Zafó del achique de Gabinete y pasó de asesor a subordinado de Dujovne, al que solía controlar. Un favorito de Macri con perfil sigiloso y cargo de transición, pero con agenda electoral. Su ex socio, Quintana, couchea al gabinete de Vidal.
A 6 días de haber sido confirmado como nuevo secretario de Energía, Gustavo Lopetegui, de extrema confianza de Mauricio Macri -al punto de que sobrevivió a las depuraciones que sufrió el gabinete en 2018, a diferencia de su antiguo socio Mario Quintana-, ocupó su despacho en el Palacio de Hacienda, muy cerca de su actual jefe y a quien hasta 7 meses supervisaba como “uno de los ojos” del Presidente, el ministro Nicolás Dujovne.
Lopetegui soportó los cambios de gabinete, las internas y las pujas devenidas de un año en que no sólo la economía entró en crisis sino también el modelo gestión: aquel del “mejor equipo de los últimos 50 años” con 22 ministros y la tríada de Jefatura compuesta por Marcos Peña, Quintana y él mismo.
Este jueves, con todo, estrenó su oficina en el 6° piso de Hacienda, muy cerca del despacho de Dujovne. Justamente hace una semana había recibido en su despacho del primer piso de Casa Rosada a un atribulado Javier Iguacel que poco antes había difundido a periodistas económicos las nuevas subas en las tarifas de gas y electricidad para 2019 (35% y 55%, en promedio, respectivamente).
El macrismo es impiadoso “con los que les gusta mostrar la cara ante las cámaras, que terminan desapareciendo”, tal como describió un funcionario consultado y recordó también el caso el ex ministro Alfonso Prat Gay, eyectado durante los festejos navideños de 2016. A Iguacel lo hicieron anunciar el aumento tarifario y un día después lo despidieron. Esa tarde atravesó el Patio de las Palmeras con el rostro colorado cuando en verdad vino a hacer “el pase de manos” de su secretaría al ex CEO de LAN.
Aunque Iguacel tenía diferencias notorias con Dujovne y se daba la “carta de tener línea directa con Macri”, en la cúpula del poder no le perdonaron que “se haya cortado solo” con la resolución de comienzos de octubre para compensar a las gasíferas por la devaluación que obligó al propio presidente a tener que salir a bancarla “en pos de la seguridad jurídica” y luego dar marcha atrás por el rechazo de la opinión pública a tener que pagar en cómodas cuotas desde comienzo de año ese resarcimiento.
Lo cierto que tras la salida del ex titular de Vialidad Nacional, que al igual que su antecesor Juan José Aranguren provenía del negocio petrolero, Lopetegui arribó a Energía sin experiencia en el sector. Pero su cercanía a Macri y lo que “aprendió” siendo “controller” de Aranguren, lo han convertido en un funcionario “de transición”, según un conocedor de los pasillos de Hacienda.
Hasta el viernes pasado, entonces, el ex funcionario de la gobernación de Felipe Solá se desempeñaba como asesor del Presidente de la Nación. Desde diciembre de 2015 hasta fines de septiembre de 2018 -cuando Macri decidió achicar el gabinete y quitar a los vicejefes-, se había desempeñado en el cargo de secretario de Coordinación de Políticas Públicas de la Jefatura de Gabinete.
En su rol de vicejefe de Gabinete, Lopetegui auditaba, entre la decena de carteras que le correspondían, a Hacienda, que tuvo al frente a Prat Gay y luego a Dujovne y también a Energía donde “mandaba” Aranguren, de estricto perfil técnico. La otra mitad era controlada por Mario Quintana, hoy dando “couching” al gabinete de María Eugenia Vidal en las oficinas de Retiro de la gobernación.
Quintana anda hoy dando “couching” al gabinete de María Eugenia Vidal en las oficinas de Retiro de la gobernación
Con todo, Lopetegui nunca había bajado demasiado el perfil en Casa Rosada desde que había sido degradado a asesor: organizaba almuerzos con empresarios, salía en alguna que otra foto de las reuniones de Gabinete cerca del presidente, llevaba “7 proyectos del Ejecutivo” como el control de los proyectos PPP al tiempo que seguía asesorando en los cálculos a algunos ministros.
Es que puertas adentro el funcionario era valorado por su meticulosidad en los números y era tildado de ser un funcionario de “planilla Excel”. Otro hombre con despacho en la Rosada consultado explicó los motivos de su vigencia dentro del círculo áulico macrista: “A diferencia de Mario (Quintana) cuya imagen salía muy a flote en los medios y que no ocultaba sus apetencias políticas, Gustavo vino al Gobierno a hacer lo que le habían pedido: a llevar los números para recortar el déficit y hacer sustentable la gestión”.
Pese a que se mostraba activo, siguió trabajando en silencio pero con escaso vínculo con el designado vicejefe de Gabinete, Andrés Ibarra, también de extrema confianza de Macri. Otra fuente oficial consultada descarta que Marcos Peña haya ganado poder con el empoderamiento de Lopetegui. “A Marcos lo conoce hace media hora. Fue un espaldarazo a él mismo que, independientemente de su rol, siempre estuvo”, analizó.
Una fuente que supo trabajar en Hacienda calificó al ex vicejefe de gabinete como “un funcionario de transición en Energía ya que no es del paño. Algo aprendió cuando recibía a Aranguren para definir la nueva política energética pero si Macri reelige, es posible que coloque allí a alguien del sector”. Por lo pronto, el nuevo secretario de Energía se respaldará en los subsecretarios que vienen de la gestión Aranguren, todos de alto perfil técnico: Sebastián Kind, de Energías Renovables y Julián Gadano, de Energía Nuclear, entre otros. “No hay gente más preparada”, concluyó la fuente consultada.
Con las elecciones, Lopetegui buscará mantener una impronta de gestión: las inauguraciones de áreas de energías renovables
Además, este año, en el que habrá elecciones presidenciales y distritales, están previstas “más inauguraciones en el área de energías renovables” que las registradas en 2018 con lo que el Gobierno buscará mantener una de las improntas de su gestión: el desarrollo de energías alternativas como la eólica. Lopetegui intentará sumar poder con eso.
