La carga impositiva en tiempos de Macri: Pagaremos más que en 2015

Por: Santiago Cámpora @santiagocampora

La promesa postergada del Presidente. El año que viene habrá que pagar más impuestos que en 2015. Pasará de 25,2% del producto actual al 26,2% durante el 2019, lo que corresponde con un incremento del 1% del PBI respecto a este año.

 

Una de las promesas más resonantes del Gobierno de Mauricio Macri fue bajar la presión impositiva durante su gestión. Paradójicamente, el año que viene la carga de impuestos sobre el producto crecerá, ubicándose por encima de la registrada durante 2015.

Ni bien arrancó la actual administración, el Gobierno se apresuró en marcar el sendero a seguir en materia impositiva: entre sus primeras medidas se encontraron la baja progresiva de derechos de exportación, la eliminación de los impuestos a los autos de alta gama y la exención del impuesto a las ganancias sobre el aguinaldo de diciembre de 2015.

Este camino continuó con medidas tomadas en oportunidad del blanqueo de capitales lanzado sobre finales del año 2016, donde se otorgaron exenciones al pago del impuesto a los Bienes Personales durante tres años a aquellos contribuyentes con “buena conducta”.

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Estas medidas, sumada a la reforma tributaria aprobada durante 2017 y el pacto fiscal suscripto entre el Estado Nacional con la mayoría de las provincias (que entre otras disposiciones morigeraba el distorsivo impuesto sobre los ingresos brutos), hacían imaginar que, de una vez por todas. sería posible bajar el monto de impuestos, tasas y contribuciones que soportan los argentinos.

Sin embargo y súbitamente, una nueva crisis golpeó al país. Se sabe que la necesidad tiene cara de hereje, y con el acceso al financiamiento en los mercados internacionales de capital vedado, el Gobierno se vio obligado a transferir nuevamente el peso de un todavía elevado déficit fiscal a los ciudadanos.

Por estas horas vemos como se ha dado marcha atrás sobre la baja anunciada en Bienes Personales -que de hecho subirá-, se eliminó el ajuste por inflación para el cómputo del Impuesto a las Ganancias y la mayoría de las provincias tienen en carpeta significativos revalúos inmobiliarios (Buenos Aires por ejemplo propuso un incremento promedio del 38%).

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Un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) proyecta que la carga tributaria consolidada pasará del 25,2% del producto actual al 26,2% durante el 2019, lo que corresponde con un incremento del 1% del PBI respecto a este año y un 0,4% del valor registrado en 2015.

El incremento para 2019, con un producto bruto que rondará los 450.000 millones de dólares, implica una sobrecarga impositiva del orden de los 4.500 millones de dólares, monto para nada despreciable para una economía que se prevé se contraiga un 2,4% este año.

Así las cosas, resulta evidente que la teoría y el “deber ser” se han encontrado con las severas restricciones que impuso el FMI: el déficit cero es innegociable. Parece cierto aquello que en la Argentina las subas de impuestos pasan rápidamente de transitorias a permanentes y por el contrario las bajas han durado menos que un suspiro. La realidad y el pragmatismo se imponen.

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Al Gobierno al menos le queda el consuelo de venir sobrecumpliendo las metas de déficit fiscal primario comprometido. La sola idea de pagar un costo político infructuoso lo colocaría en el peor de los mundos: sin desembolsos y a merced del disgusto popular.

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