Unos $1.667 millones transfirió en 2014  el Gobierno a la AFA para televisar el fútbol. Van $6.364 millones desde 2010. Son escuelas, gasoductos y rutas que no se hacen. Cuando la industria cultural no subsana necesidades básicas y estructurales.

Por Javier Alvarez (@JaviAlvaBa)

Las comparaciones son odiosas pero a la hora de administrar recursos escasos en un país con zonas que padecen pobreza estructural, todo tiene que ver con todo y no existe industria cultural con capacidad de subsanar una necesidad básica insatisfecha.

Resulta imposible conformar a un jubilado que cobra la mínima con fútbol o a un enfermero que no tiene tijeras para cortar el hilo cuando sutura a un herido o a un docente que da clases en Jujuy en una escuela con paredes de barro y caña.

¿Golpes bajos? No. Es la realidad la que golpea. Es imposible negar que la situación económica del país mejoró en los últimos once años, pero venimos el abismo y aún resta camino por andar: mucha gente vive en la marginalidad absoluta.

El fútbol se llevó 6.364 millones de pesos desde que la televisación fue estatizada en 2010, por orden del Gobierno de Cristina Kirchner, en medio del conflicto con el Grupo Clarín. Sólo en 2015, año electoral, el presupuesto será de 2.000 millones de pesos.

Si bien en un principio se había acordado un presupuesto anual de 600 millones de pesos, ya en el primer año aumentó a 854 millones; en 2011 saltó a 879 millones de pesos; y en 2012, avanzó hasta los 1.182 millones de pesos.

El 2013 no fue la excepción y el presupuesto anual del fútbol creció hasta los 1.201 millones de pesos; y este año, por ahora, subirá a 1.667 millones de pesos.

¿Qué podría hacerse con el dinero destinado al fútbol sólo en 2014?

• Cada kilómetro de los 29 que tiene la Ruta Néstor Kirchner –que une las localidades bonaerenses de General Pinto y Germania- costó 3,3 millones de pesos: se harían unos 505 kilómetros con el dinero del fútbol.
• La construcción de la Escuela Media Nº 183 en La Leonesa, provincia del Chaco, fue licitada por 10,5 millones a fines de octubre, por lo que con el dinero del fútbol se podrían construir 158 instituciones iguales.
•  El gasoducto de doce pulgadas que llevará el combustible desde Lavalle (Mendoza) hasta San Juan, a lo largo de 70 kilómetros, tiene un presupuesto de 296 millones de pesos: se podrían hace más de cinco iguales.
• Se haría una obra similar a la del Segundo Acueducto del Interior del Chaco (que tiene un costo de 1.633 millones de pesos) para dar agua potable a miles de familias de 26 localidades a lo largo de 512 kilómetros.
• Se podrían construir en las provincias unas 3.334 viviendas de 500.000 pesos, como las previstas en el Programa de Crédito Argentino (Pro.Cre.Ar), financiado con fondos de la ANSeS.
• El dinero que el fútbol se llevará sólo este año es casi el equivalente a los 1.700 millones de pesos que el gobierno de la provincia de Corrientes tomará en deuda en 2015 para financiar obras de infraestructura.
•  La falta de ambulancias en condiciones para responder a emergencias desde el único centro de salud que tiene la ciudad de Ingeniero Jacobacci, en Río Negro, es motivo de protestas vecinales permanentes. Una ambulancia tipo combi para traslados semi complejos tiene un costo promedio de 300.000 pesos en el mercado nacional: se podrían comprar hasta 5.556 unidades y dotar a los hospitales de esa y todas las provincias.
• El Gobierno podría comprar 154 vagones para reactivar al Gran Capitán, el tren que supo unir a la estación porteña de Lacroze con Posadas, Misiones, dando vida a la economía de 51 ciudades del nordeste argentino. Es que cada vagón como los que se utilizan en la línea Sarmiento –que une Once con Moreno- tiene un costo de 1.270.000 dólares, lo que al cambio oficial actual ($8,52) equivale a 10.820.400 de pesos cada uno.
• Unos 1.500 millones de pesos son los que se necesita el gobierno bonaerense para dragar y profundizar el lecho del Río Luján a lo largo de unos 100 kilómetros hasta la desembocadura en el Río de la Plata. Esa obra impediría que miles de familias tengan un metro de agua en el living de la casa cada vez que llueve con intensidad y las napas se ven colapsadas, lo que las obliga a empezar de cero tras perderlo todo.

 No se trata de reprivatizar el negocio del fútbol como propone la oposición, sino sólo de hacerlo rentable como lo era cuando lo operaba una compañía privada: el Gobierno debe permitir la publicidad privada y exigirle a los clubes que clarifiquen y saneen sus cuentas.

 Y allí surge una nueva pregunta: ¿Qué hacemos con la corrupción en los clubes? Bueno, no existen respuestas para todo en este portal.