Los 9 papelones concatenados en la novela de Ganancias

Por: Border Redacción Remota

Después del acuerdo entre el Gobierno y la CGT, el conflicto puede quedar saldado luego de la aprobación en el Senado y el regreso a Diputados. En el medio, se sucedieron una lista de curiosidades y polémicas que le sumaron efervescencia al debate. Desde errores políticos clave, gobernadores desoídos por sus legisladores o internas en el peronismo, hasta anticipos de vetos vetados o sushis photoshopeados. Anecdotario que será parte de un archivo picante.

 

Si la política no da lugar a nuevas sorpresas, hoy quedará finiquitada la novela por el Impuesto a las Ganancias, en el regreso a Diputados. Una trama que marcó los tiempos de la política las últimas tres semanas. El acuerdo que alcanzó el Gobierno con los sindicalistas, refrendado por los gobernadores y la principales voces de la oposición en el Congreso, fue alcanzado después de por lo menos nueve excentricidades que nos legaron los protagonistas de la política argentina.
Desde errores políticos hasta fotos adulteradas, pasando por reacciones desmedidas o demasiado planificadas, los políticos argentinos obligan a hacer una pregunta repetitiva: ¿No podrían haber llegado a este mismo acuerdo negociando en serio desde el principio y sin acumular tantos papelones? Como ya es costumbre en la Argentina, cuando la Cámara de Diputados apruebe los cambios introducidos en el Senado, el tema pasará rápidamente a ser parte de la historia. Y otro tema acaparará la atención política y mediática.
#Border recopiló nueve acontecimientos que marcaron una discusión que le puso efervescencia al final del primer año de gestión de Mauricio Macri como presidente.
El error político: ¿era necesario meterlo en extraordinarias?

No tenía el número, pero igual metió Ganancias en extraordinarias.
No tenía el número, pero igual metió Ganancias en extraordinarias.

El 23 de noviembre, el Gobierno publicó en el Boletín Oficial el decreto de convocatorias a sesiones extraordinarias del Congreso para el mes de diciembre. Entre el detalle de temas a tratar (son los únicos habilitados en ese período), se incluyó  el Impuesto a las Ganancias, a pesar de que el Gobierno ya había dicho que se iba a debatir recién en marzo, con efecto retroactivo.
La presión política de la oposición, que amenazó con tratar el proyecto en una sesión especial, obligó a Macri a acelerar los tiempos. Pero hoy son muchos los que aseguran que a la oposición no le daba el tiempo para votarlo en ambas cámaras. De esta manera, el oficialismo dio luz verde a una discusión que no tenía controlada y que permitió que una sorpresiva unidad opositora le marcara la cancha. En toda esta novela, Cambiemos corrió siempre desde atrás.
Massa se esconde en la foto y le manda una carta a Macri

No estuvo en la foto opositora, pero después tuvo la suya sola con una carta a Macri.
No estuvo en la foto opositora, pero después tuvo la suya sola con una carta a Macri.

El líder del Frente Renovador viene levantando desde 2013 la bandera del impuesto a las Ganancias, por lo que no podía no ser protagonista de la película. En Diputados fue clave para armar el acuerdo de toda la oposición, y terminó sumándose a un proyecto pergeñado en gran parte por Axel Kicillof. Pero para el momento de la presentación en el salón de los Pasos Perdidos, Massa prefirió evitar los flashes. Adujo que los principales referentes de los bloques opositores tampoco estaban, pero lo cierto es que la foto junto a Kicillof, Recalde y otros kirchneristas hubiese sido un golpe muy fuerte a su imagen política.
De todas formas, el Gobierno lo tomó de punto y lo criticó por terminar jugando en tándem con el kirchnerismo. Macri lo tildó de “impostor” y Marcos Peña lo acusó de ser el político “menos confiable” del país. Unos días después, Massa si se sacó la foto que más le gusta: rodeado de dirigentes de su espacio, anunciando que le había mandado una carta al Presidente en la que le decía que él era responsable de convocar al diálogo. Y que leyó ante los micrófonos, claro.
La diputada que se brotó
Silvia Lospennato suele mantener un perfil bajo en la Cámara de Diputados. Ladera de Emilio Monzó, la diputada bonaerense estalló en cólera en la sesión en la que la oposición le asestó la derrota más fuerte del año al oficialismo. La excusa fue la intención de reducir los tiempos de los discursos, que había pedido Graciela Camaño, pero lo cierto es que terminó siendo la descarga de una derrota que ya se hacía evidente. “No les alcanza con perder las elecciones, siguen siendo tiranos”, gritó con la cara deformada de la bronca. Y concluyó: “La verdad es que esta es una sesión muy triste. Quieren hacer un agujero fiscal porque tienen una irresponsabilidad enorme, no fueron capaces de mover el mínimo no imponible en 12 años».

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Gobernadores no escuchados por sus diputados

Macri y los gobernadores, en uno de sus encuentros en Olivos.
Macri y los gobernadores, en uno de sus encuentros en Olivos.

Uno de los ¿misterios? que más llamó la atención de toda la novela de Ganancias es que había gobernadores que venían apoyando la iniciativa del oficialismo pero igual sus diputados los desoyeron y votaron el proyecto de la oposición, que generaba un costo fiscal más elevado que lo previsto para sus propias provincias. “Me parece que primó una decisión política”, respondió un senador peronista cuando fue consultado por #BORDER.
Es que algunos casos llamaron especialmente la atención. El salteño Juan Manuel Urtubey desde el principio fue uno de los más defensores de los pasos dados por el Gobierno. Pero Pablo Kosiner, del Bloque Justicialista (el de Diego Bossio), rechazó el dictamen oficialista. Es curioso, porque Kosiner es de íntima confianza de Urtubey. Recién en el Senado sus legisladores se pusieron más duros. El socialista Miguel Lifschitz también apoyó al Gobierno, pero los diputados de su espacio tampoco le hicieron caso. Con la senadora Marìa Esther Labado, santacruceña del FpV, pasò todo lo contrario. Por pedido de la gobernadora Alicia Kirchner, ayudò a demorar el tratamiento en el Senado, mientras la cuñada de CFK clamaba ayuda financiera, en paralelo.
El veto precoz de Michetti
El proyecto opositor ya había pasado por Diputados y el rumor de que Macri no descartaba vetarlo si lo aprobaba el Senado empezó a crecer. Pero dejó de ser un rumor cuando Gabriela Michetti lo dejó en claro en una entrevista televisiva. «Si el proyecto sale en Senado —que no creo que salga así porque muchos gobernadores se han manifestado en contra de cómo salió en Diputados— el presidente y todo el gabinete vamos a tener que pensar que no tenemos alternativa más que vetar la ley porque: ¿cómo hacemos para sacar la plata? ¿De dónde la sacamos?», aseveró la vicepresidenta. Días después tuvo que desdecirse; para muchos peronistas, incluidos los gobernadores, era preferible que Macri pague el costo político de vetarlo que ellos el de modificarlo. El oficialismo le pidió silencio a la vicepresidenta: la confirmación del veto le daba vía libre a los opositores a votar y descargar el costo en el presidente.

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La fe de erratas de Kicillof

La oposición presentando su proyecto, que tenía "errores de cálculo".
La oposición presentando su proyecto, que tenía «errores de cálculo».

El ex ministro kirchnerista le dio al Gobierno la llave para destrabar un brete político en el que estaba inmerso. Antes de que el proyecto fuera girado al Senado, sectores de la oposición se dieron cuenta de que había un error de cálculo en las estimaciones del costo fiscal del proyecto. Por eso, Kicillof se vio obligado a presentarle al presidente de la Cámara, Emilio Monzó, una fe de erratas aclarando la situación. Eso permitió que el Gobierno elevará la estimación sobre el costo fiscal a unos 140 mil millones de pesos, lo que facilitó las presiones a los gobernadores y senadores para que rechacen el proyecto. Hasta desde Santa Cruz, el gobierno de Alicia Kirchner pidió no votar la iniciativa impulsada por Kicillof.
Que se doble y no se rompa

Pichetto y Fuentes, siempre juntos, hoy tensionados.
Pichetto y Fuentes, siempre juntos, hoy tensionados.

El bloque de senadores del Frente para la Victoria-PJ volvió a mostrar en este debate una flexibilidad sorprendente, con divisiones internas y críticas cruzadas pero siempre manteniendo la unidad. Mérito del “equilibrista” Miguel Pichetto. Este tema, sin embargo, volvió a dejar en evidencia la fuerte tensión entre la decena de senadores que se siguen identificando con el kirchnerismo y el resto del bloque, que busca diferenciarse (aunque sin una conducción definida). Marcelo Fuentes fue el encargado de poner blanco sobre negro estas diferencias: cuestionó la “metodología” utilizada por Pichetto, pidió que se respete los compromisos asumidos y anticipó que su sector iba a votar la propuesta opositora con media sanción de Diputados. Pese a esas diferencias, el bloque se siguió doblando, pero todavía no se rompió. Para coronar de papelones la novela, el bloque del FpV decidió retirarse del recinto en la votación final de la medida.

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El “raro” paro de transporte
img_1458La negociación estaba encaminada entre el Gobierno y una parte de la CGT, pero el sector de los gremios vinculados al transporte decidieron llamar a un paro igual. Así fue como el lunes por la mañana, los trabajadores (la mayoría de los cuales no paga Ganancias) tuvieron dificultades para llegar a sus trabajos. “Podría haber sido un paro de 24 horas, pero fue así para que se vea que no somos salvajes y para demostrar la voluntad de diálogo que tenemos», justificó un vocero de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT). Desde el Gobierno, habló el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. Dijo que era un paro “raro” y “difícil de explicar”.
Camaño y el sushi photoshopeado

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El papelón más innecesario la tuvo como protagonista a Graciela Camaño. El domingo por la noche, Sergio Massa recibió a una comitiva de funcionarios y legisladores del oficialismo, para avanzar en la negociación. Se filtró una foto, donde se los veía a todos alrededor de una mesa, comiendo sushi. Pero por la mañana del martes, Camaño publicó en las redes sociales la misma foto, pero con los platos de sushi torpemente borrados. Para colmo, la esposa de Barrionuevo intentaba mostrarse dialoguista mientras criticaba solapadamente a Elisa Carrió que se paseaba por la televisión. ¿A quién le pareció ostentoso el sushi? ¿O alguien lo vincula en el imaginario con De la Rúa? El propio Massa explicó que había sido responsabilidad de un joven asesor de la diputada y que terminó siendo echado por su error. La defensa de los trabajadores, ante todo. Lo curioso es que nunca se supo el nombre del supuesto asesor desplazado, que a esta altura su existencia parece tan borrosa como el photoshopeo.

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