En los últimos dos años, el nombre del hombre fuerte del espionaje apareció frecuentemente vinculado a los más importantes casos mediáticos. En contra del kirchnerismo, primero; pero ahora también en tensión con el macrismo. “Siempre soy el culpable de todo”, le dijo a la revista Noticias. Aduanas, Nisman, Amia y la rosca judicial. Su peso, ¿mito o realidad?
La trama se repite desde 2014, cuando el gobierno de Cristina Kirchner rompió su alianza con el sector de la ex SIDE que comandaba Jaime Stiuso: cada caso que involucra al oscuro mundo de las mafias tiene como denominador común el nombre del ¿ex? hombre fuerte del espionaje.
La denuncia del fiscal Alberto Nisman contra Cristina, Héctor Timerman y otros kirchneristas por el supuesto encubrimiento de los iraníes acusados por el atentado a la AMIA, y su posterior muerte, pusieron en las primeras planas a Stiuso, otrora director de Operaciones de la Secretaría de Inteligencia.
Ahora, con el escándalo del contrabando en la Aduana, que le costó la suspensión al frente del organismo a Juan José Gómez Centurión, su nombre volvió a estar en el centro de la escena.
Se volvió una rutina en la política argentina. Cada vez que hay un movimiento sorpresivo en el mundo judicial o del espionaje, todas las miradas apuntan a Stiuso. Pasó durante el 2015 y lo que va de 2016 en relación a las denuncias contra el kirchnerismo. Incluso detrás de la captura de José López, con los casi 9 millones de dólares en su poder, hay quienes creen ver la sombra de los servicios de inteligencia que todavía responden a Stiuso.
En los pasillos judiciales, además, se sigue hablando de jueces o fiscales que responderían al ex espía. La ex esposa de Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado, o el fiscal Guillermo Marijuan, son dos de los que acaparan más rumores en ese sentido. Este último, incluso, tuvo cruces con Oscar Parrilli luego de que desestimara pedir una cédula azul a Interpol para saber del paradero de Stiuso (cuando se refugió en Estados Unidos). Luego de años de trabajar como un nexo en el Poder Judicial, bajo el mandato de la administración kirchnerista, los vínculos serían mucho más profundos.
Sin embargo, ahora también el macrismo quedó envuelto en el enredado inframundo del espionaje. El propio Gómez Centurión apuntó contra el ex líder de los espías por la denuncia que obligó a Mauricio Macri a suspenderlo como titular de la Aduana. “Creo que hay gente que está vinculada a él (a Stiuso) que está dando vueltas en esto”, expresó en una entrevista con La Cornisa. «Avanzando sobre el delito en la Aduana molestamos y pisamos mucha gente. Ahora, la banda que más fuerza hizo, porque además tiene la capacidad operativa para hacerlo, fue Ezeiza. Tratar de cambiar Ezeiza, y tratar de sacar los viejos operadores de Ezeiza —que muchos de ellos tienen doble legajo, histórico: un legajo en la Aduana y un legajo enfrente (lo que era la vieja Side)”, concluyó.
En una entrevista con la revista Noticias, el propio Stiuso se defendió: “Siempre soy el culpable de todo. Ahora dicen que hay 200 agentes que responden a mí”.
Stiuso empezó a ser “el culpable de todo” desde su pelea con el kirchnerismo. Al asumir al frente de la nueva Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Oscar Parrilli lo denunció por supuesto contrabando en importaciones hechas por la central de inteligencia. Al poco tiempo logró que renuncie a su cargo.
Pocos meses después, con la tensión todavía a flor de piel, Nisman presentó su sorpresiva denuncia contra CFK y desde el kirchnerismo apuntaron a Stiuso, con quien Nisman tenía una amistad fruto de haber trabajado juntos en la causa AMIA. Justamente, por la investigación del atentado contra la mutual judía en 1994, el ex espía tuvo que declarar como testigo en la causa que investiga el encubrimiento.
Los K, en ese momento, vieron la mano de Stiuso detrás de la denuncia, como represalia por haberlo removido de su puesto. Incluso la propia Cristina lo insinuó en una de sus cartas. Esas suspicacias se incrementaron cuando el ex fiscal apareció muerto en su departamento de Puerto Madero. La lógica era que le “habían tirado un muerto” a la entonces presidenta.
La seguidilla siguió con más denuncias contra Stiuso, incluso también por supuesto enriquecimiento ilícito (una causa iniciada por Gustavo Vera y su fundación La Alameda).
Con la llegada de Macri a la Presidencia, se sospechaba que Stiuso podía volver a la AFI. Eso no se concretó, aunque sí volvieron a lugares de importancia funcionarios vinculados a él. Incluso, hay quienes lo vinculan con Silvia “La Turca” Majdalani, número dos de la AFI.
El ex jefe de Operaciones lo relativizó ante Noticias: “La conocí por su trabajo en la comisión de seguimiento de actividades de la Secretaría de Inteligencia (del Congreso).
-¿Y desde que está como subdirectora de la AFI no la vio?
– No, para qué. Si después pasa algo y me van a terminar echando la culpa a mi. Sólo falta que digan que soy del ISIS.
Ese supuesto buen entendimiento con el macrismo, no obstante, empezó a crujir con el escándalo de contrabando en la Aduana, donde volvieron a aparecer nombres vinculados a Stiuso. Y su influencia en el Poder Judicial todavía sigue siendo motivo de debate. Él, mientras tanto, busca despegarse y pasar desapercibido. Pero el fantasma Stiuso ya quedó instalado. ¿Mito o realidad?
