Operaciones, mentiras y sospechas en la causa por la desaparición de Maldonado

Por: Daniel Seifert @SeifertDaniel

Pistas falsas operadas en los medios. Informes de inteligencia truchos. Demoras increíbles. Políticos que presionan gendarmes. Testimonios contradictorios y prefabricados. Defensas políticas ciegas a colaboradores turbios. La grieta que resquebraja una desaparición y jaquea a la política. Un repaso urgente de cada caso, sin concesiones.

 

Un presidente, Mauricio Macri, que tardó más de un mes en referirse a la desaparición de Santiago Maldonado. Que se guía por los vaivenes de los focus group. Que en su fuero íntimo aún sospecha del rol de grupos radicales mapuches que atacan a empresarios amigos como Benetton en el sur y que puso esa preocupación en su agenda desde el inicio de su gestión.

Una ministra, Patricia Bullrich, que fue la vocera bravucona de la postura oficial, al menos, hasta esta semana, cuando decidieron correrla para reemplazarla con voceros menos hostiles como Germán Garavano o Claudio Avruj. Que en el Senado mostró un respaldo ciego a la Gendarmería, con frases grandilocuentes y explicaciones inverosímiles del rol de su subalterno Pablo Noceti. Que le respondió con discurso incendiario a Cristina Fernández de Kirchner.

Ella, una ex presidenta que en el poder desdeñó víctimas y reclamos pero que usa el caso Maldonado como plan de campaña. Que se saca fotos en una iglesia rezando por el joven desaparecido, ante la mirada dolida y la queja de una madre de una víctima de Once nunca escuchada. Que se quejaba cuando la tildaban de déspota pero que manda a sus seguidores a decir que macribasuravossosladictadura.

Un juez federal, Guido Otranto, con ganas de ser nombrado camarista por el Gobierno actual. Que no actúa en “tierras sagradas”, no tomó ninguna medida para requerir con apuro testimoniales, no explica demoras y tampoco suelta una causa caliente en la que podría ser pasible de ser investigado.

Una procuradora, Alejandra Gils Carbó, enfrentada al Gobierno actual y afín al poder anterior, que hace lugar a anónimos, regula la asistencia a una fiscal lenta y aprovecha para instalar otros requerimientos polítizados y veloces.

Así se crea un escenario perfecto para no saber nada y que nazcan podridos los pescados. En #BORDER resumimos las más viles operaciones de uno y otro lado, las dudas y las pocas certezas de un caso que hace que un país se pregunte dónde está Santiago Maldonado y la dirigencia política en su totalidad se dedique a especular con las respuestas.

 

El puestero y el acuchillado

Qué se dijo: Maldonado podría haber sido herido por el puestero Evaristo Jones en un ataque del RAM (Resistencia Ancestral Mapuche).

Qué pasó: Las pruebas de ADN en una mancha de sangre en la camisa del puestero descartaron esta semana que el herido haya sido Maldonado. El puestero había sido atacado por cuatro encapuchado de RAM el 21 de julio, en la estancia de Benetton que custodia en la zona de Epuyén, y había actuado en su defensa con un cuchillo. El Gobierno fogoneó la hipótesis por una razón primordial: vincular a Maldonado con ese grupo violento y radicalizado de protesta. No es un dato menor: el rol de RAM en la trama de la desaparición de Maldonado es una teoría que en el Ejecutivo tienen entre sus principales hipótesis inconfesas. A pesar de que no lo dirán en público, el debate sobre RAM copó gran parte de los debates que se sucedieron esta semana en reuniones en la Rosada. El ADN negativo, cotejado por la justicia chubutense, desarmó el puntal de la teoría perfecta del oficialismo. No hay ningún dato certero que vincule al artesano con ese grupo radicalizado. Para el juez Otranto será difícil explicar por qué este peritaje fue más veloz que el análisis de un cabello y de dos manchas -una presuntamente de pintura y otra que podría ser sangre- halladas en allanamientos a Gendarmería el 10 de agosto. La pericia depende del Cuerpo Médico Forense a cargo de la Corte Suprema. Esa lentitud operativa generó reproches en el Gobierno, entre los ministros Garavano y Bullrich.

 

El informe de inteligencia trucho

Qué se dijo: Un supuesto informe de inteligencia de una fuerza de seguridad revelaba cómo Gendarmería detuvo y golpeó a Maldonado, que habría muerto por hipotermia y su cuerpo enterrado cerca de la frontera con Chile.

Informe trucho
El informe trucho. Imagen gentileza de TN.

Qué pasó: Un documento llegó de manera anónima a la fiscalía de Silvina Ávila y además, otra copia fue enviada por la Procuraduría de Violencia Institucional (PROCUVIN), dirigida por el fiscal Félix Crous, organismo que depende de la procuradora general Alejandra Gils Carbó. Ese anónimo había sido acercado a los fiscales por el legislador porteño filo-k Gustavo Vera, socio político de Guillermo Moreno. La veracidad del supuesto informe fue desmentido por la Policía Federal, fuerza a la que se le adjudicaba la autoría. El presunto documento, en rigor, tiene el carácter de un mero anónimo. Y si bien menciona gendarmes y datos, algunos precisos, de una supuesta operatoria, está escrito a mano, en un papel con el sello de la PFA falsificado y con un membrete del “Ministerio del Interior”, cuando la fuerza no depende de esa cartera desde mediados del kirchnerismo. Además, confunde la fecha de la supuesta detención de Maldonado, que la sitúa en 31 de julio, cuando testigos lo ubican con vida el día siguiente. La Policía Federal anunció que presentará una denuncia por falsificación de documento público. En paralelo otro dependiente de Gils Carbó, el fiscal Sergio Rodríguez, de la Procuraduría de investigaciones Administrativas (PIA), le requirió a Bullrich iniciar un sumario administrativo por las acciones en los operativos de Gendarmería.

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El gendarme arrepentido

Qué se dijo: Fabián Méndez, jefe del escuadrón de Gendarmería en El Bolsón, atribulado y aislado, romperá el silencio

La presentación del gendarme Méndez en la causa. Foto gentileza de TN.
La presentación del gendarme Méndez en la causa. Foto gentileza de TN.

Qué pasó: El comandante a cargo del escuadrón 35 de El Bolsón recibió amenazas y piedrazos en su casa y una protesta con incidentes frente al cuartel que comanda en El Bolsón. Se mudó, sin su familia. Testigos del operativo en el que habría desaparecido Maldonado y referentes de derechos humanos sindican que de su dependencia sería el Unimog al que habrían subido a Maldonado. Pero al mismo tiempo, las últimas versiones lo sindican como apuntando la responsabilidad del operativo a su par del escuadrón 36 de Esquel, Pablo Badié. Especulaciones al margen, lo que sí se confirma es que Méndez fue presentar un escrito en la causa, revelando que el legislador Vera lo llamó para decirle que sabía “lo que pasó con Maldonado, lo que está en el expediente y lo que no” y que revelara dónde estaba el cuerpo para darle “cristiana sepultura”. Como siempre, Vera invocó su autotitulada amistad con el Papa y se presentó hablando como si fuera un emisario del Arzobispado porteño. Méndez cortó. Recibió otra llamada de un tercero que llamaba por Vera. El gendarme aportó lo sucedido a la causa, para que llamen a declarar a Vera y que cuente lo que sabe. El sinuoso legislador dijo esperar con gusto el llamado y comparó con Astiz a los periodistas que revelaron que fue él el aportante del libelo trucho.

https://youtu.be/QnyQkKj9Iko

 

Las inconsistencias del testigo con binoculares

Qué se dijo: El testigo Matías Santana declaró ver cómo Gendarmería se llevaba a Maldonado.

Qué pasó: “Yo escapaba en mi caballo, subí a una loma y desde ahí con unos binoculares vi cómo tres gendarmes le pegaban a un bulto que tenía una campera de color celeste que yo le había prestado esa mañana, declaró ante los medios Santana, uno de los mapuches que antes había dado un testimonio encapuchado ante la PROCUVIN. Ni aquella declaración ni la que hizo ante el juez Otranto aún tomó estado público en su totalidad, pero en sus declaraciones se notan algunas inconsistencias. Santana reveló que aquellos binoculares los perdió un compañero quince días después en un rastrillaje. Y fue confuso con el relato de la campera, cuyo color no coincide con el verde de la que le adjudicaban a Maldonado en otro video, aportado a la causa el 29 de agosto por la familia y en el que sostienen distinguir a Santiago, aún cuando la Justicia duda y aún lo perita. Cuando los medios le consultaron por ello, Santana fue aún más confuso: dijo que la campera celeste quedó en el “puesto de guardia” y que luego desapareció, culpando a la Gendarmería por eso. No queda claro cuándo se habría quitado la campera Maldonado, antes de ser subido al Unimog, según su relato. Santana aparece en un video junto al lonko Facundo Jones Huala, investigado por atentados en Chile, el día de su detención. Tanto a Jones Huala como a Santana algunos investigadores los vinculan a RAM, lo que el testigo desmintió, como lo hizo en febrero a nombre del lonko, en una carta a medios chubutenses. Fuentes judiciales consideran que el testimonio de Santana parece contener “datos posteriores a los hechos que declara”. Su aporte no es menor. Luego de un período de resistencia a presentarse en la causa, esta semana declararon varios testigos. Santana es el único, hasta ahora, en sostener que vio a la Gendarmería actuar sobre Maldonado.

 

Muerte en Chile

Qué se dijo: Se tiró a rodar la versión de que Maldonado había muerto en Chile en un accidente de tránsito.

Qué pasó: Otra hipótesis que, si bien en este caso no se hizo públicamente, analizaron en al menos mandos medios del Gobierno. Mientras un amigo de Santiago aportó fotos actuales y dijo que había quedado en regresar a Chile, las redes sociales se inundaron de una inminente aparición de Maldonado del otro lado de la Cordillera. Varias cuentas afines al macrismo replicaron los mensajes y los más irresponsables tuiteros hablaron de una muerte en un accidente de tránsito. También hubo cadenas de WhatsApp. El Gobierno consultó por “las versiones” a Interpol Chile que lo desmintió, luego de chequear en las morgues del sur chileno. El cruce del joven desaparecido hacia Chile sigue siendo una hipótesis evaluada con menos ímpetu y aún cuando tampoco tiene ningún dato relevante que la abone.

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Deschavar a un testigo

Qué se dijo: Un testigo protegido había revelado que se había podido comunicar con un celular de Maldonado.

Qué pasó: En su exposición en el Senado, la ministra Bullrich reveló la identidad, domicilio y datos del padre de Ariel Garzi, el amigo de Santiago que había prestado testimonio ante el juez Otranto y revelado que lo habían atendido por 22 segundos en un celular de Maldonado, un día después de la fecha de su desaparición. El joven salió a hablar luego y dijo que el juez le había prometido protección. Aunque desde el Ministerio de Seguridad relativizaron esa acción y la Justicia nunca aclaró si Garzi contaba o no con la figura de testigo protegido, el exceso de Bullrich se vio como otra maniobra para deslindar responsabilidades de Gendarmería. En esa misma reunión en el Senado, la ministra había dicho no estar dispuesta a “tirar gendarmes por la ventana” y asumió la responsabilidad por el accionar de esa fuerza. Poco se sabe de los peritajes sobre los celulares de Maldonado, si esa llamada se produjo y dónde se habría activado el celular.

 

Las órdenes de Noceti

Qué se dijo: Un funcionario chubutense y un documento de Gendarmería prueban que Noceti dio la orden de actuar.

Qué pasó: El rol del jefe de Gabinete de la cartera de Seguridad, Pablo Noceti, sigue siendo materia de debate. Bullrich llegó a decir que su funcionario “pasó a saludar” por la zona del operativo en la fecha de la desaparición de Maldonado. Abogado que defendió genocidas, Noceti es un perfil oscuro en el equipo de la ministra, al margen de su rol en el caso. Y es cierto que el funcionario le puso candado a su cuenta de Twitter y es inaccesible hoy, cuando debería dar explicaciones. Así y todo, no hay datos concretos aún que prueben que haya intervenido directamente en los operativos del 31 de julio y 1° de agosto. En una interpelación legislativa del 5 de septiembre, el ministro de Gobierno chubutense, Pablo Durán, admitió una reunión de “coordinación” con Noceti por la problemática RAM el 31 de julio a la mañana, en Bariloche, junto a autoridades de Río Negro y de fuerzas federales. No era nueva la información de que el jefe de Gabinete de Seguridad estaba en la zona con esas actividades. Durán explicó el rol auxiliar de la policía chubutense, que se encargó de desviar el tránsito en intersecciones previas y posteriores de la ruta 40 donde se desarrollaba el operativo de Gendarmería y, en ese contexto, fue consultado por cómo pasó Noceti “a saludar”. Fuentes del gobierno chubutense le dijeron a #BORDER que aquel retén no era un corte, sino “un desvío sugerido para que no queden trabados en la ruta”, por lo que podría no haber sido impedimento para el paso de Noceti. En su alocución, Durán dijo que el motivo de la reunión con Noceti fue “coordinar toda la etapa investigativa para dar con los autores de los distintos atentados” sufridos en Chubut y Río Negro, al sostener que fueron los mismos autores. No mencionó operativos en marcha. Y cuando fue consultado sobre quién pidió los retenes a la policía provincial mencionó al comandante Diego Balari, de la agrupación 14 Chubut de Gendarmería, quien estaba a cargo del operativo en la ruta. Durán concluyó el cortó el tema diciendo no ser “el abogado de Noceti”. Fuentes chubutenses explican que el objetivo del ministro provincial fue aclarar el rol de su policía, “pero de ningún modo apuntar a Noceti, esa fue la conclusión del kirchnerismo. La ministra Bullrich, por su parte, había sostenido, en defensa de su asesor, que “no participó, no dio órdenes, no tuvo nada que ver con la parte operativa. Nosotros dirigimos la estrategia, no damos órdenes operativas sobre el terreno.


No obstante, días antes de los operativos en la ruta frente a la comunidad Pu Lof de Cushamen, Noceti había dicho en una entrevista con Radio Nacional Esquel: Vamos a empezar a terminar con el RAM, y a partir de ahora cada actividad pública que hagan van a quedar detenidos y llevados a juicio todos, cuando corten la ruta o se concentren frente al juzgado los vamos a detener, que lo tengan claro porque eso es lo que va a ocurrir, con el RAM no tenemos nada que dialogar, lo que haremos es judicializarlos. Van a quedar todos presos”.

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Un día después de la desaparición de Maldonado, el jefe Balari declaró que, cuando regresaba de la reunión con Noceti en Bariloche hacia Rawson nos dimos con este tema y a partir de ahí recibí la orden de la superioridad institucional de hacerme cargo y coordinar las acciones del operativo en base a los hechos y a orientaciones y órdenes precisas emanadas del Ministerio de Seguridad y de las autoridades judiciales con jurisdicción en la zona, el juzgado federal de Esquel, organizamos a la gente y procedimos”. Eran las 22 del 31 de julio. ¿Noceti le dijo a Balari que actuara o que obedeciera las órdenes del juzgado? El juez Otranto ordenó intervenir en la ruta el día anterior, no así el día de la desaparición de Maldonado.

Informe de Gendarmería en la causa.
Informe de Gendarmería en la causa.

En un informe de Gendarmería sobre el operativo, presentado en la causa, un párrafo genera aún más confusión. Allí dice que, esa noche, Balari habló por teléfono con el ministro Durán “quien en horas de la mañana había participado en la reunión de coordinación mantenida con el señor Jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad Dr. Pablo Nocetti (sic), en la ciudad de San Carlos de Bariloche (RN), quien se comprometió a ordenar a personal de la policía de esa provincia a colaborar con la Fuerza, lo cual no se concretó pese a los reiterados llamados telefónicos realizados al Sr Jefe de la Policía de Chubut”. Esta mención de Noceti tampoco aclara su rol específico ni si emitió alguna orden directa. Tal vez la redacción no ayuda. Noceti estuvo en la reunión que Bullrich mantuvo esta semana con Mauricio Macri en la Rosada. Es inentendible que no dé explicaciones.

 

Las tierras sagradas

Qué se dijo: En los rastrillajes en búsqueda de Maldonado no se cruzó el río Chubut.

Qué pasó: Mientras el Gobierno asegura no haber realizado ningún recorrido por el lugar, más allá de los recorridos con perros que seguían huellas de olor en prendas adjudicadas a Maldonado -cuya efectividad también está en duda porque pueden haber sido usadas por otros miembros de la Pu Lof-, en la comunidad mapuche afirman que la Gendarmería sí llegó hasta allí. En ese marco es inexplicable la resistencia del juez de no ordenar operativos, como forma de respeto cultural a las tierras sagradas mapuche. Otranto teme a que esa decisión podría terminar en “una batalla campal” y dilataba la decisión, mientras dicen las fuentes que la supone innecesaria desde que cambió la carátula a desaparición forzada. Ni en el rastrillaje del 5 ni en del 16 de agosto, el juez autorizó el cruce fluvial aún cuando un rastro detectado por un perro se perdía a la orilla del río. En el Gobierno se generó una discusión sobre si era conveniente rastrillar con un megaoperativo de la Policía Federal, utilizando un protocolo de búsqueda de personas desaparecidas que contempla la acción sin autorización judicial. En la discusión política primó la estrategia de seducción y así Claudio Avruj, secretario de Derechos Humanos, fue a reunirse con el juez en Esquel mientras más de 300 policías con helicópteros, drones y tecnología de comunicación desembarcaba en la ciudad. Un montaje de presión sin hablar con el juez, que así todo, se mantuvo firme en la decisión de no avanzar, para enojo del Gobierno, que confió en que la movilización de recursos sería convincente. Se mantuvo…hasta la tarde del jueves 7, que habilitó un rastrillaje en los márgenes del río -no en la comunidad- para el viernes.

 

Si este escenario no fuera suficiente, el fiscal Federico Delgado abrió una investigación por presunto encubrimiento contra la cúpula del Gobierno, de Macri hacia abajo. La causa surgió de la denuncia de dos ongs, una de ellas presentada por el abogado constitucionalista Eduardo Barcesat, contratado por el gobierno de Alicia Kirchner en Santa Cruz. En su presentación, Delgado pone el ojo en otro punto: el juez Otranto investiga la desaparición de una persona en el marco de un operativo que comenzó con una orden suya. Dos datos que suman a sospechar que la respuesta que la sociedad reclama se pierde en un mar de intereses políticos de una mezquindad abrumadora.

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