Luces y sombras, a tres meses del traslado de las comisarías porteñas

Por: Mauro Fulco @maurofulco

Los vecinos de Mataderos y Liniers se quejan porque les quedan lejos y los policías no conocen la zona. En Soldati reclamaron para abrir una sede cerrada. Desde el Gobierno porteño dicen que las encuestas los avalan y que bajaron los robos motochorros en zonas como Villa del Parque.

Poco más de tres meses transcurrieron desde que el Gobierno porteño decidió descentralizar las comisarías. Los objetivos planteados con esta decisión política fueron –según informaron- “una más eficiente y eficaz distribución de los recursos policiales y una mayor especialización de la labor policial en las comunas”. También una mayor cercanía entre la policía y el vecino. Esa era, al menos, la idea original, la comunicación oficial. 

Antes del 1 de julio, fecha en que comenzó a implementarse esta modificación, hubo vecinos que se organizaron para reclamar. Vecinos de Villa Soldati, Liniers, Mataderos y comerciantes de la zona de Congreso protestaron y juntaron firmas para evitar los traslados de sus comisarías tradicionales, históricas de la Policía Federal que habían pasado a la breve Metropolitana. Llegaron a recolectar 3 mil.

Pasado el primer trimestre, trazan un diagnóstico poco favorable. “Nos afectó terriblemente”, sentencia Eduardo Salvatierra, representante de Mataderos. Y explica: “Las comunas 8 y 9 son muy grandes, y los vecinos tienen que recorrer grandes distancias. Esa es una de las quejas. La otra, y no menor, es que los nuevos efectivos destinados al barrio desconocen la zona. Aunque reconoce que es sólo cuestión de tiempo para que los policías se adapten y conozcan la geografía barrial, asegura que tardan más de la cuenta en llegar a los hechos de inseguridad que allí ocurren.

Patricia Bosoni, por su parte, representa al barrio de Liniers. Y asegura: “Esto cambió para peor. Ahora resulta que Liniers no tiene comisaría. La que pertenecía a nuestro barrio era la 40, que ahora se convirtió en la 9 B; por una cuestión de proximidad la más cercana era la 54, que queda en la calle Basualdo al 100. Con estas modificaciones quedó destinada a la comuna 10. Y la 42 fue para Mataderos”.

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Y esta serie alfanumérica un tanto engorrosa es el nuevo diagrama al que deberán acostumbrarse los vecinos de la Ciudad de Buenos Aires. Las 54 comisarías porteñas, que estaban distribuidas en 8 circunscripciones, fueron suplantadas por 15 comisarías comunales. Dentro de ellas se crearon 28 dependencias vecinales: un total de 43 edificios. La idea era destinar más efectivos a las calles y menos en las oficinas.

El caso de Villa Soldati es aún más grave. La comisaría 36, que funcionaba desde hace 80 años en Pedernera al 3400, cerró sus puertas y comenzó a funcionar en las cercanías de la Villa Olímpica, en Av. Escalada 4347. Para los vecinos, esta mudanza se dio por los Juegos Olímpicos de la Juventud. El detalle: la dependencia nueva queda en Lugano. Con esta flamante disposición, para los vecinos es más cerca la comisaría de Pompeya, que queda en la Comuna 4. “Esa comisaría queda a 500 metros para adentro del barrio. No hay transporte público ni tampoco luz. Es de acceso imposible para los vecinos”, explica Magalí, referente barrial.

La presión vecinal logró que se habilitara el edificio de la vieja comisaría 36 para efectuar denuncias y realizar trámites menores. No fue fácil. Algunos vecinos refieren que misteriosamente nunca había sistema. Pero eso se resolvió. Una vecina del barrio le transmitió la inquietud de la comisaría barrial al jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta. La respuesta fue: “¿Qué preferís: un museo o más policías en la calle?”.

La Asociación de Comerciantes de la Avenida Entre Ríos se reúne el primer lunes de cada mes. En los encuentros, a los que convocan desde su cuenta de instagram @avenidaentrerios, también participan vecinos, se charla sobre estrategias de venta y –también- se discute sobre (in)seguridad y se planean formas de afrontarla. Andrea Carricaburu, una de sus representantes, traza un balance. “La idea es que la gente fuera menos a las comisarías, pero para nosotros sigue siendo una referencia cercana. Lo cierto es que hemos quedado a mucha distancia de la comisaría. La avenida 9 de Julio nos queda a 10 cuadras”. En este caso hay quejas que se repiten en otros barrios: que los agentes no conocen la cuadra y que la nueva disposición se enmarca en un referente geográfico distinto.

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“No vemos suficiente policía en la calle”, asegura Carricaburu, y puntualiza que se incrementaron los arrebatos y los robos a mano armada. Que los ladrones ingresan a los comercios por las noches cortando los candados con moladoras y que sufren frecuentes intentos de “cuentos del tío”. Para intentar prevenirse, los comerciantes tomaron una medida: Ahora cerramos a las 20. Cada vez, más temprano”.

Los foros de vecinos de Liniers y Mataderos destacan la labor de las autoridades. Coinciden en que los nuevos comisarios son abiertos a las inquietudes de los vecinos y receptivos en las propuestas, pero que no dan abasto. “Tienen poco personal policial y, al tener que atravesar tanta distancia, no llegan a tiempo”, evalúa Bolsoni, de Liniers, y enumera: “Hay más motochorros, más entraderas y más robos de celulares”.

En la presentación del proyecto, el ministro de Justicia y Seguridad, Martín Ocampo, declaró: “Esta nueva distribución permitirá mayor presencia de policías en la calle y un 20% de cercanía entre el vecino y la comisaría. El secretario de Seguridad, Marcelo D’alessandro, por su parte, manifestó: “como el abordaje no es sólo policial decidimos unificar todo en la división por comunas para optimizar los servicios que se le dan a los vecinos”.

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Para respaldar las palabras de Ocampo, el GCBA informa que hay 14 mil policías asignados a tareas de prevención para atender una de las mayores demandas de los vecinos: la presencia policial. De acuerdo a las encuestas realizadas por el Gobierno, el 62% de los vecinos expresa que la policía pasa frente a su vivienda todos los días, ya sea a pie, en patrullero o motocicleta. El 26% refiere que pasan entre 2 y 4 veces por semana. Es decir, -según el relevamiento- el 88% de los porteños afirma visualizar más policías en su barrio.

Según el informe policial, gracias a esta medida de descentralización, se redujeron 40% los robos en moto (denominados “motochorros”) en la comuna más afectada, que es la 11, compuesta por Villa del Parque, Villa Devoto, Villa Mitre y Villa Santa Rita.

Los vecinos consultados coinciden que tal vez haya más policías en la calle, pero con menos preparación y nulo conocimiento de las zonas asignadas. Es una manta corta: hay buena predisposición pero no se puede”, opinan en Liniers. “Estamos en una zona crítica, con la estación y pegados a la General Paz: con estos cambios todo empeoró”.

En Mataderos aseguran: la comisaría es lejos y tardan demasiado”. Desde la Avenida Entre Ríos, sus comerciantes polemizan con los funcionarios: “deben ser buenas ideas pero los vecinos quedamos atrapados”.

El plan está previsto para el bienio 2018-2020. Apenas van tres meses. Las encuestas realizadas por el propio Gobierno avalan la decisión de descentralizar las comisarías; para los vecinos, en cambio, el balance parcial no resulta favorable. Luces y sombras del traslado de las comisarías porteñas.

 

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