Elecciones 2015: ¿Qué va a pasar en el PRO después del domingo?

Por: María Julia Oliván @mjolivan

Nada será lo mismo en el PRO después del próximo domingo. Ese día, cuando Gabriela Michetti y Horacio Rodríguez Larreta se enfrenten en las PASO, se definirá mucho más que el candidato a jefe de Gobierno: será el inicio de un nuevo equilibrio de poder. Si Michetti gana, emergerá como nuevo peso pesado del partido, que podría condicionar al propio Mauricio Macri. Si pierde, Gabriela, que hasta ahora fue coprotagonista en la historia del PRO, podría ser relegada a un papel de reparto.

 La rivalidad entre Michetti y Rodríguez Larreta ya es casi parte del folclore del PRO. Durante los ocho años que Macri lleva como jefe de Gobierno, los dos dirigentes se disputaron lugares en el Gabinete y en la Legislatura en una guerra fría. Ahora, finalmente, se medirán voto a voto en una interna que, pese al atractivo que genera tanto en el electorado como en el mundillo político, la mesa chica del partido hubiera preferido evitar.

   Ese grupo que integran el líder del PRO, su amigo y empresario Nicolás Caputo, el secretario de Gobierno, Marcos Peña, y el asesor político Jaime Durán Barba prefería a Horacio en la Ciudad y a Gabriela como compañera de la fórmula presidencial de Macri. La senadora se negó y los apuró: “Es  la Ciudad o me vuelvo a mi casa”. El jefe aceptó, pero el desafío no fue perdonado. A su vez, Michetti no le perdona su apoyo público al jefe de Gabinete y que el haber habilitado a casi toda la estructura partidaria a jugar (fuerte) para él. Por ello el resultado del domingo tendrá consecuencias que, hasta ahora, sólo se comentan en voz baja.

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   Si bien nadie se anima a hablar de “divorcio”, todos en el PRO admiten que la relación política entre Macri y Michetti se rompió y nadie sabe cómo ni cuándo se arreglará. Teniendo en cuenta que es casi un hecho que el ganador de las primarias será el próximo jefe de Gobierno, las fuentes del sector larretista consultadas por #Borderperiodismo deslizan que si el candidato del alcalde porteño gana no habrá lugar para la senadora en la Ciudad, donde pese a ser senadora nacional, quedará excluida de la toma de decisiones.

   En tanto, la mesa chica del partido, que tiene a un Marcos Peña enojado con su otrora jefa política, es muy probable, dicen, que también la relegue a un papel secundario en la estructura nacional en caso de que Macri llegue a ser presidente. Esto también dependerá de si él y Michetti logran reconstruir su relación personal y trasladar la reconciliación al terreno político.

   Ahí es donde Michetti quedó herida, en esa relación personal en la que ella era la “hermanita menor”. La senadora sabía que Macri prefería a Rodríguez Larreta como sucesor pero no se esperaba un apoyo público al jefe de Gabinete. Creía que tras haber sido su protegida, su espada más afilada (y ganadora) en lo electoral y su confidente en lo personal, Macri optaría, al menos, por la neutralidad. Pero no sólo no fue así sino que además, el líder hizo que el resto del PRO se definiera: o estaban con Larreta o estaban con Michetti.

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   Si bien la senadora afirma que ambos podrán superar este traspié en su relación personal, en privado se la ha escuchado decir que en el plano político ya nada será igual. En el búnker michettista indican que si gana las PASO y llega a la Jefatura de Gobierno, habrá sido con “todo en contra” y por eso, hará valer sus votos a la hora de diseñar el Gabinete. Cuando llegue el momento de repartir lugares entre todos los sectores del PRO, Michetti negociará desde una posición de poder y no será dócil. Sin embargo, es consciente de que si pierde se queda afuera. Incluso antes de que alguien decida marginarla, ella se replegará por decisión propia en su banca del Senado.

   De todas formas, durante el tiempo que queda hasta las elecciones presidenciales, Michetti seguirá en la campaña nacional persiguiendo el único objetivo que todavía cohesiona al PRO, que es llevar a Macri a la Casa Rosada. De hecho, cuando los operadores del partido notaron que el líder se había estancado en las encuestas por enredarse en la interna porteña, le pidieron a la precandidata a jefa de Gobierno que volviera a hablar por las radios del interior del país, donde goza de una alta imagen positiva.

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   El resultado de las PASO tendrá también impacto en la candidatura presidencial del jefe de Gobierno, dado que por más que se esfuercen todos es remarcar que “gane quien gane gana Mauricio”, quedó instalada la lectura política de que una derrota de Rodríguez Larreta es una derrota de Macri. Todos los partidos que pelean a nivel nacional tratarán de capitalizar ese resultado. Por eso también el empeño de la mesa chica en que gane el delfín del jefe político.

   La interna del PRO tiene tantas implicancias políticas que hasta los otros partidos competitivos de  la Ciudad de Buenos Aires la observan con atención. El frente ECO, con Martín Lousteau, Graciela Ocaña y Andrés Borthagaray como precandidatos a jefe de Gobierno, y el Frente para la Victoria, con Mariano Recalde, Aníbal Ibarra, Gabriela Cerruti, Carlos Heller y Gustavo López saben que compiten entre sí para instalarse como segunda fuerza, pero tampoco les da lo mismo una victoria de Michetti o de Larreta.

   Aquí les nacen algunas preguntas: ¿Los votos de Michetti irán a Larreta si la senadora pierde o pueden migrar a ECO? ¿Tendrían más posibilidades el kirchnerismo y ECO de ganar las elecciones generales de junio si enfrente tienen a Larreta?

   Segundos afuera. Que empiece la pelea.

 

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