La sorpresa de los resultados en las PASO fue una alegría para la coalición oficialista pero en el partido centenario también despertó alertas. Los planes hacia 2019 y la territorialidad de la UCR. Una a una, las provincias que preocupan a la pata radical.

El desempeño electoral de Cambiemos en todo el país en las últimas PASO sorprendió a propios y ajenos. Pero a nadie más que a los radicales, que la semana previa a la campaña no pudieron disimular su franco pesimismo, y deslizaban que 2 puntitos debajo de Cristina Fernández de Kirchner “no sería una derrota” y que había que mirar los números totales del país. Para su sorpresa, Cambiemos prácticamente empardó con la ex Presidenta en terreno bonaerense y el desempeño nacional fue incluso mayor al que ellos esperaban.

Salidos de la euforia inicial, en los últimos días los radicales empezaron a hacer números y a armar las roscas que les son tan propias y llegaron a una conclusión alarmante: Si a Macri le va demasiado bien, les va a llenar la interna de 2019 con candidatos del PRO, lo que pondría en riesgo su territorialidad, acaso su único capital desde la crisis de 2001 y su verdadero aporte a Cambiemos.  

Para llegar a esa conclusión repasaron algunos datos, que tres radicales consultados por #BORDER marcaron especialmente. Uno fue la elección cordobesa, donde el ex árbitro Héctor Baldassi, el elegido de Macri, desbancó a toda las líneas internas de la UCR cordobesa, y encima le ganó al peronismo por más de 15 puntos.

Lo mismo pasó en La Pampa, donde un veinteañero del PRO, Martín Maquieyra, le ganó al gobernador peronista Carlos Verna, y de paso, barrió en la interna a los nombres de las familias tradicionales de la UCR pampeana, como los Berhongaray, con el apoyo del secretario de Deportes, Carlos Mac Allister.

Además de esos casos paradigmáticos, a nadie escapa que aún en provincias y municipios históricamente radicales, el macrismo duro metió en todas las listas a alguno suyo. Y los radicales se preguntan si no estarán preparando el terreno para pegar el zarpazo.

En las altas esferas del partido -y en las bajas también- quieren saber si Macri cumplirá con su promesa de dejarles Santa Fe, de la mano del presidente de la UCR, José Corral, o si a último momento no le levantará la mano a alguien propio.

Iguales temores hay sobre Mendoza, una provincia históricamente radical, pero donde el actual gobernador Alfredo Cornejo no puede ir por la reelección. Los radicales tienen a tres anotados para sucederlo, pero temen que Macri les meta a Omar De Marchi, su aliado del Partido Demócrata, por la galería y les cope la parada.

Ni hablar de Entre Ríos, cuando ya en 2015 la mano de Rogelio Frigerio ungió como candidato al pintoresco Alfredo de Angeli y dejó afuera al radical Atilio Benedetti. En estas elecciones lo quisieron corregir y el candidato fue Benedetti, pero los radicales temen que haya sido sólo para venir en 2019 con la candidatura a gobernador del propio Frigerio bajo el brazo.

El tema se instaló en las provincias más importantes del país, pero también en las ciudades. Un ejemplo es Mar del Plata, una ciudad con muchos dirigentes radicales. “Mañana agarran algún famoso de los teatros de revista, lo postulan y ¿qué hacemos?”, se alarmó un candidato radical de renombre ante #BORDER.

La situación es rara, porque de la mano de Mauricio Macri el radicalismo logró crecer como no lo hacía desde el fallido gobierno de la Alianza.

Si se mantienen los números de agosto, los herederos de Leandro Alem están sumando dos o tres bancas de diputados y tres senadores. También se prevé que en 2019 retengan Jujuy y Mendoza, dos provincias que gobiernan, y sumen Santa Cruz, de la mano del radical Eduardo Costa, más alguna otra provincia del Norte o Centro del país.

Más incierto es el panorama en Corrientes, donde Gustavo Valdés, el candidato del actual gobernador radical Ricardo Colombi, está parejo con el ex deportista olímpico Camau Espínola. Para colmo esa elección es el 8 del mes próximo, porque desde su intervención Corrientes quedó afuera del calendario nacional. El ex medallista olímpico cuenta con el apoyo de un radical opositor, el humorista Nito Artaza.

De las 23 capitales de provincia que existen en el país, la UCR gobierna 9, y ganó en 8 de ellas, además de la buena performance que hizo en la mayoría de las ciudades que gobierna.

Sin embargo, ante este razonable crecimiento, a nadie escapa que el del PRO fue explosivo. Basta recordar que a principios de 2015 solamente gobernaban la Capital Federal, el municipio de Vicente López y alguna ciudad más de la mano de algún intendente aliado.

Hoy Macri piensa en la reelección y los radicales sólo ruegan que el poder no se le suba a la cabeza y se olvide del día en que fue a golpearles la puerta porque necesitaba intendencias y fiscales en todo el país.
El tiempo dirá si sus temores son infundados o no.