Medios fallutos: en tiempos de #NiUnaMenos, sólo un tercio de mujeres son conductoras

Por: María Julia Oliván @mjolivan

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El doble discurso de la igualdad de género en los medios argentinos se refleja en las grillas. Hay radios sin conductoras mujeres y La Diez tiene el 10%. En la tele sucede igual y en la gráfica se dan paradojas como Página, donde no hay mujeres cubriendo política o economía. La excepción de los medios públicos y las críticas y autocríticas sobre nuestro espacio en la comunicación.

Informe: Gonzalo Bañez

Infografías: Fede Sosa

Foto de portada: Fer Arechaga

Los medios de comunicación se han transformado en los principales divulgadores de los derechos de igualdad que reclamamos desde el colectivo de mujeres trabajadoras en el siglo 21, encarnado en el país en #NiUnaMenos. Más allá de la obvia condena social a la violencia machista expresada en el horror de las alarmantes cifras de femicidios -una mujer muere cada 36 horas en la Argentina en manos de su pareja, ex o familiar varón- los demás valores de la igualdad deseada están siempre presentes en spots, avisos institucionales y en la boca de los más famosos conductores de televisión o columnistas de diarios.

Pero, ¿qué pasa cuando esos mismos medios arman sus propias grillas de programación? ¿Cumplen lo que predican o su compromiso es sólo un slogan políticamente correcto?

Según un relevamiento realizado por #BORDER, entre las emisoras de FM y AM más escuchadas, los cinco canales de aire y las cuatro señales de noticias de mayor relevancia surgen cifras de alarmante disparidad.

El dial nos muestra el peor panorama. Si nos fijamos en las radios, sobre un total de 167 conductores, hay 128 hombres y apenas 39 mujeres. En frecuencias como Aspen directamente no hay ni una al mando de programas y la paridad se registra en FM que casi no prestan atención a la actualidad. En las AM, uno de cada tres conductores es mujer en Mitre y ahí para abajo: un 22,8 por ciento en la 750, un 16,7 en Del Plata, un 7,7 en La Red y lo que parece un chiste: en La Diez la proporción de mujeres conduciendo es una de cada diez. El panorama general detalla que el 76,6 por ciento son muchachos. El 23,4 restante somos nosotras. Una cifra que baja al 19,8 por ciento si se excluyen los datos de Nacional.

El perro verde es Radio Nacional.

Si bien no está entre las 5 AM más escuchadas según IBOPE -probablemente porque la empresa no mide los oyentes en las provincias, fuera de Ciudad de Buenos Aires y AMBA- es la más equilibrada en cuanto a la cantidad de conductores hombres y mujeres.

Bajo la gestión de Ana Gerschenson, Nacional armó programas con 18 conductoras mujeres y 23 hombres, cifra que se despega de las desigualitarias proporciones de las demás radios.

El dato es interesante porque, al ser una radio pública tiene más responsabilidad sobre la igualdad que las del resto del mercado. Igualmente, convengamos que el hecho de que Gerschenson sea mujer es poco probable que tenga que ver con esa rareza, ya que hay medios hipermachistas que tienen mujeres en sus cargos directivos.

Ana Gerschenson, directora de Radio Nacional.

“Cuando armamos la grilla de Radio Nacional elegí a los conductores por su profesionalismo y trayectoria. Sin embargo, tengo que admitir que la mirada femenina de la periodista mujer a la hora de contar y analizar las cuestiones básicas o complejas de la realidad me genera una sintonía mayor. Creo que las mujeres tenemos mucho que aportar a este mundo contrapuesto si nos corremos de las antinomias y las exclusiones. Pero la sintonía y el registro de las mujeres hacen de la radio un lugar más cálido, me explica Gerschenson.

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Sigamos.

mujeres en los medios¿Qué pasa en la televisión? Del total de conductores de los cinco señales abiertas en la Argentina, 50 son hombres y 30 mujeres. Un tercio de mujeres conducen en El Trece, Canal 9 y América y los números mejoran, otra vez, en la TV Pública y en Telefe, que compensa con poca oferta periodística en su grilla. En los cuatro canales de noticias que analizamos, los números tampoco son alentadores: 56 hombres contra 24 mujeres, todos por debajo del tercio, salvo la nueva señal LN+. Si sacamos el porcentaje en la tele en general el 66,2 por ciento de los conductores son varones.

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Muy bien.

El promedio del relevamiento realizado por #BORDER no desentona con las cifras mundiales. Dos estudios dirigidos por Adriana Amado, especialista en medios y doctora en Ciencias Sociales, revelan que en el mundo el tema también sigue siendo sólo un slogan de redes sociales. Los mensajeros de la lucha feminista lo hacen desde lugares donde las proporciones rondan el 7 contra 3.

Adriana Amado
Adriana Amado, especialista en Medios y Comunicación.

“Según el estudio de worldsofjournalism.org que comprendió 66 países -con una metodología muestral que, a falta de datos censales, en Argentina consideró la estratificación de medios y población- los porcentajes de participación de mujeres en los medios ubican a nuestro país en la posición 49ª. Estamos muy lejos de los diecinueve países que cuentan con mayoría femenina: Letonia, Rusia, Rumanía, Sudáfrica, Moldavia, Singapur, Estonia, Australia, Finlandia, Croacia, Serbia, Malasia, Albania, Filipinas, China, Nueva Zelanda, Noruega, Emiratos Árabes y Bután. En América Latina, Brasil es el país con mayor cantidad de mujeres periodistas (49.2%), seguido de Chile (43,2%); El Salvador (40,4%); Colombia (39,7%). Recién luego figura Argentina (36,9%), sobre Ecuador (33,2%) y México (31,8%). Pero así y todo estamos mejor que otros nueve países con menos de un tercio de participación femenina: Sierra Leona, Etiopía, Qatar, India, Estados Unidos, Corea del Sur, Indonesia, Japón y Bangladesh”, detalla Amado.

Ante los datos, uno podría suponer que las mujeres no nos formamos lo suficiente. Es decir, que las periodistas no estamos a la altura académica de los colegas varones o no tenemos acceso a esa formación. Pero esa conclusión tampoco es así.

“En la Argentina, el 60% de las mujeres tienen formación universitaria en periodismo y 23% en otra especialidad, porcentajes que son 51.4% y 22% en el caso de los hombres, según datos publicados en el trabajo El periodismo por los periodistas.”, asegura Amado.

Ahora bien, ¿cómo explican los expertos brasileños que sea el suyo el país con mayor participación de mujeres de Latinoamérica?

desigualdad de gènero 2Sonia Moreira, doctora de la Universidad de Río de Janeiro, sostiene que la formación reglamentada en 1969 propició el ingreso de más mujeres en las universidades de Brasil, pero su alta participación también se explica por la brecha salarial: Contratar a una mujer es más barato para el empleador. Es absurdo pero a pesar de los cambios, eso sigue así”, considera, consultada por Amado. Lo mismo pasa en los países de Europa del Este, los de mayor participación de mujeres. La profesora Alice Němcová, de la Universidad Carlos, de Praga, lo explica como consecuencia del régimen comunista que obligaba a las mujeres a ser parte de la fuerza laboral. Sin embargo, siguen recibiendo menos paga y menos ascensos.

Sigamos, entonces. ¡Tenemos que encontrarle la punta al ovillo!

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Si no hay diferencia en cuanto a la formación académica -y hasta incluso hay ventaja-, entonces podríamos inferir que, pese a la diferencia de cantidades, por lo menos nos repartimos de manera justa los temas a tratar. Digo, como ya nadie a esta altura de los tiempos divide por género las tareas, los deportes o los colores, en el periodismo deberíamos más o menos poder escribir todos sobre todo.

No. No se entusiasmen. La gráfica tampoco es un ámbito alentador para nosotras.

El estudio Journalistic Role Perfomance Around the World (“desempeño del papel periodìstico en el mundo”, en español) analizó 3.400 noticias y encontró que las firmas de mujeres periodistas en Argentina son el 9,5% del total, la mitad de las de los colegas masculinos. Diario Popular es el que menos notas firmadas tiene y todas por hombres.

desigualdad de género 1Clarín tiene un 33,6% de firmas de mujeres sobre el total de firmadas, en temas de salud, infraestructura, cobertura de desastres, vida cotidiana, protestas, energía y medio ambiente y problemas sociales. La Nación es el que más proporción de firmas de mujeres tiene (36,1%), que además aparecen en secciones que en los otros diarios están dominadas por hombres como transporte, educación y religión, además de mantener el equilibrio en temas de protestas, salud, energía y medio ambiente y accidentes naturales.

La paradoja de Página/12

PáginaPágina es uno de los medios que más cubre y reflexiona sobre las noticias con perspectiva de género, pero cuando se analizan las firmas de las notas que salen publicadas en el matutino salta a la luz la paradoja: las mujeres suscriben 25,4% del total de notas firmadas y están prácticamente excluidas de las secciones de economía, religión, energía y gobierno. Sus notas y reportajes firmados son, principalmente, sobre temas de derechos humanos, protestas, salud y problemas sociales. “Esta es la prueba más clara de que un discurso de género no te cambia una situación. Página ha sido un diario de claro discurso de género y sin embargo las chicas nunca pudieron conquistar espacios de economía y política, reflexiona Amado y concluye llevando el escenario desigual a la máxima expresión: “Lo mismo nos sucede en la política, vos fíjate que tuvimos una presidenta mujer y tenemos una vicepresidente mujer y discutimos el tema del aborto porque lo instala la novia veinteañera del ex gobernador Daniel Scioli, cuestiona, provocadora y al hueso.

Hasta acá, las cifras. Ahora bien, ¿vamos a quedarnos con la explicación recurrente que machaca con que vivimos en sociedades patriarcales o podemos indagar un poco más profundamente con otros aspectos del asunto? Lo segundo, amigos.

Primero, hay que preguntarse en los medios, tal y como se presentan hoy en día, qué es estar adentro y qué, afuera. O sea: si la única entrada para llegar al público masivo es el Bailando por un Sueño, muchas dirán paso, nena.

Si la otra es entrar a ser la secretaria maceta que lee tuits es también bastante poco estimulante, ¿no creen? Hay mujeres hermosas con una carrera de grado o en plena formación universitaria, paradas leyendo mensajitos en redes al lado de una pantalla en programas de televisión. Es la adaptación tecnológica de la chicas Sofovich que atrasa 30 años.

Y después, estamos unas decenas de mujeres periodistas, las menos, con experiencia en conducción en radio y televisión a las que nos pusieron un techo: el panelismo.

Digo nos pusieron porque conozco muchas que se sentirían muy desafiadas y entusiasmadas con alguna propuesta de conducción de un programa de periodismo. Pero parece que por ahora eso no estaría sucediendo. Piensen: ¿conocen a alguna mujer que conduzca un programa político en la televisión de aire o en algún espacio relevante del cable sin secundar a un periodista varón?

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Otras veces, también somos nosotras las que sin darnos cuenta ponemos una barrera que se ve más que lo que decimos. ¿Por qué queremos ser escuchadas y a la hora de vestirnos elegimos esa blusa que hace que las miradas se dirijan a nuestro escote o esa falda que destaca nuestras piernas? ¿No es que queremos que se escuche lo que decimos? ¿Debemos aceptar que además de buenas en el trabajo debemos ser decorativas? Amado, que es una estudiosa del tema, reflexiona: “hay cierta contradicción porque muchas presentadoras ubican la posibilidad de vestirse de una manera sexy como una reivindicación de género, pero no lo es. No al menos, en el caso que tu trabajo consista en analizar una noticia o investigar un hecho”.

mujeres en tvHay otra contradicción que es operativa y del propio sistema de las redacciones. ¿Cuántos medios cuentan con una guardería para que una madre pueda seguir cumpliendo el horario regular? Sobran los dedos de una sola mano para contarlos. “El empoderamiento de mujeres en los medios de comunicación no ha dado solución a esos temas; como tampoco lo ha hecho la cuotificación política. En los medios sucede que hay mujeres directoras de medios que eligen repetir los esquemas conocidos, en vez de armar estructuras más igualitarias a ver qué pasa”, insiste Amado, quien no se amilana al mirarnos a nosotras de manera crítica.

Otro conflicto que proviene de nosotras es que, por un lado están quienes son profundamente machistas o conciben el ejercicio del poder con la misma lógica que los hombres y por otro las que son profundamente feministas. Yo me pregunto, ¿y si tratamos de ser profundamente humanistas?

Entonces estamos perdidas– le digo yo cuasi vencida. ¿Llegamos a esta altura de la historia para concluir que somos finalmente el sexo débil?

-Nooo, para nada me interrumpe con la lucidez que la destaca. Somos nosotras las que muchas veces elegimos dar la pelea desde otros lados. Creamos nuestros propios espacios, como en tu caso hiciste con #BORDER -y yo miro para abajo porque me sonroja el elogio- o decidimos estar en lugares distintos que muchas veces están lejos de la centralidad de los medios pero cerca del espacio adonde queremos desarrollar nuestra carrera”.

Entonces amigas, ¿quién podrá salvarnos? ¿Podremos salir de este círculo vicioso del discurso políticamente correcto versus la realidad que vivimos en los medios y que nos atrasa décadas?

IMG_0813Un poco la salida sería empezar porque las reivindicaciones de género no se planteen como un River-Boca. Justamente, uniéndonos mujeres con mujeres y hombres con mujeres, con la consciencia de no ser contradictorios entre lo que reclamamos y lo que actuamos, tal vez podamos construir una realidad más consecuente. “Un sociólogo alemán que se llamó Urlich Beck escribió en la Sociedad de Riesgo (Paidós, 1986) algo que da en la tecla con lo que estamos charlando -agrega Amado- y es: no se puede encontrar salidas individuales a problemas colectivos.

Cuando la igualdad de género nos importe a todos, tal vez todos nos comprometeremos a hacer algo para que ocurra. Todos tendremos que ceder, pero será un logro que todos podremos reivindicar, siendo coherentes. Y justos.

 

*Con informe de Gonzalo Báñez Villar.
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