En la recta final de la carrera hacia la presidencia, el apoyo de artistas y figuras se vuelve crucial para los candidatos. Más aún si se trata de, tal vez, el argentino más famoso del mundo.
Por esa razón, en el equipo de campaña de Daniel Scioli estaban exultantes por haber logrado que Diego Armando Maradona, desde Dubai, haya explicitado su voto a favor del candidato oficialista. Los dos se conocen hace años, desde que ambos eran celebridades activas en sus respectivos deportes, el fútbol y la motonáutica. Y los dos fueron de los deportistas que abrazaron los años de fiesta menemista antes de volcarse de cabeza al proyecto kirchnerista, con la peculiaridad de nunca haber renegado de aquel pasado.
Después de días de contactos entre La Plata y Dubai, finalmente ayer nomás, miércoles 21 de octubre, Maradona subió a su perfil de Facebook una foto junto a Scioli y expuso su “aguante” a la dupla entre el gobernador bonaerense y Carlos Zannini, a la candidatura de Aníbal Fernández en la provincia y La Cámpora, en general.
Tan miliméticramente fue calculado el apoyo maradoniano que, salvo las hurras a la agrupación que comanda Máximo Kirchner, el resto del texto fue preparado por asesores del sciolismo y enviado al entorno de Maradona para su aprobación. Y así fue publicado en la red social, casi sin modificar una coma y agregando en el encabezado: “Un beso grande a nuestra gran presidenta Cristina Fernández de Kirchner”.
Pero las “sonrisas” por la “palmadita” (CFK díxit) de Maradona hacia Scioli se transformaron al instante en un abrazo de oso.
Es que el ex técnico de la Selección entró en cólera al leer los rumores que sostienen que el candidato kirchnerista tendría en sus planes sumar a Alejandro Granados en su hipotético gabinete, de salir victorioso en las elecciones.
Hombre fuerte de Ezeiza, tierra archiconocida por Maradona, y actual ministro de Seguridad bonaerense, Granados es el candidato cantado en el sciolismo para hacerse cargo del Ministerio de Defensa, en una eventual presidencia del actual gobernador. Pero Maradona está empeñado en hacer todo lo posible para que así no sea.
¿Cuál es el encono del ex futbolista con un político que llegó a ser su anfitrión más querido desde el menemismo hasta no hace tanto? ¿Maradona teme un conflicto geopolítico? ¿Se hizo eco de las críticas que hasta Horacio Verbitsky le hizo a la polémica gestión de Granados? Nada de eso.
Como casi siempre en el mundo Maradona, es todo una cuestión de polleras. Es que el actual ministro de Seguridad provincial es el marido de la diputada nacional Dulce Granados, quien a la vez, es una de las mejores amigas de Verónica Ojeda, la ex del Diez y madre de Dieguito Fernando. Tan allegada es Dulce a Ojeda que es la madrina de su hijo, la ha acompañado en vacaciones y hasta para ir a votar.
Los Granados son dueños de un emblemático restaurant-parrilla en Ezeiza, El Mangrullo, sede histórica de la rosca política bonaerense. Pero Maradona ha entrado en furia cada vez que vio una foto de su ex comiendo en ese emblemático reducto gastronómico. Y, como todo en la vida de Maradona, quien se queda del lado de Ojeda pasa a ser traidor. Incluso aunque se trate de la propia madrina de su hijo. La reacción de Maradona es incomprensible para los Granados, que habida cuenta, se acercaron a Ojeda como un gesto hacia el propio Diego, quien hizo de su ex una vecina célebre de Ezeiza, al dejarle una casa en aquella zona para su hijo. Alejandro y Dulce, ya sufren el abrazo de oso maradoniano.
El raid de furia de Maradona está calentando en estas horas los teléfonos tanto de sus allegados en Buenos Aires, con sus abogados Víctor Stinfale y Matías Morla a la cabeza, como de varios asesores de la campaña sciolista, que no saben ya qué hacer para contener el peligroso volcán en el que se puede convertir “El Diego”. Los epítetos de Maradona contra el actual ministro de Seguridad bonaerense y su esposa son irreproducibles. Y como cualquier cosa que se le mete en la cabeza a Maradona, todos suponen que no va a parar hasta comunicarse con el propio Scioli y lograr que el candidato le prometa bajar a Granados, algo que, claro está, no está en ningún plan del presidenciable.
De hecho, se especula que el propio Maradona está planeando publicar otro estado en su Facebook, hoy a la noche, al filo de la veda electoral. Y apuntará contra Granados, que se postula otra vez para la intendencia de Ezeiza. Esta vez, el astro pedirá que no lo voten y les diría a los votantes del municipio que el candidato los traicionaría al irse al gabinete de Scioli.
Por lo pronto, el entorno de Maradona está trabajando a contrarreloj para reenviar hoy mismo rumbo a Dubai a su actual pareja, Rocío Oliva, para contenerlo y, sobre todo, para ejercer algún control sobre el desbocado uso del celular del astro.
Según pudo averiguar #BORDER en el bunker de Scioli hay cierta preocupación. Dar de baja a un hombre del riñón sciolista como Granados sería un gesto muy absurdo para alguien que pretende mostrarse como un presidente autónomo. Al menos por esta razón, es un imposible. Pero no hacerlo podría despertar la ira incontrolable del astro, que nadie sabe hasta dónde puede llegar en un ataque de furia. Lo sabe su otra ex, Claudia Villafañe. Algunos creen que sólo la ultrapromocionada paciencia de Scioli se podría poner a prueba incluso antes de asumir.
Casualidad o no, el de Granados es de los pocos nombres del hipotético gabinete sciolista que no fue confirmado aún de manera oficial. Fuentes sciolistas descartan cualquier vinculación entre un tema y otro, pero no son pocos los que recuerdan la reacción de El Diez con su ex amigo Marcelo Tinelli, cuando osó invitar a Ojeda a participar del “Bailando por un Sueño”. Maradona no se ahorró ninguna barbaridad contra el conductor, hasta comenzó a hacerle campaña en contra en la interna de la AFA y aquella amistad se congeló hasta hoy.
Habrá que ver si el estilo zen de Scioli puede con la furia caprichosa de un astro que te abraza pero no sabe recibir un no como respuesta. Su cierre de campaña está abocado a eso.
