El agente de Tigre filmado en la agresión es quien mató al Frente Vital

Por: Mauro Fulco @maurofulco

Se trata de Héctor «El Paraguayo» Sosa, ex policía bonaerense. Estuvo dos años preso, condenado por «exceso de legítima defensa» gracias a un juicio abreviado. Además estuvo involucrado en otros dos casos de gatillo fácil. En el municipio desconocían sus antecedentes y prometen investigarlo. 

 

 

Primero circuló un video. Una aparente discusión de tránsito que derivó en pelea a golpes de puño. De un lado José Ojeda -60 años-, vestido con mameluco, en horario laboral y con la cabeza ensangrentada. Del otro, agentes del COT (Centro de Operaciones de Tigre). Uno de ellos colgado del cuello de Ojeda, que sólo atina a balbucear un pedido de ayuda. El hecho fue en la estación de servicio de Ruta 27 y la ex Ruta 9, actual Pte. Perón.
Al parecer, Ojeda intentó circular con su vehículo pero no pudo porque la camioneta del COT no le permitía pasar. Luego de un intercambio de palabras, los uniformados municipales intentaron sancionar al hombre y quitarle la licencia de conducir. Allí se originó la pelea, que a esta altura resulta apenas una anécdota.

Sosa, internado. No difundían su identidad.
Sosa, internado. No difundían su identidad.
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Como agente, en Tigre.

Como saldo, el hombre de mameluco y su acompañante estuvieron demorados casi un día en la comisaría de Benavídez. Según la información difundida por el COT, el agente involucrado en la rencilla estuvo internado en terapia intensiva, con una costilla rota y traumatismo de cráneo. Lo que no se difundió en un primer momento es el nombre del funcionario público en cuestión. Se llama Héctor Eusebio Sosa, y muchos lo conocen como “El Paraguayo”.
“Es como tener a Etchecolatz trabajando”, grafica María del Carmen Verdú, abogada de CORREPI (Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional). Ella fue quien enfrentó a Sosa en Tribunales. Fue por el asesinato de Víctor Manuel “Frente” Vital, ocurrido el 6 de febrero de 1999 en San Fernando. “Arregló un juicio abreviado por exceso de legítima defensa y estuvo dos años preso”, explica la letrada, que aclara: “Luego Casación revocó y fue absuelto escandalosamente en el segundo juicio porque se omitieron dos testimonios esenciales”.

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El mito de Frente Vital-
El mito de Frente Vital-

La muerte del “Frente” cobraría dimensiones mitológicas, tanto que incluso hoy es venerado como “santo popular”. Su vida fue escrita por el periodista Cristian Alarcón en el libro “Cuando muera quiero que me toquen cumbia”, a esta altura un clásico de la non-fiction argentina.
El 1 de febrero de 2007, Sabina Sotelo, la mamá del Frente Vital, le decía al diario Clarín. “Me mintieron. A Sosa le siguieron pagando el sueldo para que matara pobres, negros, no sé cómo decirlo… estoy indignada”. Ese día se enteró de que el entonces policía bonaerense había matado por la espalda a Jonathan Lorenzo y Jorge Martínez, dos ladrones que venían de perpetrar robos en zona norte. Fue en Olivos, y Sosa adujo que se trató de un enfrentamiento, a pesar de que uno de los delincuentes apareció con cinco tiros en la espalda.

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El agente Sosa, entrenando.
El agente Sosa, entrenando.

Según las autoridades de Tigre, Sosa no tiene antecedentes policiales. Tenemos el certificado de conducta y no dice nada de eso. Si lo googleás aparece la misma información que tenés vos, pero no salta nada en los papeles que presentó”, explica María Eugenia Ferrari, Secretaria de Prevención Ciudadana del Municipio de Tigre, que asegura que cada persona que ingresa a la fuerza de seguridad municipal es estudiada en detalle. Aunque –como decía Tu Sam- puede fallar.

Sosa se volvió pastor evangelista.
Sosa se volvió pastor evangélico.

Después de sus episodios de gatillo fácil, “El Paraguayo” Sosa reconvirtió su vida y entregó su corazón a Cristo. Al menos eso es lo que declama delante de su propia congregación, en la Iglesia Cristiana Unidos en la Fe de Belén de Escobar. Allí, Sosa y su mujer –Marisa- ejercen como pastores evangélicos y predican la palabra de dios.
Pero no todo fue camino de rosas en la senda del Señor. Por supuesto, también hubo espinas. Y de ese vía crucis da cuenta el libro “Un mar de castillos peronistas”, también escrito por Cristian Alarcón. Allí se da cuenta de que Sosa trabajaba en seguridad privada (“como casi todos los policías de legajos manchados con sangre joven”) y narra en detalle el escrache sufrido por el Hermano Héctor, que aún no era pastor. Fue en 2013, en una iglesia en Garín.
En esa ocasión, los familiares del “Frente” Vital lo increparon por asesino, pero también se hicieron eco de la denuncia de la ex mujer de Sosa, María Luisa Enríquez, quien lo acusó de abusar de su hijastra. En aquella oportunidad, describe el libro, el Hermano Héctor –delante de la grey- atinó a responder: “Vayan a la Justicia”.
Primero circuló el video. Y, a pesar de la elocuencia de las imágenes, hay dos versiones. Una refiere a una agresión policial a un trabajador y la otra dice que el civil noqueó a trompadas al policía. A esta altura es anecdótico. O en todo caso materia de un juicio que deberá emprender la familia Ojeda.

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https://www.youtube.com/watch?time_continue=94&v=IUOjpdWM5ug
Lo que subyace es que el protagonista de la pelea, y empleado del Municipio, es un ex policía bonaerense que lleva en su espalda tres casos comprobados de gatillo fácil. La respuesta desde las autoridades de Tigre es rápida. “Vamos a iniciar una investigación no sólo por el hecho ocurrido si no por su historia. Realmente no estábamos al tanto de esto, y es necesario aclararlo”.

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