Servirán los market makers para contener al dólar?

El esquema que analiza el Banco Central, que ya se usa en casi todos los mercados, permitirá suavizar los saltos bruscos de la divisa con poco volumen, pero no podrá corregir una tendencia alcista o bajista de fondo
Por: Ariel Bazán

Para intentar suavizar los saltos bruscos del dólar, hace unas semanas el Banco Central anunció que estaba analizando crear «market makers» (MM, creadores de mercado) para el mercado cambiario, pero los analistas dudan que esta iniciativa logre contener las fuertes fluctuaciones de la divisa estadounidense.

Según varios operadores, la iniciativa puede ayudar a suavizar un poco los saltos bruscos intradiarios de la divisa, pero no conseguirá contener la tendencia alcista en un año de incertidumbre electoral y con otros desequilibrios macroeconómicos de fondo.

En cualquier mercado, la función de los MM es fijarle un límite inferior y otro superior a los precios poniendo permanentemente ofertas de compra y venta para que los diversos jugadores encuentren siempre los valores que buscan. Su participación es necesaria porque, en un mercado con poca liquidez como el del dólar, unas pocas operaciones pueden generar un salto de cotización muy grande: por ejemplo, en una sesión reciente un movimiento de US$ 10 millones de último momento terminó haciendo escalar un peso a la divisa.

Desde el Banco Central aseguraron a Border que están analizando crear market makers para el dólar porque «el mercado de forex (divisas) es muy chico y frente a ciertos huecos de liquidez puede haber disrupciones (de precios) grandes». Sin embargo, reconocen que, aunque la medida evita «que en la operatoria intradiaria haya saltos bruscos», no sirve contra una tendencia de fondo (alcista o bajista) en la que incida algún tipo de variable macroecómica, como un déficit de cuenta corriente.

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En igual sentido, los analistas sostienen que la intervención de los MM le dará fluidez al mercado cambiario para evitar saltos bruscos de cotización pero no podrá contener una escalada alcista si aumenta la dolarización de portafolios. Es decir, el market maker impediría nada más que haya saltos fuertes diarios con operaciones de bajo monto, pero no podría frenar una tendencia alcista de fondo.

Problemas de fondo

En este escenario, los operadores sostienen que son necesarias otras medidas para contener los problemas de fondo con la divisa, como el nerviosismo de un año electoral que podría generar una dolarización mayor más cerca de las elecciones. Esto a su vez, sostuvo el economista jefe de Econviews, Eric Ritondale, podría acelerar la inflación (por el temido efecto pass-trough) y retrasar el esperado repunte del consumo.

En igual sentido, el director de EcoGo, Federico Furiase, afirmó que los problemas de fondo con las fluctuaciones cambiarias «están asociados a un riesgo político y a problemas macroeconómicos estructurales, como ciertos desajustes en el déficit de cuenta corriente, una economía muy expuesta a los mercados internacionales y posiciones en pesos (Lecap o plazos fijos) que pueden llegar a dolarizarse».

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Con estos problemas de fondo sobre el dólar, los analistas ven como positivo que el FMI haya autorizado al BCRA a vender reservas dentro de la banda cambiaria antes de que la divisa llegue al techo fijado de $ 51,45.

Sin embargo, sostienen que la entidad tiene poco poder de fuego real para contener una corrida cambiaria. Ocurre que, luego de descontar a los US$ 68.430 millones de reservas brutas los depósitos en dólares de encajes bancarios, el swap de monedas con China, los préstamos del Banco Internacional de Basilea (BIS), y los desembolsos del FMI; quedan apenas unos US$ 16.000 millones netos para usar.

Por otra parte, los analistas ven positiva la medida para fomentar una suba de tasas de los plazos fijos (permitiendo que puedan crearse en cualquier banco sin ser cliente) y evitar que esos fondos vayan al dólar, aunque también aclaran que cuanto más se acerquen las elecciones más difícil será su efectividad.

Según Furiase, antes de esta medida existía el problema «de que la reacción de los plazos fijos tenía un rezago respecto a las tasas de las Leliq, ya que los bancos colocaban estos títulos a 7 días y debían pagar depósitos a 30 días». Ese era un factor que, junto a la falta de liquidez de dólares, podía acentuar la presión cambiaria. Fue por eso que el BCRA decidió permitir a la gente abrir un plazo fijo en cualquier banco sin necesidad de ser cliente: el objetivo es fomentar una competencia de tasas entre las entidades y evitar que esos fondos vayan al dólar.

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Apenas bajada la bandera de largada, varios bancos se lanzaron agresivamente a captar este tipo de depósitos de no clientes: el Nación y BICE ofrecían la semana pasada tasas del 56% a 30 dias, seguidos por el Banco de Corrientes (52%), de Formosa (50%), Bancor (48%), Ciudad (48%), Macro (48%), Credicoop (48%), y Galicia (47,5%).

El BCRA lanzó esta medida luego de que en abril los plazos fijos fueran la herramienta más favorable para los ahorristas: dieron 3,3%, contra una suba del dólar de 2,2% (de $ 44,39 a $ 45,35), aunque durante el año escalaron 6,3% contra 17,4% de la divisa.

Con un arranque favorable, para que la iniciativa de los «plazos fijos libres» funcione como el Gobierno espera aún debe terminar de resolver varias cuestiones operativas: por ejemplo, que los Debin generados todavía son por montos limitados y que los fondos provenientes de cuentas corrientes quedan alcanzados por el Impuesto a los Débitos y Créditos.

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