Escribe Analía Montórfano*
Mi historia con el cáncer comenzó en 2007 cuando me detectaron cáncer de mama… y llegaron el miedo, la cirugía, la quimioterapia y la radioterapia. Durante meses sólo veía “cáncer” delante de mis ojos y no podía planear mi vida más allá de una semana. Con el transcurrir del tratamiento y de los primeros chequeos pude retomar la confianza en mi vida y poner al costado de mi cuerpo al cáncer para que me acompañara como una experiencia más, de la que sin duda salí fortalecida.
En 2015, con recaída en 2016, tuve cáncer de ovarios. Ya trabajaba en el Fundación Tiempo de Vivir, lo que me ayudó aún más a naturalizar esta enfermedad, a entender que no es la peor de todas, que tiene cura o puede convertirse en una enfermedad crónica, y que requiere chequeos periódicos como el que sufre del corazón, los riñones o lo que indiquen los médicos.
¿Por qué el miedo a la palabra cáncer?
La respuesta creo que está en que hasta no hace muchos años no existía la detección temprana del cáncer, mucho menos la cura más que con procesos quirúrgicos como único recurso, que no siempre eran efectivos. Por esta razón era común ocultarle al enfermo que padecía esta enfermedad, porque cáncer era sinónimo de muerte.
¿Por qué es importante que hablemos en positivo, como sugiere la campaña que relanzamos desde 12 organizaciones de la sociedad civil?
En 2016, ante el fallecimiento del músico David Bowie, leí un artículo que me ayudó a entender por qué me molestaba tanto que, al fallecer alguien famoso, los periodistas dijesen: “falleció de una larga y dura enfermedad” o “luchó durante años contra una penosa enfermedad”. En ese artículo expresaban: decir que ha muerto de cáncer ayuda a que la sociedad continúe asimilando que el término “cáncer” debe emplearse sin reservas ni artificios. Es decir, con naturalidad y rigor.
Por fin el año pasado nos unimos varias ONG’s y decidimos que es muy importante cambiar a nivel médico, social y periodístico, las palabras que utilizamos asociadas a esta enfermedad.
Utilizar palabras bélicas como lucha, guerra, batalla, no sólo afectan al estado de ánimo del paciente si no que no son ciertas. El cáncer y a su tratamiento hay que transitarlo, ES UN RECORRIDO A FAVOR DE LA SALUD.
No es sinónimo de “enfermedad terminal” porque siempre hay algo por hacer, desde la prevención hasta la calidad de vida de un cuidado paliativo, en el caso que competa.
En Argentina, hay alrededor de 115 mil nuevos casos de cáncer por año y se sabe que a nivel mundial 4 de cada 10 son prevenibles con cambios en el estilo de vida.
Por qué se dice “vamos a desplegar todas las armas”? La ciencia no es una guerra. No precisa de armas, dispone de herramientas.
¿Tenemos que “ganarle al cáncer”? No. Hay que tratarlo, no es un deporte en el que se gana o, menos, depende de un resultado en el que se se pueda perder.
Está instalado casi como moda, como latiguillo, como costumbre, decir “el cáncer de la sociedad”, “el cáncer de la economía”, como si fuera lo peor posible. Y ya lo dijimos: no es la peor de las enfermedades, es una más. ¿por qué se asocia lo peor al cáncer? El miedo paraliza y nada es peor, en todo caso, que no saber, porque el diagnóstico precoz es clave.
¿Por qué usar eufemismos, como usaban los abuelos la palabra “papa” (u otras) para no mencionar al cáncer? EL CÁNCER ES CÁNCER, no es un tubérculo. Hay que cortar con los misterios y hablar, para aprender de qué hablamos.
El 4 de febrero es el DÍA MUNDIAL CONTRA EL CÁNCER, instaurado por la Organización Mundial de la Salud. Tratemos de cambiar su nombre porque no vamos CONTRA el cáncer, vamos a tratarlo.
El objetivo del cambio de terminología no es trivial, queremos que los pacientes pierdan el miedo al cáncer porque las palabras que utilizamos contribuyen asustar o ayudar a que la gente vaya al médico, reciba diagnósticos y pueda actuar.
En definitiva, esto es lo importante: la concientización, prevención y diagnóstico temprano. Hay mucho para hacer, muchísimos enfermos se curan, los tratamientos son mucho más tolerables, las cirugías son mucho menos dolorosas gracias a los avances en el tratamiento del dolor, los riesgos son menores… En fin: hay muchos recursos que hacen que esta enfermedad sea hoy menos grave y más llevadera. Esta enfermedad que se llama cáncer.
*Asistente General de la Fundación Tiempo de Vivir. ONG integrante de la campaña «Cáncer: hablemos en positivo», junto a Fundación ACIAPO, Asociación Civil Sostén, Movimiento Ayuda Cáncer de Mama (MACMA), Fundación FUCA, A.C.L.A – Linfomas Argentina, Fundación Pacientes Cáncer de Pulmón, Asociación ALMA, ACILCO Asociación Civil, GIST Argentina, Fundación Bomberos de Argentina y la Asociación Argentina de Oncología Clínica.