Las argentinas consumen más porno: Qué y cómo nos gusta mirar contenido XXX

Por: Agustina Rinaldi

Las visitas de mujeres crecieron un 18% y se quedan viendo casi el mismo tiempo que los hombres, según las estadísticas de una de las páginas más famosas. El 37% son sub-35. Otra industria machista que empieza a tener mirada de mujer. Por qué aún es difícil decirlo.

 

Los mentores del mundo del porno siempre fueron los varones. La pornografía estaba hecha por y para ellos.

La industria XXX se ocupaba por saber qué los excitaba para proporcionarles el tan preciado material. Las películas, videos cortos, galerías de fotos e innumerables categorías con contenido muy diverso -que varía según los gustos sexuales del usuario- siempre estuvieron pensados para los varones. Eran pocas las mujeres que disfrutaban de ese espacio íntimo de placer, que dejaban la timidez de lado y se animaban a darle rienda suelta a las fantasías. Esa situación, sin dudas, cambió. Hoy, el porno ya no es únicamente cosa de varones.

Según el último informe de una de las páginas xxx más reconocidas mundialmente, Pornhub, el consumo de porno entre las mujeres argentinas creció un 18 por ciento. El aumento de usuarias mujeres llamó la atención de los creativos. Por eso, las chicas fueron convocadas para que comenzaran a hacer porno dedicado únicamente a su género. Hoy, está ocurriendo lo impensado: las directoras y productoras de contenido XXX se están ganando su lugar en un terreno tan sexual como hostil. Sí, un terreno que siempre, detrás de cámaras, perteneció al universo masculino.

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“Se creó un mercado que habilita y tienta a que la mujer se interese en el porno. Todo cambió cuando las mujeres comenzaron a hacer películas para ellas mismas. El contenido de antes no les gustaba. Estaba pensando y hecho para varones. La industria del porno siempre estuvo manejada por hombres que pensaban que lo que a ellos les gustaba les gustaba a todos y a todas”, sostiene Viviana Wapñarsky, psicóloga y sexóloga miembro del equipo de esa temática clínica del Hospital de Clínicas.

La especialista agrega: Se empezó a indagar a la mujer, de forma anónima, para descubrir qué la excita. También, que necesita para sentirse parte de la historia y animarse a disfrutar de ese espacio virtual. Las mujeres suelen apostar al porno con historia, les gusta lo erótico. El hombre es más visual, apuesta a la historia directa. Las mujeres disfrutan del rodeo. Les gusta que las seduzcan y eroticen. Finalmente, en la película terminan todos desnudos teniendo sexo. Pero cómo se llega a eso es importante”.

En el pasado, eran pocas las mujeres argentinas que apostaban al porno. Mucho menos, las que se animaban a reconocer abiertamente que lo disfrutaban. Mientras que para los varones era algo normal y hasta necesario para encajar en el grupo de pares, las chicas elegían no darle rienda suelta a las fantasías. Mucho menos, a los fetiches.

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“El porno es una liberación psíquica, equilibra la diferencia de presión. Pero aquello que nos resulta excitante suele ser socialmente molesto. Pocas son capaces de asumir en público lo que las pone a cien en la vida privada. A veces, ni siquiera nos da ganas de hablar de eso con nuestros compañeros sexuales. El dominio de lo privado, lo que me excita… Esa imagen que ello da de mí suele ser incompatible con mi identidad social cotidiana”, sostiene la escritora y referente del feminismo moderno Virginie Despentes, en su libro “Teoría King Kong”.

Más allá de que muchas mujeres siguen eligiendo no gritarle al mundo que les gusta el porno, hoy son muchas más las que se animan a consumirlo por primera vez. El mayor porcentaje de consumidoras, el 37 por ciento, tiene entre 25 y 34 años. Los avances tecnológicos también contribuyeron a descontracturar la práctica. El 67 por ciento ve porno desde sus dispositivos móviles, el 30 por ciento en computadoras y el 3 por ciento desde sus tabletas.

Más allá del uso recreativo, hoy muchas mujeres apuestan al porno para tratar sus disfunciones sexuales. Suele ser una solución cuando están faltas de deseo. En el pasado, no todas las sexólogas se animaban a iniciar a sus pacientes en el mundo del contenido XXX para tratar sus problemas sexuales. Hoy, las pacientes se sienten más empoderadas y no les da pudor utilizarlo como una herramienta para mejorar el acto sexual con sus parejas.

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Eso sí, tienen que tener en cuenta que lo que ven no será lo que ocurrirá en el plano real. “Cuando una paciente desea llevar la fantasía de la película porno a su vida diaria suele decepcionarse. Las fantasías son nuestras mejores amigas y nos motivan, pero si quedan en el plano mental son mucho más eficientes que si se hacen realidad. El porno es un estimulante. Si a la hora del sexo te ayuda traer a todos esos hombres y mujeres que viste sola por Internet, hacelo. Pero hasta ahí, no intentes copiar”, aconseja Wapñarsky.

El tiempo que las mujeres y los varones le dedican por día a mirar contenido XXX no varía según el género. Los argentinos y las argentinas pasan un promedio de 10.05 minutos cada vez que entran a la página. De a poco, las diferencias entre ellos y ellas se van disolviendo. También, en el plano del sexo y de las fantasías.  Para Wapñarsky “las mujeres se dieron cuenta de que ya no dependen únicamente de un hombre para sentir placer. La pueden pasar bien solas, eligiendo sin restricciones el contenido que despierta sus fantasías. Estamos animándonos a sentir, a descubrir y pedir lo que nos gusta. Mirar, saber, probar y jugar es parte de la revolución femenina que nos merecemos”

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