Para Tuqui, no son las PASO… llegan las PA(YA)SO

Por: Tuqui

El reality show de la política lleva a Tuqui a analizar con su mirada corrosiva el panorama de las Primarias Abiertas -Y Además, Superfluas- Obligatorias, una joda que cuesta millones. Con ustedes, las PA(YA)SO y su circo de personajes para el delirio. Porque la realidad necesita un poco de humor.

 

En un país próspero, seguro, educado, sin indigencia, con bajos índices de desocupación y pobreza, con una economía floreciente, sería impensable gastar -mínimo- 2.600 millones de pesos en un trámite inútil. En Argentina, que es todo lo contrario, a nadie parece importarle.

Las PA(YA)SO. (las PASO, como ustedes las conocen), son otro gasto evitable en el reino del despilfarro. Las internas partidarias, tanto más baratas para los que pagan impuestos, han sido reemplazadas por esta nueva modalidad. El índice de los jerarcas señalando candidatos parece someternos a todos a un involuntario y constante examen proctológico.

¿Qué posibilidades se ofrecen hoy? Las mismas que estarán disponibles en la elección definitiva. ¿Qué «modelos» tenemos para elegir? Veamos.

MacrilitaEl oficialismo es uno de ellos. Un proyecto extraño que se encumbró sobre tres propuestas básicas y, en su camino a abolir la pobreza, empezó quitándoles retenciones a mineras y agroexportadores, dos conjuntos de pobres que al parecer necesitaban con urgencia esa exención. Que para terminar con el populismo reparte cada vez más planes sociales pero no crea fuentes de trabajo. Que para unir a los argentinos sólo discursea sobre lo malos que fueron los de antes y siempre se queda corto.

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CFK tuquiEn tanto «los de antes», encabezados por la exitosa egresada de la Moulinex, la multiprocesada señora de Kirchner, proponen terminar con «este gobierno neoliberal». Asusta un poco pensar que para ello repetirán la década de mayor prosperidad económica del país… pero sin la prosperidad. La señora deberá recurrir a toda su sapiencia para comprar más hoteles y esas carteras tan bonitas y llenas de ceros. Un dato curioso: la mujer más rica del país se erige en representante de los millones de hambrientos que dejó su gobierno, sumados a los que agregó el actual.

Sin embargo, hay puntos de coincidencia entre los dos «modelos«: con ambos los que más han ganado —si no los únicos— son los bancos, el sistema financiero, los grupos de poder económico concentrado.

Stolbizer tuquiOtra opción es transitar la avenida del medio, con la guía de un dúo particular: quien integró el gobierno anterior —el más corrupto de la historia— pero no vio nada, no dice nada, no sabe nada. Y una señora que hasta hace poco hacía carne picada en las redes sociales con quien hoy es su compañero y ahora lo describe como una tentadora hamburguesa.

La derecha derecha no tiene gran ascendiente sobre la población, posiblemente porque la banderita, la inasible «patria» y el nacionalismo de jardín de infantes no son suficiente argumento para salir a cazar personas de otras razas y religiones.

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La izquierda izquierda, que atrae a los trabajadores con su acompañamiento en las luchas y sus proyectos de ley pero los aleja cuando les corta el camino a ellos en vez de a los responsables del desastre, tiene también una convocatoria menor. El argumento que se les opone, en general, consta de cuatro palabras: Rusia, China, Cuba y Venezuela. Al parecer los experimentos fallidos justifican, para la mayoría, dejar de intentar. Esa actitud hubiera sido fatal para el método científico, pero como se sabe la política no es ciencia sino el arte de decidir qué se hace con el dinero de los demás.

Los candidatos del circo.

Sobre los de la derecha derecha no puedo decir nada, porque no sé ni sus nombres, si los hay. Hace rato perdí el interés por los grupúsculos neonazis sin peso en la sociedad.

Los de la izquierda izquierda podrían aumentar sus chances siguiendo el ejemplo de otras tendencias y sumando a algún procesado, condenado o imputado; o bien a alguien que se les haya opuesto hasta ayer. Al parecer a los votantes les atraen esas listas.

Esteban BullrichPor el oficialismo van destacadas personalidades: el monaguillo Esteban Bullrich, embarcado en la sagrada misión de pegar la religión al Estado con «la Gotita»; la doctora Carrió, para quien Macri fue «un límite moral» (sic) hasta que se convirtió en la Richelieu de Mauricio (sin embargo, las críticas no hablan de qué pasa cuando se cruza el límite de lo moral, sino de su salud mental y su particular relación con los hidratos de carbono).

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Fernanda VallejosPor «los de antes», además de Nuestra Ex, aparece Fernanda Vallejos, monologuista vociferante sin oídos, quien equipara a Hipólito Yrigoyen con Boudou, que vive en un médano, truchó papeles para estafar a su mujer y quiso quedarse con la fábrica de billetes. También Scioli, que hizo una brillante carrera de casi presidente a quinto en la lista.

Menem lloraCarlos Menem, condenado, buscará seguir escondido en el Congreso. Y sobran nombres, pero me falta espacio.

De todas maneras, no importa quién gane. Han sesionado siete veces en este año, y siempre habrá mayoría a la hora de aumentarse las dietas.

Proponga usted que los legisladores cobren por día trabajado, y lo mirarán como cualquier funcionario cambiemita lo miraría si propusiese convertir la masturbación en un sacramento.

Ottavis plumasTermino con una frase de José Ottavis, otro ¿candidato?: «fuimos corruptos, mentirosos y manipuladores, pero somos todos iguales». Sí, vos también, lector, sentí una culpa increíble por esconder plata robada en un convento.

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