Los otros Papá Noel

Por: Quena Strauss

Banksy es un artista callejero de fama internacional. Skid Robot es un grafittero de Los Angeles bastante menos famoso .Los une el arte, el anonimato y su vocación por hacer visible lo invisible.

Por Quena Strauss

Gente que deja sus regalos literalmente tirados en la calle. Creadores que van sembrando el mundo de belleza y de reflexiones, y que –lejos de las galerías y cualquier otra forma de elitismo- han decidido poner su obra allí donde cualquiera pueda verla sin pagar. Un auténtico asalto al alma de todos, sin precio y ni previo aviso.

Hablamos aquí de lo que algunos han definido como “arte de guerrilla” pero que tranquilamente (sobre todo en tiempo de celebraciones) podríamos asociar a la visita de un Papá Noel artístico o de unos Reyes Magos con inclinación por las artes visuales. Especialmente porque tampoco a ellos nadie los ha visto nadie nunca pero, ¿quién podría dudar de su existencia cuando ahí están los regalos para confirmar su visita?

Veamos. Banksy –el artista británico cuya verdadera identidad es casi tan secreta como la de 007 y por cuyas obras se paga fortunas- es, al mismo tiempo, una celebridad y un misterio. Porque por mucho que se haya publicado sobre él, nadie sabe a ciencia cierta quién se esconde detrás de ese nombre de fantasía que podría ser tranquilamente el de una gaseosa barata o el de un chicle globo. Pero no. Bansky es como se llama un artista callejero tan pero tan notable que llegó de los paredones a las galerías de arte. Y que- desconocido y todo- cada tanto sorprende al mundo con una nueva obra.

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“Apareció un nuevo Banksy en….“, es el titular de diarios que, cada tanto, marca el paso del artista por algún lugar del mundo. Así sucedió en octubre de este año cuando en un paredón de Bristol apareció la reproducción de un cuadro clásico de Vermeer (La joven de la perla) con la famosa “perla” reemplazada por una alarma en la pared. Eso es Banksy: mensajes revulsivos y antisistema, contra la policía, el control estatal y la violencia institucional, brotados siempre de la nada y de un día para el otro en los sitios más insólitos.

Lo curioso es que a partir de ese paso fantasmático del artista por un callejón, una pared o hasta una simple cabina telefónica (como pasó en Gloucestershire con la aparición de Spy Booth, un grafitti en donde un montón de policías pintados parecen escuchar la conversación de quien está usando el teléfono) todo automáticamente cambia. Los medios cubren esa noticia casi como si se tratara de una revelación divina o de la aparición de un santo en una pared y, automáticamente, la cotización de ese sitio se dispara a las nubes. ¿Por qué? Obvio: porque hay un Banksy allí, alguien por cuysas creaciones se ha llegado a pagar hasta un millón de dólares.

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Alguna vez, por caso, un Banksy brotó en la puerta trasera de un bar. Se trataba de “Amor móvil”, la pintura de una pareja en la que cada quien –al tiempo que abrazaba al otro- controlaba los mensajes en su celular. Y eso, para el dueño del bar fue como ganarse el Gordeo de Navidad. En efecto, gracias a que el artista lo autorizó por carta a venderla, el hombre pudo salvar a su local de la bancarrota. Lo que se dice, un auténtico Papá Noel enmascarado…y generosísimo.

Menos famoso y cotizado, pero igualmente sensible y atento a cómo se vive hoy en las grandes ciudades del mundo, el grafittero conocido como Skid Robot también se suma a la ola de la generosidad anónima. En su caso, su condición de testigo de cómo viven miles de personas en uno de los barrios más pobres de Los Angeles lo llevó a una idea notable: volverlos “visibles” usando para eso pinceles y colores. Kid Robot pinta pues en los callejones, veredas y rincones donde toda esta gente vive casas de mentira que, irónicamente, llaman la atención sobre la horrible verdad de tantas personas. Que están solos, en la calle, y sin más techo que las estrellas.

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¿Su idea? Hacer que los que pasen por ahí, al ver esas coloridas casas de nada, repare en los que duermen en cualquier lado. “Humanizándolos, espero que la gente simpatice con ellos y los ayude”, declaró el artista. Y de hecho ya ha logrado mucho en ese sentido, porque desde que sus pintadas se dieron a conocer ya han dado la vuelta al mundo.

¿Qué emociona de ellas? Tal vez lo que emanan, y que no es otra cosa que una tierna desolación. Las pinturas de Skid Robot de algún modo cobijan a los que no abriga nadie y eso es lo que muestran sus obras: seres sin techo ni cama ni mesa durmiendo en medio de un cuarto pintado. Y todo por obra y gracia de un inesperado Papá Noel que les regaló, mientras descansaban, un mundo a la medida de sus sueños.

Para saber más:

*http://www.eluniversal.com.mx/cultura/2014/banksy-inglaterra-arte-mural-1042241.html

*http://www.dailymail.co.uk/femail/article-2797625/graffiti-artist-spray-paints-beds-windows-walls-skid-row-make-homeless-feel-human.html

*http://www.theweek.co.uk/world-news/55507/banksy-uncovered-why-are-we-so-keen-unmask-artist

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