Tabú: qué pasa si te arrepentís de haber sido madre

Por: Denise Murz @DeniseMurz

El libro “Madres arrepentidas”, de la socióloga israelí Orna Donath se suma al surgimiento de grupos de contención online que buscan comprender un tema delicado que hoy forma parte de la agenda del resurgimiento feminista. ¿Fenómeno moderno o realidad (hasta ahora) negada? Las razones de cuando la felicidad y la responsabilidad no comulgan.

 

Una socióloga israelí llamada Orna Donath se propuso ventilar los aspectos escondidos de la maternidad y darle voz a dilemas hasta ahora callados. Tildada de “lesbiana”, “frígida”, “resentida” y “traumada”, por estos días Donath paga el precio de su principal audacia: haber colado en las bateas de libros “para mamis”, algo que se parece mucho más una bomba que a un conjunto de simples textos. Se trata de un perturbador estudio íntimo de las condiciones sociológicas que llevan a muchas mujeres a ser madres y a arrepentirse de por vida de ello.

El libro que aborda el tabú.
El libro que aborda el tabú.

Su propuesta podría haber sido mirada con desconfianza por las principales editoriales del mundo, mayormente concentradas en el lado idílico y práctico de la maternidad; sin embargo, no lo fue. No es que el tema esté de moda ni que se haya vuelto un tópico común, es que un simple sondeo a través de la web revela que la cuestión se ha ido expandiendo a través de foros y grupos relacionados con el género y familia, de manera creciente en los últimos años. Las confesiones de madres arrepentidas hoy son parte del panorama usual de debate en aquellos ámbitos de mujeres en los que se pondera la honestidad.

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El tema comenzó a surgir tímidamente en aquel lugar en el que la gente se atreve a confesar, de modo anónimo, lo que no le dice ni a sus más íntimos amigos: internet. En muchos foros femeninos hoy es habitual encontrar ya no solo tips para hacer dormir un bebé o para recuperar la vida sexual post parto, sino declaraciones de desconcierto de mujeres que no saben lidiar con el hecho de haber descubierto (o confirmado) que la maternidad no era para ellas luego de haber tenido, incluso buscado férreamente, un bebé.

Algunos de estos foros, de hecho, han ido mas lejos y con el tiempo han dejado de ser meros lugares de descarga para convertirse en espacios de contención, grupos de ayuda virtuales con moderadoras dispuestas a brindar asistencia, para convivir con este descubrimiento que desespera por su irreversibilidad y complejidad. En el mundo real, psicólogos, psiquiatras y sexólogos no se ven especialmente sorprendidos por esta “nueva” realidad que se expresa con fuerza ahora, que la voz femenina gana volumen.

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Orna Donath, la autora.

Bien cabe aclarar que el objeto de estudio de Donath, al igual que la mayoría de las arrepentidas, no son las mujeres abandónicas, irresponsables, ni maltratadoras, sino las madres que cumplen con sus obligaciones amorosamente pero que no temen confesar que en su fuero íntimo, desearían volver el tiempo atrás. “No voy a irme o a hacer nada en contra de mi hijo, lo amo, es solo que si pudiera volver el tiempo atrás, no sería madre y no llevaría esta vida”. Esa declaración resume la postura en la que busca indagar el libro y cuya resolución parece estar en el lema propuesto por los mismos grupos de contención: “no me gusta pero voy a asumir mis responsabilidades”. En estos grupos se aconseja repetir la frase cuando se está al borde del colapso, con fantasías de abandono o simplemente “contando los días para que sea grande y se vaya”.

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La mayoría de las mujeres que se animaron a hablarme se mostraron perplejas por no haber tomado dimensión real de la aventura en la que se embarcaron, o a las que las llevaron a embarcarse”, observa. “Fundamentalmente sienten culpa por no ser felices con lo que se supone que debían vivir como la mejor experiencia del mundo y tienden a pensar que hay un problema en ellas, por lo cual jamás lo comparten”, explica.

“A las mujeres se les vive diciendo que tienen que tener hijos. Sino es porque quieren, al menos tienen que tenerlos para no arrepentirse después, lo que nadie dice que es muchas se arrepienten justamente después de haberlos tenido. Esa parte no publicada de la historia hace que muchas idealicen la maternidad y piensen que mágicamente cambiarán de personalidad y de deseos al ver a sus bebés. El dilema llega cuando se dan cuenta de que eso no ocurrió ni ocurrirá”, afirma.

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madres-arre-graphEntre las razones por las que este arrepentimiento surge están principalmente la presión social y la enorme desigualdad en la distribución de las tareas de cuidados entre hombres y mujeres. Este último terminaría por reflejarse en una enorme pérdida de poder, capacidad adquisitiva y libertad de las madres.
Donath considera que el abordaje racional y maduro de la cuestión, la posibilidad de hablar sin condenar a las protagonistas, podría alentar a que más mujeres escuchen sus verdaderos deseos y no se dejen arrastrar por presiones sociales. Esas mismas presiones que llevan a las madres arrepentidas a guardarse para sí las reflexiones más valiosas sobre la experiencia de la maternidad, aquellas que justamente nadie se atreve a decir en voz alta. Ese tabú que ahora, de a poco, sale a la luz. Y a las librerías.

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