De esta forma, se reducirían al mínimo sus operaciones en el país, aunque no se descarta que siga participando en licitaciones futuras. La del ferrocarril fue la obra emblemática del gigante brasileño investigado por el pago de 788 millones de dólares en concepto de coimas a 12 países. Las dos que quedan pendientes y podrían seguir los pasos del Sarmiento son los gasoductos y plantas compresoras de gas para Cammesa e YPF y la planta potabilizadora de Paraná de Las Palmas (Tigre) para la empresa AySA.
Así lo confirmó hoy a #BorderPeriodismo una alta fuente del Gobierno. La obra quedaría en manos de la italiana Ghella que, junto con IECSA, conformaba la Unión Transitoria de Empresas a cargo del soterramiento.
Ghella es señalada en el sector como la nueva estrella de la obra pública del gobierno de Macri, luego del alejamiento del primo presidencial Angelo Calcaterra de IECSA. La obra fue visitada por el presidente Macri y el entonces premier italiano Mateo Renzi, una de las primeras visitas de jefes de Estado en la gestión de Cambiemos. En ese momento, se supo que, caída la financiación de la obra por parte del brasileño BNDES, el presidente argentino buscaba financiamiento del Banco Europeo de Inversiones (BEI).
Ghella tiene tres mil empleados y opera en trece países del mundo, incluyendo Estados Unidos, Australia y Vietnam –por poner tres ejemplos-, y participó en obras públicas de la Ciudad de Buenos Aires desde el 2007.
Realizó los trabajos del Metrobús, el canal aliviador del Arroyo Vega, Maldonado y el trazado de la autopista ribereña, pero destaca en su página web que, “además de su presencia en el sector de la construcción de grandes obras públicas, Ghella se encuentra activa en el sector de las energías renovables con el desarrollo, la construcción y la gestión de plantas de producción de energías renovables en particular fotovoltaíca e hidroeléctrica, en Italia y America Central, por un total de 80 MW de capacidad instalada”.
Ese dato es central, porque el desarrollo de energías renovables es uno de los pilares de la reconversión de la matriz energética que tanto entusiasma al presidente Macri.
“Dentro de poco van a empezar a llegar los paneles solares y los molinos que instalaremos en diferentes regiones del país”, se entusiasma otra fuente oficial consultada.
¿Va a pasar algo con Oderbretch?
Si bien los fiscales brasileños exigen que haya leyes que amparen la delación de los empresarios implicados, la Argentina es uno de los tres países que no firmaron un acuerdo que permita que llegue esa documentación. El Gobierno carga la responsabilidad sobre el nulo accionar de la procuradora general Alejandra Gils Carbó y ella ensaya un acercamiento a los fiscales cariocas pero sin la ley que estos reclaman.
El Gobierno, por su parte, dice que la herramienta de responsabilidad empresaria -que aún no pudo tener dictamen en comisión- les permitirá avanzar, aunque sólo en la posibilidad de imponer multas económicas a las empresas que se compruebe que participaron en maniobras de evasión o sobreprecios.
El proyecto del oficialismo plantea que la responsabilidad sea retroactiva, pero la resistencia proviene de los propios aliados radicales.
Si se aprueba la ley será un mecanismo administrativo interesante pero de ninguna manera habilitará a que los que pagaron y cobraron coimas sean penalmente responsables.
Así las cosas, las esperanzas son pocas. Parece que en nadie se desvive porque se avance de verdad. ¿Ustedes qué opinan?
