Muerte Súbita: ¿Le puede ocurrir a cualquiera?

Por: Leo Coscia @LeoCoscia

La muerte súbita es algo inesperado que le ocurre a una persona que supuestamente es sana y que si bien no se puede evitar es posible prevenir. Muchas veces existen síntomas previos como mareos, palpitaciones o dolor de pecho.  En la Argentina se registran 60.000 casos al año, es decir, más de 1 caso cada 10 minutos.

Leo Coscia (@leocoscia)

El trágico fallecimiento del futbolista de Atlético Paraná Cristian Gómez, ocurrido en pleno partido, volvió a poner a la muerte súbita en la primera plana de los diarios, pero no hay que creer que ésta es una amenaza que  recae sobre deportistas de alto rendimiento, sino que puede afectar a cualquiera. Las estadísticas son lo suficiente alarmantes como para prestar atención e informarse sobre este tipo de muerte y tomar todas las medidas necesarias para prevenirla: En la Argentina se registran 60.000 casos al año, lo que se traduce en más de 1 caso cada 10 minutos.

La muerte súbita, es una muerte natural (no traumática) que ocurre instantáneamente o dentro de la primera hora desde el comienzo de los síntomas de manera inesperada. “Las causas más frecuente de la muerte súbita son las enfermedades cardiovasculares, y dentro de ellas la enfermedad coronaria”, comenta el médico cardiólogo Fernando Scazzuso, jefe del servicio de  Electrofisiólogía y Arritmias del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA).

Es interesante saber que la mayor parte de las muertes súbitas ocurren fuera del ámbito hospitalario, por lo que identificar a los grupos con riesgo elevado, así como trabajar en la prevención y tratamiento del paro cardíaco es un gran desafío para cualquier sistema de salud en las actuales sociedades modernas.

¿Cómo prevenirla?

“La prevención de la muerte súbita exige en primer lugar un cambio en el estilo de vida, debiendo promover el cuidado personal de la salud”, recomienda el especialista. Es así que el hábito alimenticio, la actividad física, el abandono del tabaquismo, el control del stress y del sobrepeso, aun hoy en el siglo XXI son las medidas más efectivas para evitar este trágico evento en nuestras vidas.

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En segundo lugar la reanimación inmediata es de vital importancia. Aún los mejores sistemas de reanimación del mundo consiguen una baja tasa de supervivencia debido a la dificultad de organizarlos. En grandes ciudades como Buenos Aires, el tiempo en llegar al lugar del incidente y desde allí hasta algún centro de salud hacen que la tasa de éxito sea tan baja como el 25%.

Es por ello que los controles de salud y la estratificación del riesgo para muerte súbita son medulares  en la toma de decisión en la selección del mejor  tratamiento para nuestro paciente en cuestión.

En resumen, “si tenemos en cuenta a nuestro estilo de vida, concurrimos a la consulta para una correcta evaluación y recibimos el tratamiento adecuado podemos estar seguros que la muerte súbita no será tan inesperada y lo más importante, estaremos preparados para enfrentarla”, concluye el especialista del ICBA.

¿Cómo hay que actuar ante una emergencia?

Cuando un adulto o adolescente sufre un paro cardíaco súbito la supervivencia depende de la inmediata reanimación cardiopulmonar que le administre la persona más cercana. El daño cerebral comienza a generarse dentro de los cuatro minutos de ocurrido el hecho y puede ser irreversible luego de los diez. Una pronta administración de RCP puede duplicar o, a veces, triplicar las posibilidades de supervivencia. La gran mayoría de estos casos ocurren en el hogar o en la vía pública, por este motivo es importante que la población en general esté entrenada en técnicas de RCP con el solo uso de las manos. Realizar esta práctica no es difícil pero es de suma importancia efectuarla correctamente, por ello es fundamental entrenarse en forma adecuada, a través de cursos acreditados y practicando con simuladores humanos.

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¿Qué hacer y cuándo hacerlo?

La cadena de supervivencia para adultos de la American Heart Association (AHA) identifica los pasos más importantes ante emergencias que amenazan la vida.

* El primer eslabón consiste en reconocer la emergencia y llamar pidiendo ayuda.

* Luego de esto se realiza una RCP precoz con compresiones fuertes y rápidas en el centro del pecho.

Estos dos primeros pasos de la cadena son los más importantes, ya que deben ser llevados a cabo en el lugar donde ocurre el paro cardíaco por los testigos presenciales.

Entonces, si usted presencia que una persona pierde el conocimiento y no respira o su respiración no es adecuada (jadea o boquea) realice los siguientes pasos:

1) Compruebe que la escena sea segura (que no haya fuego, escapes de gas, electricidad, etc.).

2) Pida ayuda en forma concisa, indique a alguien y hágalo llamar al 107 para que pida una ambulancia y un desfibrilador externo automático. Si usted se encuentra solo deberá ocuparse de realizar esa llamada también.

3) Compruebe si la persona responde. Tóquela y pregunte en voz alta si lo escucha. Verifique la respiración, observe el tórax y el abdomen de la persona para ver signos de respiración. Ésta debe ser normal, de lo contrario asuma que no respira.

4)  Si la persona no responde y no respira o lo hace de manera anormal arrodíllese junto a ella e inicie las compresiones torácicas solo con las manos en el centro del pecho.

5) No flexione los codos y comprima fuerte 5 cm, mínimo, con una frecuencia de 100 compresiones por minuto; luego de cada compresión deje que el tórax vuelva a su posición original. No se detenga hasta que llegue la ambulancia y el personal profesional asuma el control o deténgase si la persona reacciona y comienza a respirar; si esto sucede colóquela de costado y quédese observándola con atención por si deja de respirar nuevamente.

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6) Si hubiera un desfibrilador externo automático (DEA) disponible y usted está entrenado en su uso utilícelo.

7) Si ante una situación de urgencia tiene reparos o dudas en realizar una reanimación cardiopulmonar igualmente hágala. Es mejor administrar RCP a alguien que no lo necesita que no hacer nada cuando alguien sí tiene esa necesidad. La AHA no establece un requisito de edad mínima para que la gente aprenda a realizar la RCP; la capacidad para realizar una RCP se basa en la fuerza corporal y no en la edad. De hecho, diversos estudios han demostrado que niños de tan solo 9 años pueden aprender las habilidades de RCP.

 Desfibriladores externos automáticos (DEA)

 Si no proporciona RCP y desfibrilación en los minutos posteriores al colapso existen pocas probabilidades de reanimación de la persona. Incluso si se practica la RCP puede ser necesario efectuar la desfibrilación con un DEA para detener el ritmo alterado y restablecer el normal ritmo cardíaco. Gracias a la nueva tecnología los DEA son más sencillos y fáciles de utilizar; dan indicaciones visuales y auditivas claras que orientan al usuario, tanto en la utilización del dispositivo como en las maniobras de RCP, y solo se administra una descarga si la víctima lo necesita. En la actualidad, un gran número de lugares públicos como colegios, aeropuertos y lugares de trabajo disponen de DEA.

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