Nisman: ¿Defiende la Unasur la postura del gobierno argentino?

Por: Javier Álvarez

El mundo leyó la muerte de Nisman como un crimen político. El silencio invadió a la Unasur: el único que habló fue Mujica. La causa AMIA sigue en foja cero. El memorándum que Irán no ratificó es el eje de la polémica. Israel imputa al actual presidente iraní en el atentado de 1994. Netanyahu hablará el 3 de marzo en el Parlamento de Estados Unidos, a pesar del rechazo de Obama. Análisis del contexto global del que no puede disociarse la Argentina, en esta nota de #BorderPeriodismo.

Por Javier Álvarez (@JaviAlvaBa)

A una semana de la muerte del fiscal Alberto Nisman sólo hay perplejidades. La Justicia busca determinar si lo asesinaron o si alguien lo presionó para que se matara.  Cualquiera sea el resultado, la noticia golpeó al Gobierno. En el núcleo kirchnerista aún no hay unanimidad sobre lo ocurrido. Pero: ¿Cuál fue la lectura que hizo el mundo? ¿Qué pasó en la Región? ¿Cómo es el escenario internacional en el que ocurrió? ¿Es la Argentina una célula aislada?

“Apareció muerto el fiscal que denunció a la Presidenta argentina”. Ese fue el denominador común de las noticias que llevaron la penosa novedad a los cinco continentes. Se leyó como una muerte política. Se observó como el resultado de un escabroso desmoronamiento de las instituciones. Un crimen mafioso en una Democracia que no logra reponerse de los vestigios que dejó la última Dictadura. Este lunes, El País de España dijo que «es la historia de la desidia de un Estado» y aseguró que «el Gobierno le sumó traición a la desidia».

  ¿Por qué Cristiano Ronaldo fue condenado a 99 latigazos en Irán?

El único mandatario de la Región que se expresó fue el uruguayo José Mujica. «Si Dios existe, que los ayude”, dijo. Rascándose la cabeza, el Pepe buscó quizás una respuesta posible ya no a cuál fue el motivo de la muerte, sino a por qué los argentinos se devoran entre sí. Morales, Bachelet, Rousseff y hasta Maduro callaron. Pero el silencio no significa que hayan rehuido de tomar nota.

Quizás las fuertes dudas sobre la autoría de la muerte del fiscal impactaron en la decisión de no opinar. La propia Cristina Kirchner aportó a la confusión general: dijo, en otras palabras, no tener dudas de un crimen ejecutado por servicios de inteligencia. Servicios –descontrolados o no- que estuvieron bajo su mando los últimos siete años. Y ahora la investigación judicial se encamina a reforzar la hipótesis del suicidio. Lo único concreto sigue siendo que hay un fiscal muerto.

Estos factores expusieron a la Unasur como una simple configuración política de países ausentes. Si bien la desaparición de Nisman se dio en medio de una guerra interna entre espías, aún no está clara las conexiones y la incidencia de países directamente involucrados a la causa AMIA: Israel, Irán y Siria. Y mucho menos claro está qué estuvo haciendo la CIA estadounidense los últimos meses. Pero el bloque de doce presidentes sudamericanos dejó sola, por ahora, a una de sus integrantes: Cristina.

  Shock nacional: Quién va más muerto con esta muerte?

Nisman decía que iba a demostrar el segundo encubrimiento del peor atentado terrorista en la historia argentina moderna. Apuntaba contra la Presidenta y su canciller (Timerman) por el Memorándum de Entendimiento impulsado por el kirchnerismo, avalado por el Congreso, escrito por aún nadie sabe bien quién y jamás ratificado por el Parlamento iraní. De comprobarse, el país e Irán quedarían en una grave exposición internacional. Y de quién voló la mutual judía, cero.

 A menos de cinco horas de confirmarse la muerte de Nisman, Israel pidió el esclarecimiento, destacó al fiscal como a “un jurista valiente” e instó a la Justicia argentina a seguir con la investigación sobre el caso AMIA. “Trabajó con una gran resolución para exponer la identidad de quienes perpetraron el atentado terrorista y a aquellos que los enviaron», dijo Avigdor Lieberman, canciller israelí.

 

El contexto global

Israel atraviesa su peor momento de tensión diplomática con Estados Unidos desde 1948. El tratado de paz para el desarme nuclear iraní entre Obama y su par Hasán Rouhaní dispuso cambios geopolíticos inimaginables hace dos años atrás. Y el poderosísimo bloque republicano del Parlamento estadounidense quiere escuchar al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

  Del FMI a la Selección, Tuqui desafila la navaja de Occam

Netanyahu avisó que se siente «obligado» a hablar en el Congreso de Estados Unidos sobre la cuestión nuclear iraní. Israel encabeza un fuertísimo lobby para impedir que las potencias mundiales alcancen en los próximos días un acuerdo con Irán que le permitiría conservar su poderío nuclear, “lo que amenazaría en primer lugar la existencia de Israel». El dirigente israelí tiene previsto hablar el 3 de marzo en el Congreso estadounidense. Allí, los congresistas republicanos amenazan con votar nuevas sanciones contra Teherán. Se trata de un claro desafío y desautorización a Obama ahora que las negociaciones con las grandes potencias sobre el polémico programa nuclear iraní ingresó en la recta final.

Obama y sus aliados temen que esta visita sirva a Israel y a los republicanos, que controlan el Congreso, para recabar apoyos contra un acuerdo con Irán y eso suponga el fracaso de las actuales negociaciones. El 1 de octubre de 2013, en su discurso ante las Naciones Unidas, Netanyahu señaló a Irán como culpable del atentado a la AMIA y vinculó a Rohani con el ataque, al señalar que estuvo a cargo del Consejo de Seguridad Nacional de su país durante 1994. 

Suscribite a nuestro newsletter
* Recibirás emails de cada publicación semanal
Notas relacionadas
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Con tu suscripción al Newsletter de Border Periodismo recibirás emails de cada publicación semanal.
* Recibirás emails de cada publicación semanal