Ajuste de la política: mientras los ministros se pelean a ver quién se achica, la Unidad G20 no para de crecer

Por: Emiliano Russo

El ajuste de la política que promueve el gobierno nacional con un recorte del 20% en la alta administración pública -se eliminarían unos 650 cargos, “no personas”, aclaran- esconde una puja en el seno del Ejecutivo entre los encargados de llevar adelante esta reestructuración y los 23 ministros que conforman el gabinete macrista. El plan de austeridad que, además, intenta bajar el acuciante déficit fiscal puso sobre la superficie recelos entre quienes ven rasurada su estructura política.

La gobernadora María Eugenia Vidal fue quien dio el primer paso, en plena campaña electoral, al declamar la necesidad de bajar el costo de la política tras meses en que la ciudadanía debió ajustarse el cinturón por el denominado sinceramiento de la economía que llevó adelante el gobierno. El presidente Mauricio Macri tomó la posta y, tras las elecciones del 22 de octubre, ordenó acelerar la fusión de secretarías y organismos que se venía estudiante en el Ejecutivo.

Lo cierto es que los encargados de llevar adelante la tarea son el vicejefe de Gabinete, Mario Quintana, y el titular de Modernización, Andrés Ibarra. Mientras que el ex gerente de Boca Juniors tuvo a su cargo el “diagnóstico” de la denominada “raviolera” del estado, Jefatura de Gabinete será quien ejecute la poda a través de la Dirección de Diseño Organizacional que comanda Quintana.

En las últimas semanas hubo reuniones en la Casa Rosada y en la Quinta de Olivos en las que ambos funcionarios se entrevistaron en tandas de a 5 ministros en las que le bajaron línea sobre el proyecto. Las reuniones finalizaron a comienzos de esta semana y antes de fin de año cada ministerio tendrá que dar su “devolución” a Jefatura de Gabinete, esto es, el nuevo organigrama ministerial con una disminución del 20% de los cargos políticos.

Un aspecto importante es que la reducción del 20% deberá verse reflejada en idéntico porcentaje en la masa salarial; con este requerimiento se quiere evitar que esos funcionarios una vez alejados de sus cargos puedan ser contratados “por afuera” como asesores.

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Según se pudo saber, Francisco “Pancho” Cabrera fue uno de los que más se enojó en esas entrevistas cuando se le pidió recortar su ministerio. Es que Producción cuenta con una estructura “grande” en comparación al resto de las carteras. “En la subsecretaría de Emprendedores, de Mariano Mayer, hay mucha gente”, puntualiza una fuente gubernamental con conocimiento del plan oficial.

En la administración nacional hay casi 210 mil empleados públicos: de esa masa se identificaron casi 3500 cargos jerárquicos entre el universo de los 23 ministerios. Así el recorte apunta a eliminar unos 650 cargos jerárquicos. “No sé si va a haber muchos despidos, sí reacomodamientos, por ejemplo, que alguien pase de director a coordinador”, ejemplifica la fuente consultada.

En teoría el ajuste en la política abarca seis niveles: coordinadores, directores, directores nacionales, subsecretarios, secretarios y ministros. Este último caso se incluye por formalidad ya que en esta instancia no van a eliminarse ministerios (quizás se avance en ello si hubiera reelección).

Lo cierto es que, todo caso, se bajará el sueldo de los funcionarios involucrados en el recorte que logren continuar en el gobierno. A modo de ejemplo, un coordinador gana $50 mil en bruto, un subsecretario $110 mil y un secretario $130 mil.

“No se puedan sacar 50 coordinaciones porque haría inviable la gestión del ministerio. Sería mejor quitar una secretaría ya que así caería todo lo que viene debajo”, explican los arquitectos del nuevo organigrama estatal.

Es que muchos de estos funcionarios serían reubicados en puestos de menor relevancia.

Por ejemplo, en el Ejecutivo citan el caso de la subsecretaria de reforma institucional Marina Carbajal -que orbita en la secretaría de Asuntos Políticos de Adrián Pérez– que a partir de enero pasará a ser coordinadora. Es que en el ministerio del Interior, donde se inscribe esta área, van a fusionarse distintas secretarías de acuerdo a los siguientes rubros: vivienda, reforma política y relación con las provincias. “Es el ministerio con la estructura más grande y por ende el que tendrá que readecuarse más”, cuentan en gobierno.

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Con todo, será Quintana quien tenga la última palabra sobre los cambios en cada una de las carteras. Desde hace un año el vicejefe de Gabinete ha venido ganando en influencia lo que ha despertado el recelo de sus colegas; de hecho, en julio pasado absorbió Diseño Organizacional que hasta entonces estaba en manos de Modernización. “Tiene gente propia en Salud, Desarrollo Social, Hacienda, Finanzas y Producción: eso es un armado de estructura. No tengo dudas que está construyendo políticamente”, opina una calificada fuente gubernamental consultada.

Otra de los ministerios que tendrá que llevar adelante una gran reestructuración es Desarrollo Social. La cartera que lidera Carolina Stanley monitorea los planes sociales e intenta contener la protesta social. “Desarrollo Social no hizo la `limpieza` que se le pidió desde el principio: aún hay personal que venía de la gestión anterior y algunos provenientes de las organizaciones sociales”, grafica la misma fuente.

Con todo, una subsecretaría proveniente de Interior recalaría a fin de año en el histórico edificio enclavado en la 9 de Julio: se trata de Hábitat, a cargo de obras en barrios vulnerables, ya que se busca dar participación a los beneficiarios de Argentina Trabaja y otros planes. Esa movida provocó una polémica ya que el traspaso no incluiría a la actual titular del organismo, Marina Klemensewickz, distanciada con Stanley desde los tiempos en que ambas eran funcionarias porteñas. La ex mujer del vocero presidencial, Iván Pavlovsky, podría reubicarse bajo las alas de la vicepresidenta Gabriela Michetti.

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Con lo que también hay disidencias es con los plazos en los que cada cartera deberá ajustarse. En teoría los cambios deberían implementarse el 1 de enero. Sin embargo, Jorge Triaca sostuvo ante la consulta este medio que “tenemos hasta febrero para las readecuaciones” en la plantilla de Trabajo.

Su colega de Energía, Juan José Aranguren, dijo a #Border que “no seguimos las recomendaciones de Quintana o Ibarra sino instrucciones del Presidente para hacer más eficiente al estado. No está mal revisar las estructuras después de 2 años, por ejemplo nosotros ya no seguiríamos la emergencia eléctrica. Y respecto al 20% está bien que pongan un número pero dependerá de cada ministerio”. En el Ejecutivo insisten que el objetivo es que todos los ministerios sigan esa pauta.

También entre los cambios previstos se prevén “reemplazos” en Educación y Salud, ya que los actuales ministros Alejandro Finocchiaro y Adolfo Rubinstein, respectivamente, intentarán colocar “a su gente” en algunos organigramas. En esos ministerios los ex ministros Esteban Bullrich y Jorge Lemus antes de irse habían reducido los cargos políticos por lo que la poda en los “ravioles” alcanzaría sólo al 17%.

El curioso caso que en vez de ajustar, crece

Paradójicamente, hay un área que ha crecido en personal y lo seguirá haciendo. Se trata de la Unidad G20, creada en junio para atender la cumbre mundial de los países más ricos del planeta que tiene lugar en el país y culminará en diciembre de 2018. Depende de secretaría de la General de la Presidencia y, según se pudo saber, actualmente emplea a 35 personas. Empero, desde el organismo admiten que la planta seguirá creciendo en la medida que se acerquen los eventos. Las áreas a cubrir son logística, comunicación y administración y legales.

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