Aguas peligrosas: 20 personas mueren por año en el Delta

Por: Mauro Fulco @maurofulco

Son datos de Prefectura. Computan accidentes, como el de Yanina Braile, y ahogamientos. La fuerza controla entre 800 y mil embarcaciones por fin de semana de verano. Las tragedias fluviales más recordadas y los famosos involucrados.

 

El accidente que ocasionó la muerte de Yanina Braile vuelve a ubicar al Delta en el centro de las noticias. La joven de 24 años murió al caer al agua luego de que la lancha en la que paseaba junto a su pareja, Daniel Murias, se diera vuelta. Ella –sin chaleco salvavidas- no sabía nadar.

La llamada para notificar lo sucedido se dio el domingo a las 19.40. Su cuerpo fue hallado 36 horas después a 1.200 metros del lugar del hecho. En un principio, la familia de la víctima dudó de la intencionalidad del novio y sembró dudas alrededor de su figura y la relación que ellos mantenían, pero la autopsia determinó que la causa de muerte fue asfixia por sumersión y que las lesiones que presentaba el cadáver fueron ocasionadas post mortem.

Este caso es el segundo accidente de gravedad en la zona del Delta, en lo que va del año. El anterior se produjo en marzo y fue un choque de lanchas que provocó la muerte de una joven de 25 años llamada Tamara Suetta, quien murió en pocos minutos a causa de una fractura de cráneo.

La chica navegaba por el río Carapachay junto a sus padres y su lancha fue embestida por otra de mayor porte perteneciente al abogado Manuel Beccar Varela, que conducía con más alcohol en sangre del permitido. Las pericias –además- confirmaron que su embarcación –llamada “Bicuña”(sic)- se cruzó de carril en el agua. Es decir, que iba a contramano.

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Los padres de la víctima –residentes del Delta de San Fernando- resultaron heridos de gravedad, fueron trasladados en el momento al Hospital de Pacheco y lograron sobrevivir. Un mes después brindaron una entrevista al canal TN. En ella, el papá -Ángel Suetta- dio un testimonio desgarrador. No pudimos despedirla. Estábamos malheridos y no nos dejaban movernos. Eso nos conmueve todavía”.

La estadística de 2018 arroja dos muertos y dos heridos causados por accidentes, pero la cifra se incrementa en forma considerable si se tiene en cuenta a quienes mueren ahogados. 

Según Alejandro Gaggiolo, prefecto mayor Zona Delta, hay entre 15 y 18 bañistas que fallecen luego de tirarse al agua a nadar y no pueden salir. El río puede ser traicionero y, como tal, una trampa mortal.

La mayor cantidad de este tipo de decesos se produce en verano, aunque pueden darse excepciones. El mismo fin de semana del accidente que causó la muerte de Yanina Braile murió otro joven de esta manera. Se arrojó al río desde un muelle para refrescarse y no logró salir del agua. Esto sucede a menudo.

Dentro de este ítem mortal puede encuadrarse el hecho ocurrido en marzo pasado, cuando David Peñas, de 19 años, se tiró al Río Luján a la altura de San Fernando desde el catamarán Libertad en medio de una fiesta.

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Esta muerte puso el foco, efímero por cierto, en la realización de fiestas privadas a bordo de embarcaciones. Se suelen promocionar en redes sociales, y en la entrada se incluye algún tipo de consumo alcohólico. Cuando se intentan imponer regulaciones o controles, los organizadores responden que se trata de una celebración de índole privada, cumpleaños o agasajos. Jamás aceptan que se trata de un evento comercial.

En el caso de la muerte de Peñas, respondieron que se trataba de un cumpleaños, que al chico no lo conocían y que se trataba simplemente de “un amigo de un amigo”. En el barco viajaban 167 personas. Hay quienes dicen que la víctima se tiró al agua después de balbucear algunas palabras; hay quien afirma que salió a cubierta porque necesitaba tomar aire. Todos coinciden en que arriba del barco corría el alcohol. Su cuerpo fue encontrado 36 horas después de su desaparición.

Según Gaggiolo, es imposible determinar una cantidad exacta de embarcaciones que circulan por el Delta los fines de semana como para estipular o mensurar un tránsito en esas aguas. Certifica que, en verano, Prefectura inspecciona entre 400 y 600 unidades por cada día del fin de semana. “Esas son las que podemos inspeccionar, pero hay que calcular muchas más, dice.

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Más allá de los ahogados, que suelen mantener una cifra estable de muertes, en los últimos seis años hubo cuatro accidentes graves en la zona del Delta.

En marzo de 2016 murieron Ángeles Bruzzone, su hijo Manuel y una tercera víctima en el canal Vinculación a raíz de un choque de lanchas. El hecho cobró trascendencia porque el adolescente fallecido, de 14 años, era hijo del dirigente radical Federico Storani.

En 2015 hubo dos accidentes mortales en apenas 15 días. En el Río Sarmiento un hombre chocó su jet ski contra una lancha y murió. La otra víctima fatal se produjo en el cruce del Arroyo Gambado y el Río Luján, cuando un hombre iba en su canoa y fue embestido por una lancha tracker que lo arrasó.

En 2012 murieron Lorena Rojas y su hija Tatiana, de 2 años. Madre e hija eran isleñas y viajaban a bordo de su canoa junto a su otra hija, de 4 años, cuando fueron arrasadas por un yate conducido por el magnate inmobiliario Eduardo “Pacha” Cantón. Sólo una de ellas pudo sobrevivir.

“Más allá de la fatalidad que significa que una persona se meta al agua y se ahogue, lo cierto es que el índice de accidentes es muy bajo en relación a la cantidad de embarcaciones que hay en el agua, intenta sopesar el prefecto a cargo del Delta, y concluye: “Gracias a dios y a nuestro trabajo”.

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