La compra se hizo a fines de 2015, a través de una sociedad creada por María Cristina Pérez y Pablo Yabrán, la viuda y uno de los hijos del empresario postal menemista sindicado como el autor intelectual del crimen del reportero gráfico José Luis Cabezas. Documentos e imágenes exclusivas de una fortuna incalculable, a 20 años de un asesinato del poder detrás del poder que conmovió al país.

Hace 20 años, José Luis Cabezas, reportero gráfico de la revista Noticias, era asesinado y calcinado en una cava de General Madariaga. Mientras los autores materiales de un crimen que conmovió al país disfrutan de libertades morigeradas y poco controladas, gracias a vericuetos legales y una atroz costumbre de la Justicia para garantizar impunidades dolorosas, la autoría intelectual sindicada al empresario postal Alfredo Yabrán, un poder dentro del poder del menemismo, aún retumba como una alarma sobre el alcance de las mafias protegidas por el poder político. 480 días después del crimen de Cabezas, Yabrán se suicidó en Entre Ríos, solitario y prófugo, y muchos de sus secretos se fueron con él. Sus herederos, fieles a las costumbres del papi mafi -apodo que su hija Melina le endilgaba al amigo de Carlos Menem- han mantenido durante 20 años un culto a la discreción.

La fortuna de los Yabrán, manchada por acusaciones de sobreprecios y contubernios con el poder menemista, es uno de los secretos mejor guardados. Una herencia hermética, que a fines de los ‘90 se calculaba por encima de los 608 millones de dólares -entre negocios aeroportuarios, correos, empresas de taxis aéreos, jets privados y desarrollos agropecuarios, aquellos en blanco, en su mayoría vendidos al grupo Exxel-. Y una fortuna familiar que hoy podría haber crecido exponencialmente, a fuerza de inversiones diversificadas en finanzas y turismo, presuntos prestanombres y la apuesta al real state en Argentina y Uruguay, con mansiones impactantes.

Y también en Estados Unidos. Porque en esta investigación de #BORDER descubrimos la última joya de una herencia sombría: un departamento de lujo en el corazón de South Beach, en Miami. Un condominio por el que los Yabrán pagaron 1.500.000 dólares, según el registro oficial que puede verse aquí (dominio actual) y en la siguiente galería.

 Según los documentos a los que accedió #BORDER, la compra se realizó el 3 de diciembre del 2015, a través de una empresa creada en Miami, apenas un mes antes. Se trata de la firma Ocean Drive PH 07 Corp, un sello gestionado por un estudio de abogados radicado en la Florida y en cuyo directorio figuran María Cristina Pérez Sabbatiello, la viuda de Yabrán, y Pablo Javier Yabrán Pérez, su hijo mayor, otrora piloto de avión y hoy dedicado a ser DJ, según reveló la revista Noticias. El nombre de la sociedad remite directamente a la lujosa propiedad adquirida, el condominio 07 del complejo 1500 Ocean Drive, en el centro de la exclusiva South Beach. Los documentos completos de los registros societarios pueden verse aquí (constitución) y aquí (de compañía vigente), incluída la firma de puño y letra de la viuda de Yabrán.

La unidad adquirida por los Yabrán, con una leve rebaja en el precio de lista de 75 mil dólares, es un penthouse esquinero, con balcones con vista a la ciudad de Miami y a la playa exclusiva del complejo construido y renovado por el legendario arquitecto Michael Graves, cuyo nombre es usado como sinónimo del predio que abarca tres torres de 16 pisos y 112 unidades que llegan a tasarse en los 16 millones de dólares.

Miami no resulta una novedad para ellos. El propio Alfredo Yabrán estuvo allí el 5 de marzo de 1998, dos meses y medio antes de suicidarse y cuando la Justicia ya lo cercaba por el crimen de Cabezas. En esa ciudad se reunió con un escribano para transferirle como donación una casa en el barrio West Hills de Los Ángeles a la firma Yabito Corp, de nombre idéntico a otra afamada de su propio emporio, sello que aún sigue activo y dedicado al real state. Esa misma sociedad en la que, después de su muerte, apareció una firma de Yabrán.

Allí, en Miami, se radicó hasta su muerte en 2014 Andrés de Cabo, uno de los fundadores de OCASA, el correo privado admitido como propio por Yabrán, y quien creara filiales de la compañía en la ciudad.

Y allí, también sus hijos parecen tener raíces. Mariano Yabrán, el hijo menor que controla la inmobiliaria Greenpol, ofrece desarrollos urbanísticos construidos por The Related Group, del magnate argentino del real state Jorge Pérez. Hasta en los registros de negocios miamenses aparece otro “Pablo Yabrán” al frente de una sociedad clasificada como “organización política”.

De 109 metros cuadrados, el penthouse de los Yabrán cuenta con dos dormitorios y dos baños -uno de ellos, la suite principal con walk in closet-, balcones hacia tres frentes, suelos de mármol, mesadas de granito y el detalle de heladeras sub-cero y lavavajillas doble-carga, todo en línea de acero inoxidable. El complejo les brinda a los Yabrán una piscina panorámica, playa privada con cabañas reservadas y gym. E, indispensable para el estilo del clan familiar, seguridad 24 horas. Una detalle parece detener a los Yabrán en el tiempo: el edificio donde compraron su última joya fue construido en 1998, el año en que el empresario postal se suicidó, acosado por la justicia, sus culpas y sus secretos. Pero dejando un imperio económico que aún crece, siempre en las sombras.