Un horroroso femicidio se produjo el domingo. La víctima había realizado varias denuncias contra el agresor.

Por Diego Rojas (@zonarojas)

Horror es la palabra que define el crimen femicida cometido ayer en la capital de Santiago del Estero. Viviana Himelfard, de 45 años, fue asesinada a golpes y con elementos contundentes por su marido René Sequeira, de 54 años, quien también la emprendió contra los hijos de la pareja, una niña de 3 años y un niño de 4 años, que presentan hundimiento craneal y permanecen internados bajo coma inducido. El victimario prendió fuego a la casa con las víctimas dentro antes de ser detenido por la policía. Viviana Himelfard había realizado varias denuncias contra el agresos y había concurrido el último 3 de junio a la movilización por #NiUnaMenos que se había realizado en esa ciudad.

“Hace dos años que hacía denuncias pero no se las querían recibir en la policía -cuenta Enrique Himelfard, hermano de la víctima-. Al principio ella no nos quería decir nada por temor, pero en los últimos meses la violencia se acentuó. Finalmente logró que le dieran la orden de exclusión del hogar contra Sequeira, pero le dijeron que debía volver a su casa para que el hombre no la denuncie por abandono del hogar. Entonces ocurrió el crimen”.

Según el relato de Enrique Himelfard, Viviana había concurrido a la secretaría de género provincial, allí le dijeron que debía ir a un juzgado, donde se accedió a que le den la “exclusión del hogar” al agresor. El último jueves Viviana se presentó a la comisaría de la mujer con la orden y al regresar a su casa vio en la puerta a Siqueiro, que tocaba el timbre reclamando por sus hijos. El padre de la víctima lo increpó y Siqueiro escapó del lugar. El agresor iría a la comisaría a denunciar que no le dejaban ver a sus hijos. Viviana fue a la comisaría para que se dé efectividad a la orden de exclusión del hogar, pero allí le dijeron que debía volver a su hogar para que su marido no efectivizara las denuncias por abandono. Viviana decidió volver, aunque la policía no la acompañó con una custodia. “Voy a aprovechar para poner linda la casa para cuando venga la policía a efectivizar la orden del juez”, tranquilizó Viviana a sus familiares. Luego se desató el horror. Sequeira, de oficio herrero, habría usado sus herramientas de trabajo para terminar con la vida de Viviana Himelfard. Golpeó y dejó inconscientes a sus hijos. Luego ató a la mujer a una silla, roció con gasoil la casa y la prendió fuego. El cuerpo de Viviana estaba totalmente calcinado.

“Mató a mi hermana a golpes, tiene orificios en la cabeza, a los chicos les pegó en las cabecitas –relata Enrique-. Ella había ido al Ni una menos, pero no llegó a tiempo”.

Andrea Ruíz Jiménez, diputada provincial del FIT y una de las organizadoras de la marcha del #NiUnaMenos, denunció que los mecanismos de protección a la mujer no funcionan: “La oficina de violencia doméstica había caracterizado que Viviana tenía riesgo medio en su situación, que llevaba años de agresiones permanentes. La policía debía haberle puesto custodia ante la gravedad de la situación y la orden de exclusión del hogar, por el contrario la mandaron al matadero. En esta provincia hay mil denuncias por mes por violencia de género pero la oficina a cargo sólo cuenta con dos abogados para llevarlas adelante. Todavía no hay casas refugio para mujeres en esta provincia ni mucho menos espacios para la capacitación para la mujer y aún menos trabajos para que puedan dejar de depender de los maridos violentos. Por eso queremos que se apruebe la emergencia sobre la violencia contra la mujer y se destinen fondos de manera urgente para una estructura que responda a estos casos. En este caso queda claro que la inacción hace que el Estado sea responsable”.

-¿Viviana había asistido a la marcha del #NiUnaMenos?

-Ayer me contaban los padres de Viviana que había decidido marchar y había estado presente en la movilización. Ojalá se hubiera contactado con nosotras.

Analía Santilli forma parte de la fundación Mujeres Santiagueñas por la Igualdad: “Esta situación se debe a la falta de preparación de la policía respecto de la violencia de género, no se toma la cuestión como una política de Estado. No se aplica la ley provincial contra la violencia hacia la mujer, no hay personal especializado. Cuando una mujer denuncia en una comisaría no se la toman, le dicen que debe ir a otra dependencia. Las mujeres terminan desistiendo de hacer este tipo de denuncias. En el caso de Viviana ella insistió, pero aún así la mandaron de vuelta a su casa sin custodia. Los vecinos nos cuentan que el hombre la torturaba, la dejaba con llave dentro de la casa, la golpeaba. De hecho, Viviana había perdido la audición de un oído debido a los golpes”.

El asesino se encuentra detenido en dependencias policiales. Mientras tanto, la vida de los dos hijos de la pareja pende de un hilo y se encuentran en coma inducido por los brutales golpes y el humo del incendio que les provocó principio de asfixia. Viviana, que había marchado para que no haya ni una mujer menos por crímenes de género, está muerta. Pese a las denuncias que había realizado, el Estado -una vez más- no llegó a tiempo.