No es Máximo Kirchner. En esta nota te contamos quién es el que tiene más poder y peso para influir en la elección para suceder a Julio Grondona en la AFA. EL tema de la semana, que todos los medios centraron en Tinelli y el hijo de la presidenta Cristina Kirchner, como nadie te lo contó.

Por María Julia Oliván

Como ustedes bien saben, yo, de fútbol no se nada. Soy periodista de todo menos del torneo de fútbol. Es más, jamás leí el suplemento deportivo de un diario -posta. pero pese a mi obstinación, en las últimas semanas no me quedó otra que enterarme un poco.

La cosa es así: –mal que le pese a Brancatelli- hablo todos los días con políticos de todos los espacios, sindicalistas y empresarios influyentes del país. ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? Que últimamente, cada vez que voy a reunirme con alguna de mis fuentes, me encuentro con lo mismo: los tipos están a full con el tema del fútbol, la AFA, Tinelli y la mar en coche.

Ante semejante panorama tenía dos caminos: o me iba a hacer las manos y los pies a la pelu o trataba de entender qué catzo estaba pasando. Les cuento lo que averigüé.

Hay un acuerdo cerrado para modificar el reglamento de la AFA: específicamente, el artículo que estipula que para ser presidente de la asociación, un dirigente debe tener una antigüedad no menor a cuatro años en el club al que pertenezca. Esto le impediría a unos cuantos pesos pesados aspirar a suceder a don Julio Grondona luego de las elecciones de autoridades de la AFA previstas para octubre próximo. Por caso, ni Matías Lammens, ni Marcelo Tinelli (San Lorenzo), ni Hugo Moyano (Independiente), ni Jorge Brito Jr, ni Rodolfo D´Onofrio (River), ni Daniel Angelici (Boca) estarían en competencia.

El plan A de don Julio Grondona era que su hijo –el supuesto Julito que tiene como 50 años- lo suceda en el cargo. Pero Julito cayó en un a terrible depresión tras la muerte de su padre el 30 de julio de 2014.

Julito no está en condiciones anímicas de plantarse para dar pelea como su padre había soñado y, en este año electoral, el lugar que quedará vacante en octubre en la presidencia de la AFA se transformó en algo tan preciado como la presidencia de la nación. Pero el kit de la cuestión es cómo lograr los votos para modificar el estatuto de la AFA?

Miren, aunque les parezca mentira ahí no tiene tanto poder Máximo Kirchner, como se publicitó en los últimos días. Ahí el que la tiene grande es el Chiqui. Estoy hablando de Claudio Chiqui Tapia, el presidente de Barracas.

Chiqui es el marido de Paola Moyano, yerno de Hugo, cuñado de Facundo y trabajó en el CEAMSE bajo las órdenes de Diego Santilli, cuando éste era el secretario de Medio Ambiente de la Ciudad. Es, sobretodo, famoso por ser un habilidoso líder de los dirigentes de los clubes del ascenso.

Por eso es que, tal como conté anoche en Intratables, Tinelli fue a reunirse con Hugo Moyano una semana antes que con Máximo Kirchner. Algo entiende el presidente de Independiente de esa mezcla de fútbol, política y empresas poderosísimas que puedan respaldar con sus sponsors al club. Por ejemplo, para su club consiguió de sponsors a OCA y a Coca Cola, utilizando su peso como líder del gremio de camioneros que, obviamente tiene miles de afiliados en ambas empresas.

El encuentro entre Marcelo y Hugo(cuac) se produjo el jueves pasado al mediodía en la sede del Sindicato de Camioneros, en el tercer piso de Caseros al 300. Por el lado de Tinelli, la reunión la cerró Fabián Scoltore, mano derecha del conductor. Por el lado de Hugo, su inquieto hijo, Facundo Moyano, diputado nacional.

No les voy a decir detalles de esa conversación, simplemente porque no tengo esa información. Todo lo demás que leen acá, lo sé por dos fuentes muy confiables que confirman la historia.

Volvamos al Chiqui.

Los clubes del ascenso son 34 más 10 del Interior, o sea 44. En comparación con el Campeonato Argentino de la primera A en el que participan 30 clubes, tener el apoyo de los clubes del ascenso significa tener, obviamente, más de la mitad de los votos que se necesitan para cambiar el estatuto y redefinir la antigüedad de los dirigentes que puedenacceder al sillón de Grondona. Pero, por sobre todas las cosas, son los votos que se necesitan para ganar la elección. Por eso, Luis Segura también fue a verlo el año pasado y ese encuentro le valió un flor de reto de Máximo Kirchner que desconfiaba de sus vínculos con Sergio Massa.

Según mis fuentes, la decisión de modificar el reglamento de la AFA está tomada. Porque el año en que los argentinos elegimos al próximo presidente, todos juegan a la política pero medio tiempo en la cancha de fútbol.

Perdonen los fanáticos, pero que todo esté tan mezclado y que en los despachos más encumbrados del poder me encuentre un dirigente de fútbol, es -en mi humilde opinión- poco serio. No quiero hacerme la maestra ciruela ni que me juzguen porque no me interesa el fútbol pero creo que no debería dar razones sobre por qué es más importante en esta pre campaña presidencial proponer un debate sobre qué hacer con la crisis energética, cómo resolver la inflación o de qué manera deshacer el cepo cambiario; terminar con la deserción escolar y luchar contra el narcotráfico.

Muchachos, paren la pelota. Todo bien con el fútbol, ya se que mueve mucha plata. Pero un país importante, además de con plata, se hace con ideas importantes y capacidad y decisión para ejecutarlas.

¿Volvemos a la política que piensa en cómo solucionarle los problemas a la gente? Onda, hacemos que a los pibes pobres de los barrios les resulte más negocio volver a la escuela pública que ir a vender droga? Usamos de una vez por todas, la plata de la salud para mejorar los hospitales en vez de para arreglar a los poderosos gremios?  Saneamos otra vez el PAMI que sólo funcionó decentemente durante la gestión de Graciela Ocaña? Hacemos que  los corruptos nos devuelvan la que se robaron alguna fucking vez?

Qué  se yo, capaz piensan que soy demagógica o algún machista recalcitrante puede pensar si no te gusta el fútbol cerrá la boca.

Yo no cierro nada. Buscando otra data me llegó esta información y la escribí. Perdón Brancatelli, cuando seas viejo como yo si trabajas mucho y tocás menos el bombo, vos también vas a hablar con muchos políticos y sindicalistas.