitir dado que así cumplir un año de mandato y tendrá derecho a la jubilación de privilegio. Incluso Insaurralde podría no votar el nuevo Código Procesal Penal que impulsa del Poder Ejecutivo y que el oficialismo intentará sancionar la próxima semana, dado que ya renunció a las comisiones que discutieron el texto.

El ministro del Interior, Florencio Randazzo, anduvo por Santiago del Estero esta semana y si bien el viaje era por temas de agenda oficial, no olvidó la campaña. “Le voy a ganar Scioli, que no quepa la menor duda», dijo sobre las Primarias a las que quiere ir como precandidato a Presidente. Él asegura que tiene la venia de Cristina, aunque la mandataria ya habría elegido al actual gobernador bonaerense. «Algunos está para acompañar y no para conducir», chicaneó el renovador de trenes.

Y rompiendo un poco su tradicional esquema de no ingresar en polémicas que puedan afectar su imagen, Scioli dio la sorpresa. Salió a defender a la jefa de Estado por el avance de la Justicia sobre su presunto enriquecimiento ilícito. El juez Claudio Bonadío es el que lleva adelante la causa y la batalla, promete el Gobierno, será a capa y espada, y correrá sangre. La metáfora de Luis D’Elía sobre “cortarle la cabeza” al magistrado no fue aislada.

Lo concreto es que el gobernador de la Provincia más populosa salió al cruce del juez y dijo que su orden de allanamiento contra la empresa Hotesur S.A., propiedad de la Presidenta, «fue un despropósito». «La propia diputada (Margarita) Stolbizer dijo que ella hizo referencia a una cuestión administrativa, de ninguna manera da lugar a un despropósito para llevar adelante un allanamiento con esa espectacularidad y esas características», se jugó el mandatario bonaerense.

Y el celular de Sergio Massa no tiene paz. El de Tigre anda llamando a radicales como lo hacía Néstor Kirchner cuando impulsó la famosa y ya desaparecida “Concertación Plural”, allá por 2006 para sostener el Gobierno y preparar el terreno que luego daría la presidencia a su esposa, en 2007. El jueves último, en el Foro de Convergencia Empresarial de la UCA, Massa se encontró con Mauricio Macri y le advirtió que no parará hasta darle un “baño de peronismo” a sus socios políticos. Le avisó así, que va por los radicales de peso: Julio Cobos, Ernesto Sanz y eventualmente Ricardo Alfonsín.