Macri-Scioli: amigos en riesgo

Por: #BorderPeriodismo

La positiva relación entre Mauricio Macri y Daniel Scioli no es ningún secreto. Juliana Awada y Karina Rabolini se conocen desde hace años y son amigas, en tanto el Jefe de Gobierno porteño y el Gobernador bonaerense mantienen un diálogo fluido que se consolida en los partidos de fútbol que juegan con frecuencia (incluso lo hicieron en el peor momento de la relación entre el Ingeniero y los Kirchner).

Esa buena sintonía, que puede incluso reconocerse en el pasado deportivo de ambos dirigentes (uno presidente de Boca, el otro campeón de la motonáutica) tiene ahora una nueva faceta: la buena relación de MM con Cristina, muy a pesar de las segundas líneas de sus dirigentes.
Para terminar de cerrar este matrimonio por conveniencia entre Macri y el kirchnerismo, DOS regaló este fin de semana una definición interesante: «A Mauricio lo veo más sólido, más consistente, pero ves al Frente Renovador y al UNEN y decís: ‘¿Esto qué es?». Las declaraciones del candidato K fueron medidas, como todo lo que sale de boca del Gobernador. Las realizó con medios del interior, en su paso por Córdoba y Mendoza, dos de sus destinos favoritos a la hora de tejer el armado en el Interior del país.
El análisis de esas palabras es lo que nos compete. Scioli considera a Sergio Massa como su verdadero rival, lo viene corriendo desde atrás en las encuestas y parece esta alcanzándola sin prisa pero sin pausa. El FAU no es considerado un rival de fuste, por lo que los equipos del Gobernador ven con buenos ojos el enfrentamiento con Macri, quien tampoco logra hacer pie en la Provincia de Buenos Aires y no le disputa el electorado al kirchnerismo.
Ahora, ¿Macri, no sabe eso? Claro que sí. Su partido es el que mejor maneja el estudio del «mercado» electoral, el que más invierte, por ejemplo, en redes sociales (la última encuesta de consumos culturales colocó a Facebook en el puesto número de uno de sitios más visitados por los argentinos) y el que no da puntada sin hilo a la hora de arriesgar una candidatura. Y lo interesante es que el PRO también sale beneficiado con este acercamiento. Las encuestas internas que maneja el partido amarillo revelan que el votante prefiere a los candidatos conciliadores más que a los «peleadores», postura que asumió Massa con poco tacto. Además, que sea colocado por el rival como principal retador, le da el protagonismo que le faltaba por su errónea estrategia de armado en el Interior.
Uno propone retocar el modelo y crecer a partir de lo que se hizo, en tanto el otro vende el «borrón y cuenta nueva». Es una elección más sencilla para el electorado, y Scioli aspira a mostrarse como mejor gestor que Macri, de innegables dificultades para hacerse cargo de la Ciudad, a pesar de ser el distrito más rico del país y con mayor nivel de independencia presupuestaria.
El visto bueno de CFK, está claro, es una confirmación de esta teoría del matrimonio por conveniencia. Cristina se acercó a Mauricio en la inauguración de las oficinas de Facebook y se pusieron de acuerdo con el traslado del monumento a Colón. Son, es cierto, cuestiones insignificantes para el país. Pero tienen un simbolismo poderoso que denota el fino juego de la política.
El gran riesgo para Daniel Osvaldo es que su amigo cierre una alianza con el FAU (o incluso con Massa), y allí todo sería más que complicado.
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