Sin lealtad: el plan del Gobierno para dividir al peronismo

Por: Border Redacción Remota

El oficialismo necesita que el PJ llegue lo más fragmentado posible a la elección de 2017. Sobre todo en la provincia de Buenos Aires. En Cambiemos se ilusionan con que haya tres ofertas peronistas: kirchnerismo, massismo y el PJ más tradicional. El recuerdo de Alfonsín impulsando a Menem contra Cafiero.

 

Terminar de calmar la inflación es hoy la principal preocupación del Gobierno. La segunda es que los brotes verdes en la economía empiecen a florecer para que se de la ansiada recuperación económica. Y en ese camino, llegar a las elecciones del año próximo con el mejor clima social posible. Pero aunque se den todas esas condiciones, hay una estrategia en la mira para apuntalar todavía más las posibilidades electorales: dividir al peronismo en cuantas partes sea posible.

Cristina participó de un acto del Día de la Lealtad por videoconferencia.
Cristina participó de un acto del Día de la Lealtad por videoconferencia.

Ese objetivo, nunca confirmado oficialmente pero convertido ya en un secreto a voces en la política, ya lo viene aplicando el gobierno de Cambiemos. Sobre todo en la provincia de Buenos Aires, que será -como es costumbre en las elecciones legislativas- la pelea central de la campaña 2017.
Allí, el Gobierno necesita ganar o, en el peor de los casos, terminar casi empatando. En un distrito donde el peronismo sigue siendo fuerte, la división es clave para esas aspiraciones. Las celebraciones del día de la Lealtad Peronista de esta semana fueron un reflejo de que la división hoy es más cercana que la unidad.

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Scioli estuvo con Espinoza y el PJ Bonaerense en Berisso.
Scioli estuvo con Espinoza y el PJ Bonaerense en Berisso.

La gran intriga está puesta en anticipar cuántos frentes electorales presentará el peronismo en las urnas. Como mínimo habrá dos ofertas: PJ/Frente para la Victoria y Frente Renovador de Sergio Massa. Por más que hay sectores del PJ que impulsan un acercamiento al massismo, esa visión no es mayoritaria, por lo que podría derivar solamente en un cambio de bandos.

En San Vicente, Duhalde con los sindicalistas Moyano, Barrionuevo, Caló y el triunvirato de las CGT.
En San Vicente, Duhalde con los sindicalistas Moyano, Barrionuevo, Caló y el triunvirato de las CGT.

Las encuestas que manejan desde los diferentes espacios muestran hoy un escenario dividido en tercios. En Cambiemos, se ilusionan con que una mejora económica termine dándole la ventaja suficiente para ganar. De todas formas, las chances mejorarían si logra una división más en el seno del PJ: el kirchnerismo más duro por un lado y el PJ más tradicional por el otro. Incluso hay quienes arriesgan nombres de eventuales candidatos: Cristina Kirchner y Daniel Scioli entre los K, contra Florencio Randazzo y Julián Domínguez, apuntalados por la mayoría de los intendentes del PJ.

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Fuentes del peronismo coinciden en que esas definiciones recién se tomarán bien entrado el año próximo, y que dependerá no sólo de lo que marquen las encuestas sino también de la “grandeza” y la “humildad” a la hora de cerrar los acuerdos. El Gobierno, mientras tanto, intenta meter la cuña: polariza con el kirchnerismo, algo que siempre le redituó, y mientras tanto le da nueva visibilidad a figuras como Randazzo (la semana pasada se reunió con Federico Salvai, ministro de Gobierno de Vidal, con quien negoció aspectos del presupuesto bonaerense).

Bossio, Romero y Domínguez celebraron en el interior bonaerense.
Bossio, Romero y Domínguez celebraron en el interior bonaerense.

Sin embargo, es difícil imaginar al peronismo dividido en tres opciones para 2017 en el territorio bonaerense. Se eligen senadores, por lo que solamente celebrarían el que sale primero (se queda con dos bancas) y el segundo (obtiene la banca de la minoría). Los demás se conforman con sumar diputados. En ese sentido, la estrategia sería beneficiosa para el Gobierno pero muy poco competitiva para el PJ.
La palabra final, en todo caso, la terminará teniendo Cristina y el kirchnerismo, y no tanto el Gobierno. Las decisiones que tome serán las que definirán si la mayoría de los intendentes y dirigentes del peronismo querrán seguir jugando cerca de ella o apelarán más a un discurso renovador.

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Urtubey juntó a jóvenes del PJ en Salta.
Urtubey juntó a jóvenes del PJ en Salta.

Desde afuera de la Provincia, otros dirigentes miran con atención esa definición. En esa lista se posiciona el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, u otros gobernadores de la nueva camada. Todos necesitan que se imponga un peronismo renovado, pero sin que ningún dirigente se destaque demasiado. En esa lógica, la división también les es útil. Necesitan que pierda Cristina, pero que la noticia no sea que ganó Massa, Randazzo, Domínguez, Insaurralde o cualquier otro.

Alfonsín levantó a Menem en contra de Cafiero. Le terminó pasando la banda,
Alfonsín levantó a Menem en contra de Cafiero. Le terminó pasando la banda.

Falta mucho todavía y nadie se arriesga a dar por cerrado ningún escenario. Pero sí hay algunos memoriosos que encienden alarmas respecto a la estrategia macrista. En los ´80, para frenar el ascenso de Antonio Cafiero, el gobierno de Raúl Alfonsín le dio aire a otra figura peronista como Carlos Menem. Uno se quedó con la Gobernación bonaerense y el otro con la Presidencia. No vaya a ser que alguno de los encargados de hoy dividir al peronismo termina siendo el verdugo de Cambiemos mañana.

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