¿Cómo es la sensorialidad en el autismo?

Está comprobado científicamente que entre el 45 y el 96% de las personas con TEA presentan un gran abanico de respuestas sensoriales inusuales frente a estímulos que, generalmente, no resultan amenazantes. Enterate en esta nota cuáles son los apoyos que necesitan para tramitar esa manera distinta de percibir el mundo.
¿Cómo es la sensorialidad en el autismo?
Créditos: ¿Cómo es la sensorialidad en el autismo?
Por: Matías Cadaveira

¿Alguna vez te dolió un mimo, o algo que supuestamente no debería doler? ¿Te mareas cuando viajas en auto o en colectivo? ¿Te dan vértigo las alturas? ¿Te dolió escuchar algún sonido? El ruido que produce la licuadora, la aspiradora, los fuegos artificiales o el secador de pelo pueden llegar a ser insoportables para algunas personas con autismo que presentan un procesamiento auditivo diverso (más conocido como hipersensibilidad auditiva). Está comprobado científicamente que entre el 45 y el 96% de las personas con TEA presentan un gran abanico de respuestas sensoriales inusuales frente a estímulos que generalmente no resultan amenazantes (Schaff y Lane, 2014; O´Neill y Jones, Kientz y Dunn, Watling 1997), pudiendo ser la hipersensibilidad auditiva una de las posibles características de ese perfil sensorial individual que va a ser propio de cada persona que cursa alguna condición dentro del espectro autista.

La gran diversidad de conductas sensoriales que presentan las personas con este diagnóstico hace que muchas veces se vea condicionada su respuesta adaptativa en los diferentes entornos en los que se desenvuelve. Un cuerpo no organizado es un cuerpo no disponible”, comenta la Lic. Marisa Miranda (psicóloga y terapista ocupacional certificada en integración sensorial). “Según Jean Ayres, PHD en Terapia Ocupacional, todas las personas, con diferentes grados y características, tenemos un perfil sensorial. Este modo de percibir la realidad condiciona nuestras conductas y de alguna manera impacta nuestro modo de estar y ser en el mundo”, agrega.

Los desórdenes del procesamiento sensorial son frecuentemente causa de algunos de los problemas de aprendizaje, alimentación, juego, motricidad fina y gruesa que presentan algunas las personas con autismo, pudiendo afectar sus habilidades psico-socio-sexuales, el desarrollo de las pautas de juego, el auto-cuidado y el autovalimiento, entre otras áreas.

Otra forma de explicar muchas de las conductas que presentan algunas de las personas con autismo que ofrece la psicología cognitiva es poder entenderlas y abordarlas de que a partir de que nos enfrentamos a un estímulo no agradable aumenta de modo real nuestra ansiedad (constatable en el cuerpo, como si experimentáramos un ataque de pánico), lo cual puede llevar a cierta desregulación emocional y conductual, o a la creación de fobias, o miedos específicos. Así como muchas personas son fóbicas a las cucarachas, o a las ratas, algunas personas con CEA desarrollan fobias al peluquero, o al sólo hecho de cortarse el pelo (¡¡¡con quien sea!!!), o a cortarse las uñas, a los perros (o a sus ladridos), a la escuela (muchas veces por la sobrecarga sensorial que se experimenta en ellas, o por experiencias sociales negativas, como bullying o ghosting), trayendo este tipo de conductas altos niveles de estrés tanto en ellos como en sus cuidadores y educadores. Una forma de abordar algunas fobias específicas es a través de la exposición gradual al estímulo que no nos resulta agradable, por ejemplo, ir a la peluquería «de a poco» (ver anexo con tips).

Las reacciones que suelen experimentar algunas personas con TEA ante determinados estímulos táctiles podría parecernos desmedidas, exageradas, pero esta hipersensibilidad (táctil), puede realmente complicar tareas de la vida diaria que, por lo general, resultan habituales o simples para la mayoría del alumnado.

Es frecuente ver a niñas, niños y/o adolescentes en las aulas dedicando mucho tiempo en querer sacarse el pegamento de las yemas de los dedos cuando han tenido que utilizarlos para alguna actividad, o bien quedarse absolutamente desnudos si se han mojado la ropa. A otros, les resulta insoportable el calzado.

Las personas que presentan hipersensibilidad de algún tipo, estarán de manera constante con altos niveles de estrés y ansiedad, y tal vez, el sólo hecho de experimentar un olor, una voz, una textura, una imagen puede resultarles aterrador, o torturador.

Si bien no existen “recetas” específicas para cada característica sensorial que una persona con autismo manifiesta dentro de su perfil único de desafíos sensoriales, se trata de comprender cada una de las conductas con la familia y con los docentes, entendiendo a las mismas como respuestas comunicativas al entorno, a un medio, a un sistema (familiar, escolar, comunidad, etc.) y, como profesionales, tenemos la obligación de coordinar acciones con las familias y con las escuelas, para así fortalecerlas, dándoles herramientas para mejorar su calidad de vida, para que aprendamos a convivir mejor. A veces, los cuidadores con su angustia intentan comunicarnos eso, no sólo piden una escucha sino también recibir esa caja de herramientas que se pueden diseñar en equipo, junto a ellos, como un traje a medida de lo que cada persona necesita para poder vivir mejor, en casa o en la escuela.

¿A vos te gusta la ducha fría o caliente? ¿Te molestan las etiquetas de la ropa? ¿Te gusta caminar descalzo en la playa o no soportas la arena? ¿Te desorientas en los lugares grandes o te agotan los shoppings? “En general me gusta que si me tocan lo hagan fuerte. No suave porque me causa una sensación horrible”, comenta Yesica, de 33 años con diagnóstico de Síndrome de Asperger (una manifestación del espectro del autismo). En el autismo, muchas veces algunos estímulos sensoriales (internos y/o externos), el miedo y las fobias dan lugar a vivencias desagradables. Poder entenderlas como formas de defensas sensoriales es necesario, pero también es preciso darle herramientas tanto a personas con autismo como a sus familias y educadores, para que no todo derive en terapias y más terapias por hacer, lo que implican horas y horas de tratamiento. ¡Construyamos empatía!

 

Nota: En la actualidad argentina, sólo las y los Lic. en Terapia Ocupacional especializados en Integración Sensorial son quienes pueden emitir un diagnóstico de DSP (Desórden en el Procesamiento Sensorial), concomitante muchas veces con el diagnóstico de EA (Espectro Autista). Para más información sobre integración sensorial: www.aisaargentina.com.arwww.actualizacionesterapeuticas.comwww.casaabanico.comwww.panaacea.org

 

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