¿Es el fútbol un deporte injusto? ¿Hay que cambiarlo?

Por: Fernando Sommantico @ferlegend1

Los resultados determinan al ganador pero no siempre al mejor. La reflexión de Velasco, el técnico de vóley elogiado por Guardiola. La eficacia sobre el buen juego. La dinámica de Panzeri y Pagani. La audacia moderna de Van Basten y un debate fundamental: ¿hay que cambiar y hacer evolucionar al fútbol?

 

En un reportaje que le hicieron recientemente al mítico Julio Velasco, hoy entrenador de la selección argentina de vóley, menciona que el fútbol es uno de los pocos deportes, sino el único, en donde se puede jugar mal y ganar. Si uno pretendiera modificar esto inevitablemente habría que cambiar las reglas del juego. De hecho hay algunos estudios al respecto que veremos más adelante.

El DT del vóley Julio Velasco.
El DT del vóley Julio Velasco.

Velasco, para aquellos que no lo conocen, es considerado uno de los dos mejores entrenadores de la historia del vóley a nivel mundial, y es un ejemplo tal de liderazgo que hasta el mismísimo Pep Guardiola lo visitaba para escuchar y aprender aún más. En Italia llegó a ser tan reconocido y respetado que hasta Berlusconi, siendo primer ministro de Italia y presidente del Milan en la época dorada del futbol en su país, le había ofrecido ser el manager o incluso, entrenar al equipo.

Por eso la reflexión de Velasco no es menor. En el fútbol, mucho más que en otros deportes al menos populares, podemos observar como un equipo que supuestamente fue superior en el juego al de su rival, termina perdiendo o empatando. Por ejemplo:

  • El equipo “A” tuvo 65% de posesión de la pelota, remató al arco en 12 oportunidades, tuvo a favor 10 tiros de esquina  y no convirtió goles.
  • El equipo “B” tuvo 35 % de posesión de la pelota, 5 tiros de esquina, 3 tiros al arco y 1 gol.

Con estos datos podemos decir que, en el fútbol, más que jugar bien lo que importa es ser eficaz a la hora de marcar un gol. De nada sirve hacer lindas jugadas en las que la pelota va de un lado al otro con treinta toques si después no se marcan goles.

El Pep Guardiola.
El Pep Guardiola.

A los técnicos les encanta hablar de sistemas tácticos, si sus equipos son o no ofensivos, si la defensa marca en línea, pero todo esto pasa a un segundo plano en lo que respecta al público, que lo primero que quiere es ver a su equipo ganar sin importar demasiado cómo. Claro que si se gana jugando lindo y goleando mejor, pero si también se gana con un gol en orsai convertido en el último minuto de juego el aficionado, los técnicos y los jugadores se irán contentos y si se jugó bien o mal ya no será del todo relevante.

Entre táctica y «la dinámica de lo impensado»

Un simple aficionado debe estar acostumbrado a escuchar a los técnicos hablar de sistemas tácticos. “Mi equipo es ofensivo”, dicen, y todos aseguran que sus equipos salen a ganar -y sería por demás curioso y hasta original escuchar a alguno confesar que su equipo se plantó para perder-. Más allá de las palabras, en la práctica se ven a grandes rasgos los equipos que salen a presionar en el lado rival de la cancha o el que se planta en su campo esperando al rival y presiona una vez que este lo traspasa. Y hasta están aquellos que cuando juegan de local plantean un juego mas ofensivo y lo contrario, de visitante.

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Sea cual sea la disposición táctica o en qué zona del campo de juego se planteen, los equipos y los goles llegan por ser eficaces a la hora de definir. Que un equipo juegue con muchos jugadores en el campo rival no garantiza el triunfo.

El libro del economista Tetaz.
El libro del economista Tetaz.

En su libro “Casualmente”, el economista Martín Tetaz ahonda sobre los porcentajes de azar que existen en distintas actividades. Con respecto al fútbol aporta lo siguiente: «En un partido en donde el talento es similar entre los dos equipos, el factor aleatorio es más importante que cuando las diferencias de talentos son notorias«. Y no hay dudas al respecto: un mal fallo arbitral, un tiro en un poste o el rebote de la pelota en un jugador puede ocasionar un caos en los sistemas tácticos.

En griego, la palabra caos significa desorden, aunque también puede significar lo impredecible. Cuando un equipo que va perdiendo tiene un tiro libre a favor más o menos cerca del área, suben a cabecear casi todos. Hay la misma cantidad de jugadores defendiendo que atacando en esa jugada en donde la pelota cae en el área. Lo que puede pasar después es que los defensores la despejen o que los delanteros -u otro jugador en ofensiva- cabeceen, generando así rebotes y situaciones posteriores aleatorias, que pueden favorecer a uno u otro bando.

Ese desorden genera algo nuevo, en donde prevalece la improvisación, la intuición y el oportunismo para derribar sistemas. En el futbol argentino, aunque muchos técnicos no lo quieran reconocer, se plantean sistemas de juego táctico en donde prevalece el juego defensivo y se apuesta a que el gol llegue por medio del caos.

libro panzeriDante Panzeri, en su célebre libro «La dinámica de lo impensado», sugiere que, más allá de los dispositivos tácticos, lo que hace la diferencia es la capacidad individual del jugador y que el equipo que gana es el que mejor engaña. El gol de Maradona a los ingleses, el famoso barrilete cósmico, es un gran ejemplo en donde se puede ver la capacidad individual de un jugador, la inspiración para seguir la jugada en todo momento pero también su capacidad de definición, en ese caso, desde una posición incómoda, con un defensor que está más al acecho de sus pies que de quitarle la pelota.

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El periodista deportiva Horacio Pagani es un fiel creyente de esta teoría y va un poco más lejos aún, dando a entender una y otra vez que los goles casi siempre llegan por azar en jugadas aleatorias. Y en cierta forma tiene razón. ¿Pero es esto siempre así? El Barcelona de Messi y compañía parece ser una excepción, en donde la mayoría de los goles son la combinación entre pases precisos, junto a la capacidad de definición de la terna asesina que forma la Pulga junto a Neymar y Suárez.

 ¿Por qué no podemos ver un equipo que se asemeje al Barcelona en el futbol argentino? Una de las razones principales es obvia: la capacidad técnica de sus jugadores. Pero hay otras, como el arbitraje. En España es más severo que en Argentina y se protege más al jugador que crea que al que obstruye. El agarre, el empujón, la patada, el siga siga que comenzó hace unos veinte años aproximadamente conspiran contra la creatividad del juego.

Mientras Pagani, Panzeri y otros o creen en los sistemas, Velasco y Guardiola los consideran fundamentales para optimizar el juego y la creatividad. En una de sus charlas entre ambos, Guardiola le comentaba que si el sistema funciona, Messi va a recibir más veces la pelota mano a mano contra un rival. Nunca menos. El juego de la selección demuestra que la táctica también hace a Messi. Guardiola decía que jugaba así, porque de cinco veces que Lio quedaba mano a mano, una era gol.  Velasco hace mucho hincapié en que los sistemas deben ser claros y eficientes, pero también deja la posibilidad para que la creatividad a veces haga la diferencia.

¿Hay que cambiar el fùtbol?

Con respecto a otros deportes, en el fútbol, el sistema de puntuación parece exiguo, señala Martín Tetaz. Un gol vale un punto, siempre, así se haga desde el punto penal, afuera del área o desde mitad de cancha. Esto es así siempre, salvo en algunas competencias de eliminación directa, como la Copa Sudamericana, en donde el gol de visitante termina considerándose que vale doble, por una interpretación reglamentaria, en caso de empate en el resultado de ida y vuelta.

Las estadísticas marcan que más del 90 por ciento de los goles se hacen dentro del área, y muy pocos fuera de ella, todos aquellos que alguna vez jugaron al fútbol saben lo difícil que es convertir desde afuera. En el básquetbol ocurre algo similar. Embocarle al aro fuera del área es más difícil que hacerlo debajo, , aunque resulta un logro más sencillo y habitual, en comparación con el fútbol. Así y todo, en este deporte se premia con un punto adicional a la destreza de haber logrado encestar desde un lugar de mayor dificultad. El triple hoy es fundamental y ha cambiado la dinámica del juego. En el rugby hay varios tipos de puntuación, convertir un try vale 5; un penal, 3 y un try penal convertido, 7. Tal vez esta gradualidad de la dificultad es la causa por la cual en rugby es casi imposible que un equipo le gane a otro, jugando mal.

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El fútbol tiene reglas curiosas. Una es el lateral. Todas aquellas pelotas que el rival envía por la línea de fondo de su arco son introducidas con el pie mediante la ejecución de un tiro de esquina o córner. Pero las que se van fuera del campo por las líneas laterales son introducidas por el rival con las manos y no con el pie. Curioso detalle de un deporte que se llama futbol, en donde llevar la pelota con la mano es infracción. El lateral es el único momento donde un futbolista de campo puede usar sus manos. No es la única regla extraña.

Marco Van Basten, un crack en la FIFA.
Marco Van Basten, un crack en la FIFA.

El orsai conspira contra el gol. La ley del offside que actualmente se utiliza en el fútbol fue creada en 1925 y desde entonces ha sufrido leves modificaciones. Esta genial idea fue inventada en una época en donde los jugadores no eran los atletas que son hoy. La regla ayudaba a los jugadores a achicar el campo y no correr tanto, pero la dinámica del futbol, en casi cien años, ha evolucionado: los futbolistas hoy son megaatletas hiperentrenados, se corre más y los espacios son cada vez menores para desarrollar buenos pases. Entonces, ¿tiene sentido seguir “achicando” la cancha? Para Marco van Basten, director de desarrollo técnico de la FIFA, esto ya no tiene sentido y propone anular esta ley alegando posibilitaría mayor cantidad de goles y mejoraría el espectáculo. El ejemplo es el hóckey en donde se suprimió esta ley.

Van Basten cree que el fútbol se parece cada vez más al handball, en donde los equipos instalan murallas defensivas delante de sus áreas. En busca de mejorar el espectáculo, propone una serie de cambios, la mayoría resistidos. Desde incorporar una tarjeta naranja para suspensiones breves, sanción habitual en hóckey o rugby, a acumular faltas personales o jugar con tiempo neto, deteniendo el reloj- como el básquet. Hasta se anima a enterrar los empates, definiendo los partidos igualados con shoot out a 25 metros y en 8 segundos. Los cambios propuestos tienen muchos detractores, que en Argentina son tan amplios que suman desde Diego Maradona a César Luis Menotti. Las normas suelen ser conservadoras. Las críticas también. Casi como el juego en sí.

 

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