¿Y vos de qué te arrepentís?

Por: Manuela Olim

Un trabajo que va directo al hueso de la conciencia: ¿Cuál es tu mayor arrepentimiento? Niños y grandes, hombres y mujeres, muchos fueron los que aceptaron esto que tiene un poco de juego y un poco de confesionario. Escribieron su respuesta en un papel, se pararon frente la cámara de Alecsandra Dragoi, para ellos, una desconocida, y se sinceraron.

Por Manuela Olim

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Robarle dinero a una hermana”, escribe una rubia con smokey eyes en Inglaterra. “No tener suficiente coraje”, escribe con letras grandes una joven de labios carmín en Rumania. “No tengo arrepentimientos”, anota un sesentón de traje con letra pequeña. “No haber tenido un segundo hijo”, “Haber dejado el colegio” son otras de las respuestas que recibió la rumana Alecsandra Raluca Dragoi cuando hizo la pregunta que le daba vida a su proyecto artístico. Las fotos recorrieron el mundo, y hasta las celebridades se emocionaron y, por ejemplo, el actor Ashton Kutcher abrió un poquito de su intimidad para compartirlo en su cuenta de Twitter. “Mi mayor arrepentimiento es cada momento en el que comprometí mi integridad para satisfacer mi ego”, confesó el actor de That 70´s Show. Si le preguntan a Alecsandra, ella dice que el arrepentimiento es parte de la esencia humana: “Yo creo que cuando se comparten los pensamientos con alguien, aunque ése sea un extraño, se suelta una mancha negra que está en el alma, y uno se puede sentir más libre. Yo no les creo a las personas que dicen que no tienen remordimientos. Yo creo que hay una diferencia entre no tenerlos, o no pensar en ellos”.

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Bill Clinton en 1998 hizo público su arrepentimiento cuando en televisión reconoció que su affair con Mónica Lewinksy había sido un “error”. Bueno, no fue su único arrepentimiento público… en fin, hay varios momentos así, hemos de suponer, cuando se es el líder de una potencia mundial. Y ni hablemos de Mario Pontaquarto, quizá el más famoso arrepentido público de la política nacional. Claro que no todo es entramado político. El arrepentimiento está en todos los ámbitos: una noche de juerga que termina entre sábanas de una cama impensada, una palabra de más, un no llamado, hasta un whatsapp que fue enviado antes de tiempo puede volverse espinilla en la conciencia. “Ojalá hubiera tenido el coraje de hacer lo que realmente quería hacer y no lo que los otros esperaban que hiciera” fue, por ejemplo, el arrepentimiento que más escuchó Bronnie Ware, la enfermera australiana que asistió a pacientes terminales y escribió un libro contando su experiencia en cuidados paliativos. The Top Five Regrets of the Dying es el nombre del libro. El Top Five de arrepentimientos de los moribundos. Bien extremo el momento.

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La inspiración de Alecsandra Raluca Dragoi para estas fotos vino del trabajo de la artista inglesa Gillian Wearing, que en la década del noventa fotografiaba desconocidos con un pedazo de papel en el que hacían sus confesiones. “Letreros que dicen lo que quieres decir y no letreros que dicen lo que alguien más quieren que tú digas” se llamó esa serie. Algo de eso tomó Dragoi entonces para encarar extraños en la calle y hacerles una pregunta que en alguna otra situación tomaría horas de charla.

Dragoi estudió fotografía y trabaja como reportera gráfica. Ha realizado varios ensayos documentales (como retratos de rumanos que viven en Gran Bretaña, para contar su historia y romper estereotipos). Su proyecto sobre los arrepentimientos gustó tanto que la artista abrió una cuenta de Facebook y armó una convocatoria. Si la primera etapa consistió en fotografiar a personas que ella encontraba con cartelitos que respondían a su pregunta, la segunda etapa abrió el juego a toda la red, ya que a través de ella invitó a que de todas partes del mundo participen y expongan su remordimiento más grande, y que manden la fotografía por mensaje privado. Y, por supuesto, para empezar a jugar, la propia Alecsandra responde a la pregunta. Su mayor arrepentimiento, confiesa, fue no haber tenido el valor de levantar la voz cuando era necesario. Pero nunca nadie se lo preguntó y por eso ella empezó la cadena, “para que otros pudieran sacar eso de su pecho a través de la lente«. El resultado deja inquieto, interpela, hace pensar ¿Y el tuyo? ¿Cuál es tu mayor arrepentimiento?

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