Sexualidad “custom-made”: solosexuales, sapiosexuales y otros nuevos tags

La generación millenial explora la sexualidad huyendo de etiquetas clásicas y reconfigurando nuevas alternativas, menos estáticas, pero a la vez estandarizables en formato para sitios de levante con estilo catálogo. El mundo pansexual de Miley Cirus y la sexoflexibilidad. La icónica actriz Kristen Stewart y la reivindicación de la masturbación.
Sexualidad “custom-made”: solosexuales, sapiosexuales y otros nuevos tags
Créditos: Sexualidad “custom-made”: solosexuales, sapiosexuales y otros nuevos tags
Por: Laura Marajofsky @lu_watermelon

Que los jóvenes están reescribiendo las reglas de la sexualidad no es novedad, sin embargo, es natural sentir un poco desconcierto ante los nuevos rótulos y posibles experimentos modernos. Así, la generación millennials (los nacidos entre el 1980 y el 2000) no sólo parecen tener una mirada más fluida con respecto a la sexualidad y las relaciones, sino que son reacios a encasillarse en una categoría, o para el caso, en categorías que ya consideran estancas, como la heterosexualidad u homosexualidad.

Miley Cyrus.
Miley Cyrus.

Quizás una de las primeras Millennial en llamar la atención al respecto de lo anticuadas que podían ser estas nociones fue la mediática cantante Miley Cyrus, seguida de la actriz Kristen Stewart, quien en la tapa de varias revistas declaró que le gustaban chicos y chicas indistintamente, ya que para ella el género a la hora de elegir pareja era algo menor.

Kristen Stewart, libre y de la mano con una chica.
Kristen Stewart, libre y de la mano con una chica.

Sin ir más lejos, según una encuesta del sitio YouGov del año pasado, el 50% de los millennials británicos no se identifican a sí mismos como completamente hétero, y el 43% de los encuestados entre los 18 y 24 años se identifican en el medio de la famosa escala Kinsey, la cual define la identidad sexual a través de un espectro que va del uno al seis (siendo uno totalmente heterosexual y seis exclusivamente homosexual).

¿Renovación del lenguaje o de la cultura?

De este modo, sea como una evolución natural del lenguaje que moldea a la cultura o viceversa, aparecen nuevas etiquetas. Recientemente también se ha hablado mucho de la pansexualidad (la propia Cyrus se definió así), en relación a alguien que no se limita a elegir pareja teniendo en cuenta el sexo biológico o identidad del mismo, sino que privilegia factores tanto físicos como espirituales propios de la persona específica a la hora de iniciar una relación. Por su parte, el popular sitio de citas OK Cupid expandió sus opciones para acomodar algunas de estas nuevas categorías que ya son formas de identificación sexual aceptadas. Ahora se pueden tildar los casilleros “demisexual”, “heteroflexible”, “pansexual” y hasta “sapiosexual”, por si te estabas preguntando en qué consistían las novedades.

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Antes se hablaba de experimentación por fuera de la tradición sexual (con el swingerismo de los 60s y la bisexualidad a la cabeza), hoy se habla de heteroflexibilidad, pansexualidad o de búsquedas por fuera de las relaciones mononormadas hegemónicas, se discuta en términos puramente sexuales o también sentimentales y de construcción de vínculos, como explican en el grupo Amor Libre Argentina. Estas búsquedas pueden incluir desde relaciones abiertas de distintos tipos hasta familias poliamorosas, y pasan tanto por el deseo como la reconnotación de los lazos.

En este sentido dos categorías que han aparecido en el último tiempo y han ganado visibilidad, en parte ayudadas por la tecnología y las comunidades online pero también por la naturalización de la subcultura del “hookup, y que parecen enfatizar esto de que cada vez más la sexualidad puede ser algo ad hoc o customizable a las necesidades de cada uno, son los sapiensexuales y los solosexuales. Si bien no es exactamente novedoso, los llamados sapiensexuales vienen a representar el nicho de los que valoran la inteligencia por sobre otras cualidades en una pareja.

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Redes y sitios de citas estandarizan sexualidades móviles. ¿Narcisismo o amor propio?

El cerebro es el principal órgano sexual, por encima de la piel y de los órganos genitales, no se cansan de decir sexólogos y psicólogos una y otra vez, y es por esto que esta tendencia parece tener cierto asidero científico. En teoría, los sapiensexuales ponen el foco en la estimulación a través del cerebro antes que las experiencias en el plano físico, aunque esto no significa que no quieran también intimidad sexual. Entonces, ¿qué buscan en una pareja o compañero ocasional los sapiosexuales? Simple, según especialistas, son personas abiertas a nuevas experiencias que se salen de la rutina y desafíos que les permitan abrir su mente: buena conversación y la seducción a través de la palabra son puntos clave en la atracción. Otros enfatizan la inteligencia que se busca no pasa por el coeficiente intelectual, sino por la inteligencia erótica.

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Sin embargo, las nuevas definiciones no están exentas de lugares comunes o concepciones tendenciosas, y muchos sexólogos explican que hay más mujeres que se identifican como sapiosexuales y buscan esta clase de vínculos, ya que mientras que el sexo masculino se estimula con la vista, el femenino necesita de otros factores de seducción. De más está decir que esto no es más que un prejuicio en tanto muchos hombres necesitan de una conexión emocional para alimentar el plano sexual, y muchas chicas privilegian el aspecto físico y la química sexual. Asimismo, las mujeres que antes de su emancipación del hogar y su salida al mundo laboral privilegiaban factores como la protección o la seguridad económica, ahora se vuelcan más sobre variables de índole intelectual.

teen-sexuality-and-gender-study-tk-1457615785Otro fenómeno contemporáneo en donde la sexualidad se internaliza y construye desde el individuo y sus preferencias, es la solosexualidad. Un número creciente de jóvenes se definen hoy como solosexuales, esto es personas que encuentran placer solos. Según la publicación salon.com, en abril del 2015, el sitio Kinky referenció esta tendencia describiendo a los solosexuales como hombres que preferían la masturbación sobre otras formas de actividad sexual. Hay una creciente subcultura de hombres que encuentran en la masturbación el mejor sexo de sus vidas, y que se encuentran online o en sitios como BateWorld.com o Chaturbate.com, donde el foco está en la masturbación en cámara, explica Jason Armstrong, uno de los responsables del sitio.

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¿Sexualidades custom-made?

4e009a7db937952717000014_i2_36-1456449456839Como tantas otras clasificaciones éstas no son excluyentes o se encuentran fijas, muchos solosexuales además practican actividad sexual de forma tradicional. Contrario a lo que pueda pensarse como algo patológico o disfuncional, algunos de sus defensores explican que la solosexualidad es una manera de reivindicar el amor por uno mismo, el propio cuerpo y la práctica de la masturbación en el marco de una comunidad positiva, en formato de clubes sexuales o a través de la web. Inclusive desde los ámbitos filosóficos o sociológicos ahora se vierte una nueva luz sobre esta práctica históricamente demonizada y estigmatizada.

A su vez, los solosexuales provienen de todos los extremos del espectro, la mayoría son hombres gays, pero también hay bisexuales, mujeres y hétero. Algunos pueden incluso no manifestar preferencia sexual alguna, como los asexuales. La editorial de Salon destaca además que la solosexualidad funciona como una forma de invertir los preconceptos básicos sobre nuestra sexualidad: al igual que los asexuales, quienes no están motivados por el sexo, los solosexuales pueden desear tener y alimentar otra clase de vínculos no sexuales, satisfaciendo una miríada de necesidades emocionales.

Mientras que algunos proclaman que la solosexualidad pueden entenderse como un fenómeno derivado del individualismo propio de la sociedad de consumo actual o como un reflejo del narcisismo excesivo de las nuevas generaciones, también puede pensarse como otra manera de construcción sexual del individuo en tiempos de sexoflexibilidad, una reacción ante lo heredado culturalmente. O quizás acostumbrados como estamos a poder elegir -y a esperar variedad de opciones-, esto sólo sea otro modo de customizar la sexualidad. Cuestiones prácticas o filosóficas a un lado, lo cierto es que las cosas ya no son blanco o negro, sino un continuo de grises que evoluciona hacia matices cada vez más sutiles y complejos día a día.

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