Hay conversaciones para alcanzar consensos parlamentarios que le eviten sobresaltos a la gobernadora electa. La variable de la “oposición constructiva”.
La victoria del frente Cambiemos en la provincia de Buenos Aires no sólo consagró a María Eugenia Vidal al frente del distrito más poblado del país, sino que alteró el mapa político de un territorio que desde 1987 es gobernado por una única estructura de poder: el PJ. En este contexto, Sergio Massa evalúa que la nueva administración necesitará tejer acuerdos de gobernabilidad y, por supuesto, quiere que sean con él.
Los contactos entre Cambiemos y el Frente Renovador en Buenos Aires fueron confirmados a #Borderperiodismo por fuentes de ambos espacios, quienes señalaron que apuntan principalmente a lograr consensos programáticos en la Legislatura. La idea es evitarle a la flamante gobernadora peleas de poder duras, por lo menos, durante el primer año.
«La provincia quedó dividida en tercios. Para gobernar, Vidal tiene que acordar con el Frente para la Victoria o con nosotros», afirman en el massismo, al tiempo que repiten como un mantra que no les interesan “los cargos sino los cambios” que puedan llevarse adelante. Así, negaron que las negociaciones sean para tener algún lugar en el futuro Gabinete bonaerense.
Por su parte, fuentes cercanas a Vidal coincidieron: no se está buscando un gobierno de coalición con el Frente Renovador, según aclararon a este portal. Para ellos, los massistas aspiran a «limpiar lo que hay» y ocupar el rol de «opositores constructivos, aunque opositores al fin», con lo cual las conversaciones no apuntan a un reparto de lugares en el Gobierno sino a la convivencia en la Legislatura bonaerense.
El objetivo es alcanzar un consenso en la Legislatura, donde Vidal no contaría con una mayoría propia. Lo que se está sondeando es la posibilidad de acordar con el massismo en torno a programas y políticas para la Provincia para allanarle a la gobernadora en el primer tramo de sus cuatro años de mandato. Ambos sectores son optimistas en este sentido.
En el entorno de Vidal aseguraron a #Borderperiodismo que tienen una buena relación con Massa y que el principal interlocutor de la mandataria electa es el intendente de San Miguel, Joaquín de la Torre, uno de los miembros fundadores del Frente Renovador. Vale recordar que durante la campaña previa a las PASO, en medio de la sangría que sufría el espacio liderado por Massa, se rumoreó un posible salto del alfil del tigrense al PRO.
También es conocida la buena relación que mantiene Massa con el intendente de Vicente López, Jorge Macri. El primo del candidato presidencial de Cambiemos forma parte de la mesa chica que asesora a Vidal en esta nueva etapa, aunque en este momento se encuentra más abocado a la campaña bonaerense para el balotaje del 22 de noviembre.
Vidal está en lo mismo. No quiere que nada distraiga ni a propios ni a aliados del balotaje en el que su líder, Mauricio Macri, disputará la Presidencia con el oficialista Daniel Scioli. Es por ello que la gobernadora electa no realizará anuncios rimbombantes hasta después del 22 de noviembre y eso incluye los nombres de los ministros que la acompañarán. Hasta ahora, el único plenamente confirmado es el de Economía, Hernán Lacunza. El resto deberá esperar a que concluya la segunda vuelta.
No obstante, entre los nombres que surgen siguen sonando con fuerza el de Federico Salvai, legislador porteño y mano derecha de Vidal, para la Secretaría General o la Jefatura de Gabinete, y el de Leonardo Sarquís para Agricultura. Éste último ya empezó a generar cierta polémica por tratarse de un exgerente de la empresa de agroquímicos Monsanto.
A esa lista de “posibles” se sumó en los últimos días el vicepresidente de la Legislatura porteña, Cristian Ritondo para la cartera de Seguridad. Ritondo es ahijado político del exjefe de la SIDE Miguel Ángel Toma, exfuncionario de Eduardo Duhalde y es uno de los máximos referentes del ala peronista del PRO.
En el entorno de Vidal informaron a #Borderperiodismo que el legislador es tenido muy en cuenta pero que la gobernadora electa no tiene previsto confirmarlo en el cargo todavía.
La “oposición constructiva”
Massa tiene un ojo puesto en la conducción del PJ. Una posible caída de Scioli en el balotaje le abriría a él o su socio político José Manuel de la Sota la puerta hacia la cúpula del partido, con algunas rivalidades previsibles en el medio. Ser el garante de la gobernabilidad de Buenos Aires puede servirle a Massa para esa pelea.
Parados como “oposición constructiva”, Massa y De la Sota pueden armar una base de poder importante en un bastión histórico del peronismo como es la provincia de Buenos Aires y contar así con un valor significativo para la puja interna que se avecina en el PJ.
El acercamiento a Vidal puede ser un paso en esa dirección.
