Series online argentinas, un nuevo paradigma

Martín Piroyansky y Esteban Menis realizaron dos series online para el canal de la Universidad Nacional de Tres de Febrero que apuestan a la ficción y a los lenguajes diferentes.
Por: #BorderPeriodismo

Martín Piroyansky -que hace de sí mismo- le habla a la cámara. Le cuenta que esto que estamos por ver es un reality sobre su vida. Lo vemos leer un libro, acomodar las remeras, regar las plantas, escupir para abajo en el balcón. Lo que vemos no es verdad, es ficción. Pero parece verdad y se llama Tiempo libre.

“Originalmente -dice Martín- Tiempo libre era un programa que había sido pensado para una campaña de Fibertel. Me llamaron para hacer algo en Twitter y se me ocurrió esta serie sobre el actor desocupado y su tiempo libre. En ese momento se llamó Arroba MartínPiro. Si me seguías en Twitter yo tiraba el link del video, que duraba 140 segundos (por los 140 caracteres) y era eso: ver en poco tiempo un fragmento de lo que es la vida del actor, que era yo mismo. Eso terminó en el olvido pero me quedó el piloto dando vueltas. Un par de años después, viéndolo, me di cuenta de que me gustaba y se me ocurrió hacer la serie de nuevo, pero ya no de 140 segundos por capítulo sino un poco más larga. De esto hace ya tres años y el primer capítulo de ese Tiempo libre es casi calcado al de ahora. Lo volví a filmar -lo había hecho en mi casa real y yo ya no vivo más ahí- pero esta vez quise hacerlo ‘en serio’ así que la casa del personaje no podía ser mi casa. Empecé a hacerlo con una productora de publicidad pero después apareció la Universidad de Tres de Febrero preguntando si tenía algún contenido. Les mostré lo que tenía y les gustó”.

Piroyansky es actor, director y guionista. Tiempo libre no es lo primero que hace. En 2012 estrenó su primera película como director: Abril en Nueva York. Antes, dirigió el corto No me ama. En el medio, infinidad de series y películas.

Jonathan Mayer -el personaje que interpreta Esteban Menis– está sentado en una mesa con su iPhone en la mano. Dice -mientras el lente por el que lo vemos trata de hacer foco en su cara- que está etiquetando a todos sus amigos de Facebook para avisarles que ya está de regreso en el país. Corte a -felizmente en estos formatos no existen los fundidos encadenados- un plano más general de Mayer, en donde se ve el micrófono que toma su voz por encima de él, y en el que se lo escucha gritar e insultar a American Airlines por su servicio. Así es cómo Menis presenta su personaje en Eléctrica, una serie sobre la trastienda de una productora homónima en la que se ve el armado de un programa de televisión conducido por el dibujante -que hace de sí mismo- Liniers: Los Grandes Temas. Cada episodio gira en torno a la temática que tocará este programa. A saber: El amor, la muerte, el planeta Tierra, el dinero, etc.

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“La serie -cuenta Esteban- nace en la casa de Ricardo (Liniers). Luego de haber tenido unas charlas con I-Sat en donde nos pidieron un piloto, algo pequeño. Ahí es donde nace. Y también de las ganas de hacer algo, de seguir un poco el camino de Lloro de felicidad y porque es lo que me gusta hacer”.

Esteban Menis es director de cine. En 2008 estrenó su opera prima: Incómodos. Luego creó el la página Lloro de felicidad, en donde subía diferentes contenidos de humor, una suerte de génesis de Eléctrica.

Ambas series están disponibles en internet para ver en forma completa en la página del canal de televisión que tiene la Universidad Nacional de Tres de Febrero: UN3 (http://un3.tv/). La señal sigue los pasos de Netflix y estrena ambas series presentando todos los episodios a la vez. De esta manera, no hay que esperar para verlas. Uno elige dónde y cuándo hacerlo. En su primera temporada, Eléctrica tiene nueve episodios y se pueden ver acá: http://un3.tv/programas/electrica/, mientras que Tiempo libre consta de veinte capítulos y se la puede disfrutar por aquí: http://un3.tv/programas/tiempo-libre/.

Las dos tienen el mismo formato: El de falso documental. No es la primera vez que vemos esto en televisión. La serie The office, parece preceder a Eléctrica;  y Curb your enthusiasm o Louie a Tiempo Libre. ¿Son copias? No. ¿Son homenajes? Tampoco. Simplemente una no hubiera sido sin la otra. ¿Y qué las hace destacar por sobre la media actual? Lo que cuentan y, por sobre todas las cosas, cómo lo cuentan.

Un televidente desprevenido que ve por primera vez Eléctrica o Tiempo libre puede pensar que lo que está viendo no es ficción, que realmente es un documental. Los actores se mueven en escena con la naturalidad que sólo da una cámara oculta.

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“Lo que se hace -explica Menis- es darle libertad a los actores. La decisión más difícil es con quién te acompañás a nivel laboral. En el caso de los actores de la serie, a mí me gustaba cómo actuaban. Me divertían y como eso pasaba, disfrutaba actuando con ellos. Yo, que no soy actor como ellos, que estudian, trabajan de eso, hacen obras de teatro, talleres… como ellos tienen todo ese bagaje y es su profesión, a mí me causaba mucha gracia y se dio muy natural. Después, había mucha libertad. O sea, no había guiones cerrados. Había ideas: estamos acá y tenemos que llegar allá”.

Por su parte, Piroyansky va un poco más allá: “como director me gusta mucho estar en el set atento a lo que aparezca. Vos podés planificar todo en tu casa, escribirlo y de pronto llegás al set y no funciona. Sobre todo si son diálogos específicos. Nunca sabés cómo va a dar eso. La imaginación tiene un tope. Entonces, mi premisa, a la hora de hacer cualquier cosa, es estar atento a lo que pasa en el set porque siento que todo el tiempo hay ‘regalos’, cosas que uno puede incorporar. En el caso de Tiempo libre yo sabía más o menos para donde tenían que ir las escenas, para darle una narrativa al episodio y que se cumpla el arco que tenía que cumplirse, pero también convoqué actores formados especialmente en improvisación, lo cual habilita a otra cosa. Desde ese lugar ellos sacaban cosas inesperadas y eso era lo que yo estaba esperando. Cuando vimos lo que podían hacer, nos apropiamos de esas cosas y escribimos a partir de eso”. 

Los dos autores coinciden en que la improvisación es la manera de hacer avanzar sus relatos. “Los guiones de cada capítulo -dice Piroyansky- eran textos. No decían diálogos, sabía adonde tenía que ir. Una fase importante sí estaba escrita y se decía pero mucho fue encontrando mientras se iba haciendo. De hecho, las improvisaciones me llevaron a escribir los siguientes capítulos teniendo en cuenta lo que se improvisó”.

Menis coincide: “La improvisación es una manera desde la cual no se constituye todo pero gracias a ella podés encontrar un camino en el guión que está bueno. Te puede llevar para otros lugares”.

Comparten, también, el hecho de que -tanto Esteban Menis como Martín Piroyansky– son los creadores, guionistas, directores y protagonistas. Comparan esta situación, en la que están al frente de casi todos los sectores, con la de simplemente actuar y ser dirigidos. Al respecto, Piroyansky afirma: “Disfruto mucho de las dos situaciones. Me interesa ir a los sets y ser sólo actor. Ver cómo hacen, cómo resuelven algo que yo hubiera hecho de una manera y de pronto lo veo de otra. Me parece interesante ver las diferentes interpretaciones. Así y todo, aprendo más cuando dirijo mis propias cosas. Es todo experimentación en ese sentido. Nunca termino de entender nada: puedo estar filmando cualquier cosa y pensar que es una cagada y tener la misma desconfianza como si fuera lo primero que dirijo”.

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Por su parte, Menis comenta: “No hice nada solo. Es decir: La idea es de Liniers y mía. El guión es de Sebastián Rotstein y mío. La dirección sí, la hice yo. Aunque también, al haber filmado entre cinco personas, el asistente de fotografía y cámara tiene el mismo poder de decisión que yo. Es algo muy consensuado. De hecho, en donde más presión siento es con la producción. Lo ideal sería poder hacer todas las cosas, salvo estar pensando en la plata y el tiempo. Además, hay situaciones en las que tenés que ponerte la gorra y no está bueno… pero alguien lo tiene que hacer y, a la vez, te sirve como experiencia porque te da cierto aprendizaje”.

Las dos series, sin proponérselo, son complementarias. Comparten género, actores y hasta invitados. Por ejemplo, Paula Grinzpan hace de Analía, la secretaria de Jonathan Mayer en Eléctrica y, a su vez, es Brenda, la novia de Martín en Tiempo libre. Coinciden, también, en su concepción: las dos venían pensándose con antelación. Y Piroyansky concluye: “Todo el tiempo arranco proyectos que se realizan años después. Si la idea se queda con vos, sirve. Me parece que el mejor filtro para las ideas es el paso del tiempo”.

Por Adrián Kaplan Krep

Periodista.

twitter: @_doska

E-mail: adriankaplankrep@gmail.com

 

Nota de la redacción: En la botonera de videos de esta nota podés encontrar una entrevista a Martín Piroyansky, actor y director de Tiempo libre; también una entrevista a Esteban Menis, actor y director de Eléctrica, y los trailers de ambas producciones de ficción. No te lo pierdas.

 

 

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