El oficialismo se llevó la victoria en 13 provincias y, en especial, en los 5 distritos más grandes, algo que no sucedía desde la época de Alfonsín. El triunfo ante Cristina, renombrada en el gobierno como una “Filmus a nivel nacional”. Las remontadas clave en el Conurbano. La mesa que propone Macri a futuro y el gesto hacia Durán Barba.
Cambiemos logró un triunfo histórico venciendo en 13 provincias, entre ellas la estratégica Buenos Aires y superando el 41% de los votos a nivel nacional, una marca sólo superada por la cosechada durante la primavera alfonsinista de 1985. No hubo una sola clave para el éxito electoral sino que intervinieron varios factores que detallamos a continuación.
El gobierno ganó los 5 distritos más grandes del país -Buenos Aires, CABA, Santa Fe, Córdoba y Mendoza-, que representan el 66% de la población. Es la primera vez desde 1985 que el partido de gobierno se impone en estos distritos simultáneamente en unas elecciones legislativas.
Cambiemos ganó en 16 capitales de provincia y estuvo a poco de triunfar en Santa Rosa (cayó por 200 votos), en una elección que creía ganar y el mandatario local Carlos Verna dio vuelta al final. La coalición oficialista también se impuso en Santa Cruz y La Rioja, dos bastiones peronistas que sólo tuvieron administraciones de ese signo desde la recuperación democrática de 1983.
La victoria en la estratégica Buenos Aires doblegando a la ex presidenta Cristina Kirchner fue otro de los hitos del último domingo: pese a que había caído en las PASO por 0,2%, en las generales la lista encabezada por Esteban Bullrich logró superar por poco más de 4 puntos a la de Unidad Ciudadana.
En muchos distritos del Conurbano, Cambiemos logró mejorar la performance de las primarias: logró dar vuelta la elección del 13 agosto en Pilar, quedó a 2 puntos en Avellaneda, ganó en Lanús y en La Matanza y Merlo logró achicar la brecha con el kirchnerismo.
Pero el factor preponderante, admitido por lo bajo por las algunas espadas del oficialismo, fue la división del peronismo y la postulación de Cristina por fuera de PJ como materialización de este factor. “Es nuestro Filmus a nivel nacional con más capacidad de daño”, bromeó hace unas horas un estrecho colaborador de Mauricio Macri.
Es que la vigencia de Cristina, que tiene un piso alto pero un techo bajo, condiciona las chances del PJ de volver al poder en 2019. En la Provincia, de hecho, CFK obtuvo 37,2%, Florencio Randazzo 5,3% y Sergio Massa 11,3%; una lectura posible sería que el voto peronista bonaerense superaría el 50%. “Ella sacó más que cada uno de los referentes del PJ juntos, es la que más votos tiene. Nos pedían que la ´matáramos´ para que deje de jugar dentro del peronismo pero nosotros no hicimos nada”, bromeó el funcionario consultado. Claramente al oficialismo le conviene que la ex mandataria se siga presentando a elecciones ya que un peronismo dividido aumenta las chances del macrismo.
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Fortalecido, Macri convocará el próximo lunes a una mesa a gobernadores, intendentes, sindicalistas, empresarios, jueces y legisladores para tratar las reformas que prevé encarar en las próximas semanas. La primera meta es la sanción del Presupuesto 2018 pero también buscarán consensos para sancionar la reforma fiscal, educativa y la ansiada reforma política para cambiar la forma de votación: si no se puede imponer la Boleta Única Electrónica el oficialismo no descarta incorporar la boleta única de papel.
También será tema de conversación con los mandatarios provinciales la discusión por una nueva ley de Coparticipación teniendo en cuenta que en breve podría salir el fallo de la Corte Suprema por el reclamo de Buenos Aires por el Fondo del Conurbano que haría mermar las arcas del resto de los distritos.
Otra de las novedades del festejo de Cambiemos en el búnker de Costa Salguero del domingo por la noche fue que Macri hizo subir al escenario al consultor Jaime Durán Barba. Lo ubicó entre la flamante senadora electa, Gladys González y Federico Salvai, jefe de gabinete de María Eugenia Vidal. Al decir de un vocero consultado, fue un reconocimiento para el gurú ecuatoriano defensor del “purismo amarillo” del PRO e impulsor de la candidatura de la actual gobernadora.
