CFK juega fuerte en la interna de la UIA para poner a un hombre fiel

Por: María Julia Oliván @mjolivan

El kirchnerismo puso en marcha el plan para instalar a un hombre fiel en la presidencia de la Unión Industrial. Y el massismo busca ponerle un freno con De Mendiguren a la cabeza. Cristina habla del tema y sonríe. Quedan dos meses durísimos por delante. Las críticas a los acuerdos con China son sólo una excusa para confrontar. La pelea de fondo no es económica sino netamente política.

Por Javier Álvarez (@JaviAlvaBa)

Cristina Kirchner dijo que se enteró que hubo “algunas discusiones” en la Unión Industrial Argentina. En Cadena Nacional, inclinó levemente el rostro hacia un costado y mostró una sonrisa. Como si disfrutara la revuelta. La central fabril está en uno de sus peores momentos en las últimas décadas.

Es cierto, hubo encendidas discusiones en los últimos días en la institución empresaria de Avenida de Mayo 1147, donde las más grandes compañías de la Argentina –como Arcor y Techint- están jugando un fuerte partido a favor de un cambio de Gobierno. El elegido para las elecciones generales de octubre es Mauricio Macri. 

La discusión estalló porque una facción de la UIA salió a cuestionar con dureza los acuerdos económicos del país con China. Y esos, los críticos, convencieron a la cúpula que pidiera una reunión a Cristina. Querían expresarles sus disgustos por los acuerdos. Pero la Presidenta la hizo fácil: les dijo que no los atendería y le pasó la pelota a su jefe de Gabinete. Jorge Capitanich agendó una reunión con la cúpula industrial para el jueves a mediodía. Y si bien el encuentro será una anécdota porque no habrá coincidencias, el objetivo de la Rosada es claro: cortar de raíz las ásperas versiones que están instalando los empresarios sobre que llegará una inmigración de obreros chinos que le quitarán en trabajo a los argentinos.

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Según dijeron fuentes de la Casa Rosada a #Border, Capitanich defenderá ante los empresarios el entendimiento con China, que llegó después de diez años de tratativas: las había iniciado Néstor Kirchner en 2004. El objetivo central del Gobierno es intentar reducir los 6.300 millones de dólares que la Argentina tiene de déficit en el intercambio comercial, que este año alcanzará los 15.000 millones. La sequía de dólares sigue siendo un factor preponderante y condicionante.

Pero… ¿por qué una parte de la UIA salió a cuestionar todo? La central empresaria está virtualmente fracturada. Perdió poder de fuego ante un Gobierno que supo manejarla con indiferencia y contraataque a cada planteo. Nunca en la historia las grandes empresas ganaron tanto dinero como en la década kirchnerista e incluso se concentró la riqueza en manos de quienes forman parte de esa “crema empresaria”. Pero aún así, hay un posicionamiento político que los pone en la vereda enfrente al Gobierno. La UIA perdió poder también presa de la brutal interna en la que se coló como nunca antes la disputa política partidaria y la ya tan trillada “grieta” entre los que apoyan al “modelo” kirchnerista y los que no. Para entender mejor: la UIA irá a elecciones en abril para elegir una nueva conducción. Si bien hay varios que la quieren conducir, dos ex presidentes se autopostulan y se disparan abiertamente entre sí: José Ignacio de Mendiguren y Juan Carlos Lascurain.

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De Mendiguren es secretario de la UIA y diputado por el Frente Renovador, que lidera Sergio Massa. Y Lascurain es vocal, comulgó con el kirchnerismo y ahora lo hace aún más con el cristinismo. En el acto que dio lugar a la Cadena Nacional estuvo sentado en la primera fila y fue mencionado por la Presidenta. Ambos hombres de negocios integran la llamada lista de los “Industriales”, que por un acuerdo interno ahora deberá postular al presidente que sucederá a Héctor Méndez, de la lista “Celeste y Blanca”, hasta abril de 2017. Aunque cuenta con poco respaldo, el “Vasco” De Mendiguren quiere volver al sillón presidencial porque de imponerse Lascurain la institución de Avenida de Mayo tendrá un perfil más oficialista, justo en el año electoral. El lobby de las dos líneas de la partida lista de los “Industriales” está a toda marcha, dado que también se deben repartir los otros 71 cargos titulares, además de la Presidencia, y los diez miembros suplentes.

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En la Casa Rosada, en tanto, tienen claro que Arcor y Techint, ambas muy críticas del Gobierno, quieren imponer a De Mendiguren. Pero también saben que el candidato presidencial de estas empresas es Macri y no Sergio Massa. De una u otra manera, la UIA es un polo de poder muy fuerte y si bien el kirchnerismo nunca pudo poner a un hombre suyo al frente, ahora logró colarle la disputa política por la venta e instalarle la grieta al Consejo Directivo de la central fabril. 

 

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