Los síntomas de que es hora de cambiar de trabajo. Test y opciones para relajar el estrés. El relato que una especialista publicó en Harvard y sus preguntas clave para detectar si sufrís de agotamiento laboral.

“Es preferible tener el derecho de elegir un trabajo que te enriquezca antes de que te aminore. Esa es mi opinión acerca de los derechos humanos en lo laboral. Es lo que hago como coach, gerente y ser humano”, sostiene Monique Valcour, coach ejecutiva y profesora de Management, en un artículo para la Harvard Business Review. La especialista concluyó en un test para medir cuán cansado estás de tu trabajo.

Aunque todavía siga siendo sorprendentemente controversial. Gerentes y empleados en las empresas u organizaciones alrededor del mundo asumieron que el pago y otros premios es todo lo que se puede esperar de un trabajo -y todo lo que se le debe a los empleados- siendo irreal esperar beneficios menos tangibles como confianza, respeto, autonomía, civismo y llegar a tener la oportunidad de crear un impacto positivo en las vidas. Esta mirada empobrecida del trabajo se ve en las actitudes y en los comportamientos que agotan al empleado, también los atrapa en trabajos que dañan su bienestar y el sentido de sí mismo.

 Cuando las condiciones y demandas que se encuentran en el trabajo -tales como las cargas horarias, el nivel de autonomía, las normas de comportamiento interpersonal- exceden la capacidad de manejarlos, se corre el riesgo de que el trabajo consuma. Cansancio, pérdida de energía, falta de entusiasmo e ineficacia, pérdida de la confianza y de la capacidad de desempeñarse son, según Valcour, los síntomas que no se deben padecer todos a la vez como para igual sufrir consecuencias graves.

La especialista en relaciones laborales da un ejemplo: “Si no creés en las actividades de organización, liderazgo y cultura, es más probable que te sientas desmotivado, inclusive si estás funcionando bien en el trabajo”.

En su artículo para Harvard, Valcour sostiene que existen Investigaciones sólidas que han establecido que el trabajo y los problemas de organización de éste pueden llevar al agotamiento inclusive más que los problemas personales que un empleado pueda tener. La gente es propensa a experimentarlo a causa de altas cargas laborales, por bajos niveles de control en el trabajo, descortesía, bullying, problemas administrativos, poco apoyo social, recursos organizacionales deficientes, jefes estresados y comportamientos negativos de liderazgo. Empresas con un desenfrenado nivel de agotamiento son el centro del brote de las enfermedades contagiosas. Mucha gente muestra síntomas y efectos perjudiciales que se hacen notar a través de las relaciones del empleado, dentro y fuera del trabajo. Desafortunadamente. muy a menudo los síntomas del agotamiento se pasan por alto en las revisiones dejando así a los empleados arreglándoselas solos.

 En ese sentido, para la especialista “llega un momento donde dejar tu trabajo o empresa es la mejor opción para terminar con el agotamiento”. “Me enfrenté con esta decisión años atrás cuando trabajaba para una organización que tenía bastantes factores que podían llegar a consumirte y existían muchos empleados que lo padecían”, explica Valcour en un caso personal que detalla como ejemplo.

Incluso relata que probó muchas estrategias para aumentar su compromiso: “Busqué maneras de crear valores para con mi jefe que explotaba todas mis fuerzas. Llegamos a un acuerdo por una escasa modificación que me permitió pasar un tiempo más gratificante en el trabajo y menos tiempo en tareas que no me agradaban. Reduje mi exposición a las tareas, a las personas y a situaciones que gastaban mi energía”.

 Sin embargo, la salida no pudo mantenerse en el tiempo. “Mi habilidad de ejercer control sobre mi trabajo fue restringida. Fui asignada a tareas más estresantes y me negaron la oportunidad de hacer aquellas que encontraba significantes”. La especialista recurrió a un sinnúmero de recursos para combatir el burnout: gimnasio enérgico, yoga y meditación fueron insuficientes para controlar su estrés; “Tomaba tranquilizantes -relata- no podía separarme psicológicamente del estrés del trabajo. Las tareas familiares me requerían mayor tiempo y esfuerzo para poder completarlas ya que vivía trabajando. Siempre fui orientada a lograr el éxito, pero me aterraba sentir mi capacidad de producción y creatividad consumiéndose”. Sus amigos observaron que se sentía abatida en el trabajo y Valcour notó que aunque dejara su trabajo y consiguiera uno con un cambio de carrera o de puesto más reubicación, su bienestar tampoco dependería de eso, pero es un principio.

“Si te sentís agotado, ¿cómo sabés cuando es tiempo de dejarlo?”, fue el interrogante que Valcour se hizo y de allí surgió su punteo de preguntas claves que te pueden ayudar a determinar si debés dejar tu trabajo. #BORDER lo comparte a continuación.

• ¿Tu jefe posibilita que puedas dar la mejor versión de vos mismo? Un trabajo llevadero te da fortaleza y te ayuda a dar lo mejor de vos. Una de las más experiencias más desmotivadoras es tener que trabajar en condiciones que limitan el desempeño a un nivel más bajo que el potencial- por ejemplo- carga de trabajo aplastante, objetivos conflictivos, expectativas no claras, recursos inadecuados y falta de apoyo directivo. Obstáculos persistentes a un buen desempeño impiden la necesidad humana de superarse. Además, cuando estás agotado, aportás menos que si trabajas en condiciones que son más favorables para tu desempeño y compromiso. “Mientras mi agotamiento continuaba, mi motivación se derrumbó y tenía menos que ofrecer a mi jefe. No solo la empresa me estaba lastimando, sino yo también a ella”, sostiene Valcour. El agotamiento es como una relación que sale mal: Cuando la relación entre tu empleo y vos ya no beneficia a ninguno y las perspectivas para mejorarlo son débiles, es tiempo de renunciar.

• ¿Tu trabajo o jefe están a la par con tus valores e intereses? Cuando sentís que tus valores e intereses encajan con los valores y necesidades de tu empresa, tenés más probabilidades de encontrar el significado y propósito en tu trabajo. Cuando no encaja, por el otro lado, probablemente no vas a recibir el apoyo que necesitás para desempeñarte mejor. El éxito que podés esperar de tu carrera sufre. “Las decisiones tomadas por mi jefe chocaban con mi compromiso de autenticidad, autonomía, de marcar una diferencia positiva y de ser próspero en el trabajo. Existían pequeñas maneras en las cuales podía ayudar a otros y llegar a disfrutar momentos satisfactorios dentro de un panorama desalentador pero razoné que en vez de tratar de plantar un jardín en el desierto, sería mejor buscar tierra fértil para cultivar frutas que traigan vida”, relata Valcour.

• ¿Cómo luce tu futuro laboral? Imaginá una perspectiva a largo plazo para evaluar si es solo una mala racha del momento o una caída a largo plazo. ¿Te ves a vos mismo como un miembro superior en la empresa? ¿Ellos te dan un panorama esperanzador acerca de tu futuro? “La posibilidad de vivir fuera de la realidad como algunos de mis superiores me llenaba de temor, considerando que a algunos colegas con cargos superiores habían sido deteriorados por el trabajo, que se enfermaban a menudo y eran negativos, esto sirvió de alarma para mí. Sabía que no quería terminar de esa forma. Las oportunidades para expandirme en nuevas áreas y para contar con el desarrollo de habilidades nuevas parecía inexistente, mi futuro en está compañía estaba paralizado”, recuerda Valcour.

• ¿Qué te está costando el agotamiento? Puede ocasionar un serio estrago en tu salud, desempeño, expectativas laborales, bienestar psicológico y en las relaciones. En su caso, “las emociones negativas que traía a mi hogar perjudicaban a mi matrimonio y a la familia, así como también mi paz mental. Sentarme en la oficina de un terapeuta matrimonial y escuchar a mi compresivo marido decir ´no siento más empatía con vos’ aclaró lo que el agotamiento te puede costar: mi familia y yo”. Si estás inseguro acerca del impacto que puede estar teniendo en vos, preguntá a un compañero, miembros de la familia y amigos cercanos para que te den su punto de vista.

Valcour sostiene que si con estas preguntas llegás a la conclusión de dejar tu trabajo, ya has dado un giro. Quizás no renunciés hoy, pero empezarás a hacer el trabajo preliminar: ahorrar un poco de dinero, actualizar tu currículum, conseguir contactos, esparcir la voz diciendo que te gustaría tener otro trabajo, conseguirte un coach o inscribirte en un curso online. El viaje de vuelta al progreso empieza con acciones como ésta. “En mi caso, me recibí como coach y negocié un entrenamiento de apoyo adicional como parte de un acuerdo con mi jefe. Armé un portfolio lleno de actividades satisfactorias en una carrera sustentable que amara –relata Valcour y concluye: “Estoy convencida de que, si es significativo, gratificante, te importa y estás comprometido a lograrlo, tenés más probabilidades de disfrutar el derecho de que te enriquezca”.

Traducción: María de los Ángeles González.