Protagonista: Anita tiene 10 y te canta la justa sobre el paro docente

Por: #BorderPeriodismo

Hola! Soy Ana Catalina Suárez, tengo 10 años y ahora debería estar en 5to Grado. Voy a la escuela nro 50. Vivo en Ricardo Rojas, Tigre. Esto que ahora estás leyendo es cómo me siento con el paro de los maestros. A mí me encanta ir a la escuela!!!

Lo que yo siento cuando entro a la escuela es que estoy dentro de un libro, porque puedo aprender cualquier cosa.

Es más, lo que más me gustó de volver de vacaciones fue ir a comprar los útiles. Lápices, cartucheras, armar mi mochila y poner nombres en todos mis útiles…

Mi materia favorita es Prácticas de Lenguaje y ahora que estoy aburrida en casa, paso horas escribiendo historias. Esta semana, cuando fuí a Infobae (desde el día en que llamé a TKM y después nos llamaron con mi mamá de Intratables y nos emocionamos, conocí a varios periodistas) María Julia me dijo que soy una niña escritora.. Yo no se, pero es una linda idea.

Lo que sí sé es que quiero volver a la escuela para aprender nuevas cosas, para ver a mis amigas y para escribir en esos renglones que ahora están en blanco. Pasan los días y veo micros ir y venir, y me digo a mí misma yo también debería estar ahí.

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Cuando me enteré del paro pensé, bueno «mañana empezaré».. Pero el 6 de marzo no empecé, tampoco el 7 ni el 8.  Pensaba que íbamos a empezar igual que la secundaria, el 10; así que esperé que llegara el día, llegó el 10 y todos fueron a la escuela menos yo y mis compañeros y también todos los niños de la escuela pública.

Ahí empezó todo esto: veía los noticieros que pasaban notas que decían que el paro iba a ser más largo, quizás una semana, quizás dos, así que me desilusione. Ya no tenía esa sonrisa de oreja a oreja, ya mi cara era siempre igual. Yo quería escuchar el timbre de la escuela, pero lo único que escuchaba era a el noticiero con ruidos de cacerola, cacerola y más cacerola. Todos pero todos los días le preguntaba a mi mamá cuando iban a empezar las clases, me decía: «No se, mi amor…». 

Así que para no aburrirme llamaba a mis amigas para que vengan a jugar, y lo que hacíamos era jugar a la maestra. Yo, sacaba un libro y empezaba a copiarlo en mi pizarrón, les daba una hoja o dos a cada una, y se ponían a copiar. Así era como ocupábamos esas 4 horas, pero igual ESE NO ERA EL PUNTO. Esas 4 horas teníamos que estar en la escuela.

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Como todavía no me dicen si puedo ir el lunes, tengo ahora dos emociones: una es mucho enojo porque podría haber aprendido muchas cosas en el tiempo en que están de paro. Y la otra, es de tristeza porque me imagino que algunos padres como no empezaron las clases, no pudieron ir a trabajar y así ganar dinero para vivir. Porque es difícil pagar una escuela privada.

Yo les cuento porque me pasó: antes de ir a la escuela 50, mis papás me habían anotado en el Instituto El Sol de El Talar pero como era muy caro y a mis papas no le daban los números quisieron sacarme.  Mi mamá había estado pidiendo una beca desde hace mucho tiempo, pero no se la querían dar, aunque yo era abanderada. En ese tiempo yo estaba en tercer grado.

Entonces, fuimos a pedir el pase a El Sol y nos dijeron que nos daban la beca ya que yo era una muy buena alumna y había asistido al El Sol desde preescolar. En fin, mi mamá no acepto la beca porque ya estaba cansada.

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Cuando empecé en la escuela pública, la 50, me dí cuenta que ahí se aprende más. Porque en El Sol íbamos por la tabla de el 5 y en La 50 ya iban por la del 9. Al igual que otras cosas, no solo ésas. Por ejemplo, para el día de la madre, en El Sol, hicimos un florero así nomás y en la 50, la maestra nos hizo preparar una bandeja para el desayuno con dos tacitas pintadas y mucho más linda que de verdad a mi mamá le servía.

Capaz esto que cuento no tiene nada que ver, pero lo que quiero decir es que la educación es muy diferente.

Ahora, con el paro yo pienso que si hubiese empezado las clases el 5, podría estar en la tabla del 11, del 12, o menos, o mas. Pero nos atrasamos y quizás todavía estemos en la tabla del 9. Eso es lo que me pasa a mí con el paro, éstas son mis emociones, que es lo que María Julia me pidió que escriba, en fin.

QUIERO VOLVER A LA ESCUELA.

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