A la crónica de la salida anunciada de Sturzenegger del Banco Central y a la advertencia inoportuna de Carrió sobre romper Cambiemos las unen tres cosas: el color, que estallaron el jueves y que produjeron y producirán reuniones en un oficialismo caldeado.

Fue un día de furia en la que una nueva corrida bancaria, que hizo saltar al dólar por encima de los $28, selló la suerte de Federico Sturzenegger al frente del Banco Central y puso en su lugar al ahora ex ministro de Finanzas, Luis Caputo, un hombre bendecido por el mercado y a Nicolás Dujovne, el coordinador devenido del acuerdo con el FMI, a cargo de un refusionado Ministerio de Hacienda y Finanzas.

La ola verde que empujó la media sanción de la legalización del aborto en el Congreso tuvo su correlato en la incesante escalada del billete verde. La metáfora bien vale la política de contención que intenta en estos momentos el Ejecutivo con la socia Elisa Carrió, que esta madrugada amenazó con romper Cambiemos por la histórica votación de la cámara baja.

Por la tarde, cerca de la diputada chaqueña no ocultaban el malhumor de la mayor parte de los legisladores de la Coalición Cívica –solo Juan Manuel López votó a favor de un bloque de nueve- por la aprobación del proyecto. Horas más tarde se conoció que este viernes por la tarde la cofundadora de Cambiemos será recibida en Olivos por Mauricio Macri.

Por la noche, en declaraciones a TN, Carrió trató de bajar el tono a la polémica, quiso desmentir su frase “la próxima rompo” que tomaron los micrófonos del recinto, pero bancó los cambios en el equipo económico. “Fue un gesto extraordinario del expresidente del Banco Central. Fue una decisión de él para mejorar nuestra situación actual macroeconómica», apuntó. Mientras culpaba a la prensa por tergiversar sus dichos, la fundadora de Cambiemos intentaba, otra vez, calmar las olas de los cortocircuitos económicos. Su advertencia no había sumado más que inestabilidad política.

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Aunque la diputada aseguró que el cónclave en Olivos estaba programado, es evidente que tomó otro cariz tras su airada reacción frente a la media sanción del proyecto que expuso las diferencias internas del oficialismo.

Las que sí son programadas son las reuniones que ella mantiene con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, el vicejefe Mario Quintana y el “lilito” y también funcionario de Jefatura, Fernando Sánchez. Justamente el ex diputado de la Coalición Cívica blanqueó, en diálogo con #BORDER,  que el último martes el grupo se juntó en Casa Rosada para hablar sobre la coyuntura económica y, aunque no lo dijo, seguramente sobre el álgido debate por la interrupción voluntaria de embarazo.

“El Presidente abrió el debate y luego se alejó. Hubo libertad para votar según la  conciencia de cada uno, yo hubiese votado a favor. Es normal que haya calentura entre los que perdieron pero no va a pasar de ahí”, indicó.

Lo cierto es que finalmente el tema que ganó agenda durante este jueves fue la crisis cambiaria, la escalada inflacionaria y la salida de Sturzenegger.

En su carta de despedida, el saliente funcionario sostuvo que “en los últimos meses diversos factores fueron deteriorando mi credibilidad como presidente del Banco Central atributo clave para llevar adelante la coordinación de expectativas”. Antes hubo un comunicado oficial con la versión edulcorada de la renuncia. Pero, puertas adentro, se supo que su reemplazo por Caputo fue una decisión de Macri.

Por la tarde, un importante funcionario atribuyó la corrida del dólar “a la falta de confianza” del mercado en el equipo económico por el déficit fiscal y el desequilibrio en las cuentas públicas dando a entender la necesidad de oxigenar el Gabinete.

Pero antes de que se oficializaran los cambios, Dujovne y Caputo ya se habían reunido en Casa Rosada con los vicejefes de Gabinete, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui para analizar la difícil coyuntura.

Con Mauricio Macri en Corrientes, donde -coincidencia de color- presentó el “Proyecto Seguro Verde”, los referentes del equipo económico fueron a dar explicaciones a la Jefatura de Gabinete sobre la difícil situación económica. Al salir del encuentro, ambos funcionarios negaron entonces estar “preocupados” por el salto del tipo de cambio y el ahora titular del Central, lacónico, no descartó que la devaluación del peso se traslade a precios. “Fede” no fue de la partida.

En verdad, las versiones sobre la salida del hijo del cavallista Adolfo Sturzenegger  venían sonando fuerte desde hacía semanas. Era blanco de críticas internas a la política monetaria y había sido afectado por la relajación de las metas de inflación en la famosa conferencia de prensa del 28 de diciembre, en la que Peña fue acusado de entrometerse en la independencia del Central, y luego fue restituido al mando de la política monetaria en la última conferencia de prensa que ofreció Macri.

Ayer en Casa Rosada algunas fuentes miraban hacia el Central cuando se los consultaba por el brusco salto del dólar. “La suba del dólar es potestad del Central”, apuntaban bien temprano.

Finalmente todo se resolvió al anochecer: A las 19 el presidente convocó a Olivos a Sturzenegger, Dujovne y Caputo donde se oficializaron los cambios.

Empero, algo está claro: se subestimó el alcance de la corrida y se sobredimensionó la sola asistencia del FMI. El 11 de mayo el ministro Francisco Cabrera (Producción) se reunió con empresarios en Olivos para intentar llevar calma y dijo que la crisis cambiaria “será historia en pocos días”. Por aquellos días, Elisa Carrió dijo que el dólar iba a quedar “en $23” para hacerlo más competitivo para las exportaciones. En poco más de un mes la divisa sumó casi 5 pesos más y habrá que ver hasta dónde llegan los efectos de semejante devaluación.

La última conferencia de prensa de Sturzenegger, la semana pasada, lo había mostrado junto a Dujovne, tras el acuerdo con el FMI. Ambos fueron los que pusieron la firma en nombre del país al acuerdo que exige, entre otras condiciones, reformas para la mayor independencia del Central. En el Gobierno descartan que su reemplazante conseguirá la venia protocolar del Senado, con el guiño institucionalista de Miguel Ángel Pichetto, aún cuando Caputo haya sido hasta hoy un hombre de decisión en un Gobierno, que pasará a ese lugar de pretendida independencia.

Las olas verdes le trajeron ruido para Macri, en lo económico, con Sturzenneger y en lo político, con las quejas sin timming de Carrió.