Apunta a crecer en Santa Fe y el conurbano, además de seducir votantes de Massa. Entablar una buena relación con Vidal forma parte de la estrategia.
Exponer las contradicciones del discurso de Mauricio Macri no es el único camino que trazaron los armadores electorales del sciolismo. Entienden que sólo con eso no llegan y que necesitan, además, sumar votos en las zonas donde ganaron o bien perdieron por poca diferencia y plantear cambios de fondo y de forma para atraer a quienes se inclinaron por otras opciones en la primera vuelta, especialmente por Sergio Massa, cuyos votantes son clave.
Según pudo saber #Borderperiodismo de fuentes que participan de la campaña sciolista, la hoja de ruta de cara al ballotage del 22 de noviembre es sumar votos en Santa Fe y el conurbano bonaerense y, al mismo tiempo, convencer al electorado de Massa y a los independientes que arrastró la gobernadora bonaerense electa por Cambiemos, María Eugenia Vidal.
El equipo de campaña de Scioli, encabezado por el jefe de Gabinete bonaerense, Alberto Pérez, apuesta a establecer una buena relación con Vidal en lo “afectivo e institucional”. La intención es no espantar a quienes en octubre cortaron boleta por la candidata macrista pero no votaron a ninguno de los tres presidenciables favoritos.
Las operaciones del ala dura del kirchnerismo contra la gobernadora electa juegan en contra de esa estrategia y es de esperar que el comando de campaña de Scioli trate de revertir de eso. De hecho, en el entorno de Vidal confirmaron a este portal que la administración sciolista ya mostró buena voluntad para facilitar la transición.
Ocurre que entre los votos que arrastró Vidal hay muchos que fueron, en las presidenciales, para Margarita Stolbizer, que también está mencionada en el manual sciolista para el ballotage: creen que es difícil que ese sector se incline por el candidato del FpV y que el mal menor sería que se convierta en voto en blanco.
Para el sciolismo, los votantes de Massa son la clave. Cuando se analizan en frío los números de la primera vuelta se advierte que si conquistan al menos el 45% de los votos que obtuvo el candidato del frente UNA, le ganarían a Macri aún si todos los demás se mantuvieran en blanco. En cambio, si se da el escenario planteado por el massista Felipe Solá –que dijo que la composición de ese electorado está 65-35 a favor de Macri- están perdidos: necesitarían llevarse todos los votos de Adolfo Rodríguez Saá y gran parte de los que sacaron la Izquierda y Stolbizer. Una quimera.
En cuanto al aspecto territorial, Scioli tomó nota de los pésimos resultados que tuvo en Córdoba, donde Macri sacó el 53% de los votos y él apenas el 19%. La campaña sciolista no pondrá ningún esfuerzo en revertir esos guarismos. Prefieren concentrarse en Buenos Aires y Santa Fe.
En la provincia de Buenos Aires apuntarán fuertemente al conurbano, donde el candidato del Frente para la Victoria todavía hace pie y tiene chances de crecer: en la Tercera Sección Electoral (la más populosa) le sacó 20 puntos de ventaja a su rival de Cambiemos, en la Primera le sacó 4 puntos y en la segunda perdió por apenas 2 puntos. En el resto de la Provincia, perdió por un margen casi irreversible.
En Santa Fe, la tercera provincia en caudal de votos, Macri ganó por 4 puntos de diferencia sobre Scioli. Sin embargo, el oficialismo cree que puede dar vuelta ese resultado o al menos recortar la distancia. Apuestan allí a una topadora con nombre y apellido: Omar Perotti. Este dirigente no sólo ganó la elección de senadores nacionales en octubre, sino que demostró en los comicios provinciales que tiene capacidad para revertir resultados adversos. Es el conquistador de los mejores guarismos del peronismo provincial en los últimos 20 años.
Toda esa ingeniería electoral irá acompañada de un discurso que marcará diferencias con Macri. El rumor sobre la supuesta incorporación del consultor brasileño Joao Santana -a quien se le adjudica el armado de una campaña sucia- fue desmentido por el propio Scioli y también su equipo lo niega en privado. No obstante, fuentes sciolistas deslizaron a #Borderperiodismo que habrían sumado a una parte de los asesores que tuvo la presidenta Dilma Rousseff en el ballotage con Aécio Neves,
Con esta hoja de ruta, el sciolismo avanza hacia una segunda vuelta que se presenta muy cuesta arriba y espera que la línea dura del kirchnerismo lo acompañe. ¿Cómo? Interpretando correctamente los resultados del 25 de octubre, en los que el electorado mostró que efectivamente quiere cambios.
Macri tuvo un buen desempeño en la primera vuelta luego de haber girado su discurso a favor de políticas como la estatización de YPF y Aerolíneas Argentinas, la Asignación Universal por Hijo y el Fútbol para Todos. Esto muestra que el grueso del electorado no está en contra del trazo grueso del modelo económico de los últimos 12 años, sino en contra de un estilo.
En el comando sciolista tomaron nota de esto. Habrá que ver con el correr de los días si el kirchnerismo puro es capaz de digerir esta evidencia o prefiere perder con su necedad a cuestas.
