Derribando mitos: El aborto legal no es doloroso ni traumático y hasta es ambulatorio

Con el debate por la legalización finalizando en el Senado y la media sanción en Diputados, aún persisten fantasmas sobre cómo se realiza. Médicas y psicólogas que practican interrupciones del embarazo ya legales, ponen luz sobre lo que sucede y lo que no.
Derribando mitos: El aborto legal no es doloroso ni traumático y hasta es ambulatorio
Créditos: Derribando mitos: El aborto legal no es doloroso ni traumático y hasta es ambulatorio
Por: Agustina Rinaldi

Desde hace más de cuatro meses, el debate por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito tomó protagonismo en el Congreso. Con la media sanción en Diputados y la recta final del debate en el Senado, aún persisten mitos y medias verdades instaladas sobre cómo es el procedimiento para interrumpir un embarazo voluntariamente.

Hasta ahora, en la Argentina una mujer puede acceder al aborto no punible en dos casos: violación o si el embarazo pone en riesgo su vida o salud integral. Aunque desde 1921,el artículo 86 del Código Penal permite que las mujeres interrumpan su embarazo ante estas causales, los oradores que están en contra de la legalización del aborto hacen referencia a que esta práctica es dolorosa, genera traumas psicológicos de por vida, tiene un elevado costo y que la legalización provocaría que más mujeres abortaran. E incluso desde las posturas a favor se acepta en el discurso que abortar es un proceso traumático, una generalización que, como todas, no siempre es así. En #BORDER consultamos a quienes hoy trabajan en casos ya autorizados por la ley para intentar derrumbar ciertas afirmaciones de perogrullo.

El aborto no requiere internación y puede ser ambulatorio

En la Argentina, se llevan a cabo dos métodos -recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS)- a la hora de interrumpir un embarazo. Ambos, pueden utilizarse hasta las 14 semanas de gestación. En primera instancia, el aborto con pastillas. Lo ideal sería combinar Mifepristona y Misoprostol.

“Acá, la llegada Mifepristona está bloqueada. Por eso, tenemos que recurrir a un único tipo de Misoprostol, el Oxaprost. No es el mejor medicamento para abortar, pero se puede utilizar”, explicó la integrante de Casa FUSA y de la Red de Profesionales de la Salud por el Derecho a Decidir, Ana Paula Fagioli y, sobre cómo se lleva a cabo, explicó: La mujer puede abortar con pastillas en su casa. Elige un día, un espacio que la haga sentir cómoda y si desea realizarlo acompañada o no. El aborto con pastillas no pone en riesgo su salud. Es efectivo en el 85 por ciento de los casos. Puede ser que la mujer no expulse todo o que ni siquiera tenga sangrado genital. A los 10 días de haber tomado las pastillas, se controla con una ecografía para ver si hizo efecto o no”. Primer mito desarmado: se puede abortar sin pasar por un quirófano.

El aborto no es doloroso ni quirúrgico

Si el procedimiento con pastillas no funciona, se puede volver a intentar con el mismo método. Si el resultado, nuevamente, no es el esperado, se recurre a la segunda técnica: el aborto instrumental (AMEU, aspiración manual endouterina). Se realiza en un centro médico y tiene una efectividad del 99 por ciento. Es el método más efectivo, práctico y no genera ningún tipo de dolor. “Dos horas antes, la mujer toma una medicación que prepara el cuerpo. Es un procedimiento ginecológico que dura, como máximo, 15 minutos. La aspiración se realiza con una cánula plástica de punta redondeada y anestesia local. Ese mismo día, la mujer se va a la casa. No tiene complicaciones. El riesgo es de apenas el 0,009%. En el sistema de salud pública, este procedimiento todavía no se implementa”, comentó la psicóloga de Casa FUSA y también integrante de la red, Virginia Braga.

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En el sistema público aún se utiliza la técnica del legrado -el famoso raspaje- que ya la OMS no lo recomienda, por considerarlo más riesgoso. De allí, el mito a que todo aborto es quirúrgico.

Aspirador para abortos instrumentales (AMEU).
Aspirador para abortos instrumentales (AMEU).

El aborto, si es legal, es gratuito (y más barato para el Estado)

Ante las instancias ya legalizadas -violación, incapacidad de la mujer o riesgo por el embarazo- cualquier mujer puede acercarse a una institución de salud, contar lo que le pasó y acceder a un aborto. No hace falta dirigirse a la Justicia. Sin dudas, el caso F.A.L. -de una adolescente violada en Chubut- marcó un precedente. En 2012, la Corte Suprema explicó en ese fallocómo debe interpretarse el Código Penal. “Antes, si en la declaración jurada faltaba una coma, la mujer no podía pedir la interrupción de su embarazo. Hoy, si en una institución de salud te exigen que declares en la Justicia están cometiendo un delito. La denuncia se hace en caso de que la víctima quiera denunciar a su violador. Para abortar, no es necesario”, explica Fagioli. La otra causal por la que una mujer puede acceder a un aborto legal es si ese embarazo pone en riesgo su vida o salud. “No es lo mismo vida que salud. Durante muchísimos años, tenías que estar al borde de la muerte para acceder a un aborto legal. Físicamente, muy mal. Muchos se olvidan de que la salud también está compuesta por la parte psíquica que, lamentablemente, pocas veces se toma en cuenta”, amplía Braga.

Virginia Braga, psicó
Virginia Braga, psicóloga, y Ana Paula Fagioli, médica, de Casa FUSA.

Si bien el Estado debería proveerles a las víctimas de violación la medicación de forma gratuita, según las profesionales de Casa FUSA, esto no sucede. La medicación solo se garantiza en Capital Federal, el Municipio de Morón, Río Negro, Chubut y Rosario. En los demás lugares, no es de garantía estatal. Si vas a otro municipio, vas a encontrar una consejería que te va a decir qué hacer, pero te van a dar la receta para que consigas las pastillas por tus propios medios. Si encontrás una farmacia que te las venda, vas gastar más de $3.500 pesos. No todas las mujeres tienen este dinero. Si sos víctima de una violación y no te dan la medicación necesaria para abortar, están cometiendo un delito. Hoy, el sistema no funciona”, considera Fagioli, que realiza abortos hace más de diez años: “Un aborto clandestino en consultorios privados es caro, puede costar entre 35 mil y 50 mil pesos. Si bien en el ámbito público el Estado debería garantizarle a las mujeres el aborto legal (y gratuito) por causales, no se da fácilmente. Acceder al método más eficaz y con menos complicaciones (AMEU) es imposible. Hoy, las mujeres no pueden elegir”.

La ley en debate apunta a eliminar esos costos para las mujeres. Pero también lo haría para el Estado. El propio ministro de Salud, Adolfo Rubinstein, en su exposición ante el Senado, explicó cómo para el sistema público sería más barato legalizar la práctica antes que seguir afrontando los costos que los procedimientos clandestinos generan al sistema público de salud. El periodista Gabriel Sued tuiteó los cuadros comparativos que Rubinstein mostró en el debate.

El aborto legal no es traumático ni produce daños psicológicos

La ilegalidad y la condena social ponen en riesgo la salud psíquica de las mujeres, no así la posibilidad de tomar una decisión. Una mujer no está -ni estará- obligada a abortar y sin embargo la ley hoy la obliga a continuar con un embarazo no deseado, lo que sí genera consecuencias psicológicas. “Nosotras escuchamos a las mujeres, prestamos atención a cómo nombran al producto de la gestación y si ese embarazo va a afectar o no su salud mental. Continuar con una gestación forzada es una tortura que pone en riesgo de múltiples maneras la salud de una mujer. Puede generarle angustia, ansiedad y una fuerte depresión”, sostiene Virginia Braga.

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¿Por qué se habla entonces de duelo o depresión posterior a un aborto? Responde la psicóloga: «Los casos de mujeres que atraviesan un duelo post aborto relacionado a la interrupción en sí misma suceden cuando ese embarazo en el psiquismo de la mujer estaba inscripto como un/a hijo/a. Me pasó en particular con mujeres que interrumpieron la gestación por riesgo de vida o inviabilidad del feto, donde el embarazo había sido buscado. Para que haya un duelo tiene que haber algo que se inscriba como pérdida y no todo aborto implica que haya una pérdida allí».

En este punto, incluso voces a favor del aborto suelen sostener que decidir abortar es un proceso doloroso, traumático o duro de afrontar. Tal vez haya sido una manera de avanzar en los consensos del debate, pero en la realidad, no es así. «Desde la perspectiva de la salud mental, no querer llevar adelante un embarazo no deseado genera impacto. Hablamos de una decisión autónoma y responsable. Nosotras acompañamos ese proceso saludable. No se deben naturalizar los sentimientos de culpa como inherentes a una practica de interrupción de embarazo: muchas veces lo que siente la persona es alivio«, sostiene Braga.

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Existen mujeres con una posición clara y previa a enterarse de un embarazo, mujeres que abortan por circunstancias puntuales -haber sido madre hace muy poco, estar en medio de una separación, priorizar una carrera-. La decisión para ellas no es lo traumático, sino las circunstancias actuales. «En mi experiencia, la mayoría de las veces en que se ve dificultada la elaboración de la situación por parte de la mujer no es por el aborto en sí mismo, sino el contexto en que lo atraviesa: si tiene o no acompañamiento familiar, si se sintió juzgada por su entorno o por efectores de salud o, cuanto mucho, si para ella la decisión fue una disyuntiva entre su deseo y lo que podía sostener en ese momento», enumera Braga.

Legalizar el aborto no provoca que más mujeres aborten

La legalización del aborto no produce que haya más. Desde 2015, la Red de Acceso al Aborto Seguro (REDAAS) implementó un registro de casos de abortos legales del que participan 11 instituciones públicas de 5 jurisdicciones del país. Hasta febrero de este año, reúne 1545 interrupciones legales de embarazo. 2 de cada 10 mujeres que accedieron a un aborto legal, tenían 19 años o menos. 3 de cada 10, tenían entre 20 y 24. Según la OMS, despenalizar el aborto no incrementa los casos. Mientras que en los países donde el aborto es legal hay 34 abortos por cada 1000 embarazos, en los países donde es ilegal hay 37 abortos por cada 1000. En este punto, Rubinstein también fue contundente. Y lo importante: las muertes bajarían contundentemente.

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